Desde Tapia de Casariego hasta
Castropol: amplio recorrido costero por Villamil, Penarronda, Villadún, Arnao,
Figueras y Linera
La costa más occidental de Asturias,
entre las rías del Navia y del Eo, se extiende por los municipios de Coaña,
El Franco, Tapia y Castropol. Es la comarca nombrada como la marina extrema
occidental, que ofrece una rasa litoral con hermosos acantilados y bonitas playas
bordeadas de zonas dedicadas al cultivo de cereales, pastos y prados de siega.
Por los dos últimos concejos citados
realizamos los del grupo La Peñuca esta caminata propuesta y coordinada por
Manuel Llaneza. Un recorrido que coincide en gran parte con el Camino de
Santiago por la Costa, y también con el GR E-9, ese sorprendente "Sendero
Europeo" con el que ya coincidimos en caminatas costeras anteriores: (Por
la Costa Oriental, 10 de diciembre de 2016; Por Carreño y Gozón, 21 de enero de
2016).
Tapia de Casariego en una vista atrás desde algún lugar del camino.
Y si de bonitas playas hablamos ya
encontramos la primera al salir de Tapia de Casariego, una villa bastante
frecuentada como centro de veraneo y segunda residencia. Se trata de la playa de
los Campos, también conocida como de Anguileiro, auténtica playa urbana de
Tapia; la más concurrida, y dicen que preferida por los surfistas, que ostenta
durante los últimos años la bandera azul de la U E. Al bordearla, cruzamos por
el puente sobre el río Anguileiro que en la misma playa desemboca, pasamos
junto al campo de fútbol y, dejando atrás una buena vista de toda la zona
urbana, seguimos el camino en busca de nuevas playas y acantilados.
La desembocadura en la playa de uno de los cauces fluviales
que recorren la rasa.
Primero será la playa de la Paloma,
en la que se aprecian varios islotes rocosos. A nuestra derecha dejamos la Punta Castelo, un pinar donde se asientan los restos de un castro celta, y
llegamos a la playa de las Poleas; el nombre le viene del mecanismo empleado
para subir el ocle. Dejamos atrás la Punta Campón, y después del recorrido por
estrecha senda entre matorral llegamos a la playa de Serantes, donde desemboca
el río Tol que nace en Penadecabra. Poco más allá está la playa Mixota, tan
cerca que en marea baja ambas aparecen unidas.
Caminamos ahora por zona de pastos y
maizales para acercarnos a Villamil, pueblo de caserío disperso y con
urbanizaciones que miran al mar. Más allá está Santa Gadea, otro de los pueblos
de la rasa, que como el anterior se comunica por carretera local con la N-634.
También está la playa de Santa Gadea que se cierra al oeste por las islas
Pantorgas.
La playa de la Paloma y uno de sus islote rocosos.
La siguiente será la playa de
Penarronda con el peñón en el centro. Esta playa, que también luce su bandera
azul, ha sido declarada Monumento Natural y se encuentra en el límite entre los
dos municipios. En ella desemboca el río que también se nombra como Penarronda,
otro de los cauces que recorren la rasa y que nosotros vamos atravesando por
puentes de madera. En las proximidades de la playa están el cámping, un hotel y
otras instalaciones turísticas; también la bordea una amplia pasarela de madera
que recorremos hasta acercarnos a la siguiente playa. Es la de las
Meninas, ya cerca de la Punta del Torno.
La ermita de San Lorenzo se encuentra en el campo
sobre la playa de Santa Gadea.
Estamos caminando ahora por el
concejo de Castropol. Pasamos por el pueblo de Villadún y recorremos el Campo
de Arnao, que cuenta con su área recreativa y un aeródromo para ultraligeros.
Así llegamos al pueblo y la playa de Arnao, en cuyas proximidades hubo un campo
de concentración al final de la Guerra Civil. Estamos ya en la bocana de la ría
del Eo y podemos contemplar una bonita panorámica de la otra orilla. Es una
buena vista hacia la zona urbana de Ribadeo: isla Pancha, el faro, el muelle de
Porcillán y el viejo embarcadero de Porto Estreito, donde se embarcaba hacia
Bilbao el mineral de La Excomulgada en los Oscos y Villaodriz en la Tierra de Miranda lucense.
Panorámica de Ribadeo, capital de la Tierra de Miranda.
Pasamos junto a las casas de Arroxo y
entramos en el espectacular túnel que nos permite el paso bajo la autovía y el
Puente de los Santos. Así, nos acercamos a la ermita de la Atalaya, el esperado
lugar para el descanso, la comida y la conversación. Está dedicada esta ermita
a San Román, uno de los dos santos, el de Asturias, que dan nombre al puente bajo
el que hemos cruzado. Fue construido en 1987 para mejorar la comunicación entre
Asturias y Galicia, y lleva el nombre por un santo de cada región; el de
Galicia es San Miguel, que tiene su ermita en Ribadeo junto al muelle
deportivo.
Tras la
pausa nos acercamos a Figueras, la segunda población de este municipio. Pasamos
junto a los astilleros de Gondán, la industria más importante del concejo, y
descendemos hasta el puerto. Luego por las estrechas y empinadas calles,
alternando con largas escalinatas de piedra, alcanzamos la plaza de la
Sardinera, y desde allí nos disponemos para el último tramo del camino.
Hermosa vista del Puente de los Santos, la ría y Ribadeo.
Se trata entonces de recorrer el
llamado Camino Costero Figueras-Castropol: un PR municipal que bordea la ensenada
de la Linera, la mayor de la ría del Eo. Estas tierras, que pertenecían a la
casa de Donlebún, fueron en otro tiempo dedicadas al cultivo de lino, de ahí el
topónimo. En la actualidad toda la ensenada se dedica al cultivo de ostras y
almejas, y también es buen hábitat de garzas y patos. En todo caso, fue este
último tramo del camino muy distinto de lo recorrido hasta aquí: bosque repoblado
de pinos y eucaliptos y ausencia de la música de las olas del mar.
Pasada la Cruz del Cabo, nos
encontramos con el molino de las Acías, los restos de un molino de mareas en el
que podemos observar los canales de entrada y el muro de orientación de las
aguas. Después de admirar esta interesante construcción que viene de época
romana, pasamos junto al palacio de las Torres y llegamos al caserío de Linera.
Desde aquí tenemos una buena vista de Castropol, en una pequeña península con
su caserío apiñado sobre el que destaca en lo más alto la torre de la iglesia
de Santiago.
Homenaje a la pescadera en su plaza de Figueras.
Después de cruzar por un puente de
madera sobre la desembocadura del arroyo Fornela, vamos pasando junto a las
casas de El Esquilo, Castro y Salías. Estamos ya al final del recorrido y el
camino discurre paralelo a la N-640, antigua vía que pasando por Vegadeo
comunicaba las dos regiones. Llegamos así a Castropol, la capital de su concejo
y sede del Partido Judicial que comprende la zona más occidental de Asturias;
afamada como villa del silencio, lo que sin duda se puede apreciar si
recorremos sus empedradas calles que se asoman a la ría. Nosotros encontramos
aquí, en su parte más baja, al lado de la carretera nacional, el merecido
descanso al final de estos 23 kilómetros de caminata por la costa más
occidental de Asturias.
Sobre el puerto de Figueras y la escultura del pescador
destaca la vista del palacio de los Pardo Donlebún, del siglo XVI.
Las
fotos son de Rafa Carretero.
(El
grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 24 de
noviembre de 2018).
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