Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 22 de noviembre de 2013

POR EL MONSACRO EN MORCÍN



Desde La Collada a la Majada de las Capillas y las cumbres del Monsacro, y por La Covarriella hasta La Foz

            El municipio de Morcín pertenece a la comarca del Aramo junto con sus vecinos Riosa, al sur y Ribera de Arriba, al norte. Vertebran las tierras de Morcín el río les Castañarines que recorre el concejo por su parte central, parroquias de San Sebastián, San Esteban y Santa Eulalia donde está la villa municipal, y el río Riosa que recorre la de La Foz; ambos ríos son afluentes del Caudal que también atraviesa el concejo de este a oeste por las parroquias de Santa Eulalia y Argame.
            Pero lo que en verdad destaca en la geografía de Morcín es la sierra del Monsacro, mole caliza visible desde muchos puntos del centro de Asturias, que se levanta al este del Aramo y cuya denominación de “montaña sagrada” procede de la época romana cuando fue lugar de culto al dios Júpiter. Hoy, sin embargo, aparece inseparable de las reliquias del Arca Santa que viajaron hasta aquí a finales del siglo VIII, según el relato legendario cuya primera puesta por escrito se debe al patrocinio de Pelayo, controvertido obispo ovetense del siglo XII.

La siempre atractiva crestería del Monsacro

            La caminata que ahora relatamos es un interesante recorrido por esta mítica montaña propuesto al grupo La Peñuca por Juan Lobelle, uno de los fotógrafos habituales en este blog, que hoy, en un alarde multiplicativo, une a su trabajo con la cámara, la labor de guía del grupo y su faceta de alimentador de mitos. Así, nos propuso comenzar el camino en La Collada, un lugar en la MO-3, para ascender por la llamada Cuesta de la Llorera que atraviesa un castañedo antes de abrirse a la ladera de la sierra. Esta cuesta debe su nombre al pueblo de Llorera en la parroquia de Santa Eulalia, desde donde fue, a pesar de su empinada pendiente, tradicional acceso a las romerías de la Majada de las Capillas adonde también se dirige nuestro caminar.

La Cuesta de la Llorera

            Antes de llegar a la majada, un promontorio rocoso que cuelga de la ladera recibe el nombre de Silla del Obispo; su atractivo es la interesante panorámica que ofrece hacia el centro de Asturias: casi a nuestros pies, el embalse de Los Alfilorios todavía en Morcín y más allá, la zona industrial de Ribera de Arriba, Oviedo, Llanera… al fondo Gijón y el mar, hasta podemos ver la Campa Torres y el dique nuevo del Musel. Pronto, el ascenso culmina en la Majada de las Capillas a 853 metros de altitud, uno de los puntos centrales de nuestro recorrido; es una amplia pradería en la base misma de la cresta rocosa donde no falta, entre las dos ermitas, una pequeña laguna que sirve de abrevadero para el ganado que en época estival sube a sus pastos.
            La primera ermita, “la de Abajo” de planta longitudinal, que se asoma a la llanura central de Asturias, es la de la Madalena, como también se nombra a toda la sierra. “La de Arriba” o de Santiago es octogonal con la portada al norte; al sur, un espacio cuadrangular excavado en la roca recibe el nombre de “cueva del Ermitaño”, y en la nave central, bajo un altar de piedra, está el “pozo de Santo Toribio” del que se sacaba tierra con supuestas propiedades curativas, por lo que también algunos textos atribuyen la ermita a este santo. Ambas ermitas, declaradas Monumento Histórico Artístico, fueron construidas en el siglo XIII, aunque ya en el XII hay constancia de una comunidad de monjes viviendo en la zona.

Ermitas, laguna y panorámica sobre el centro de Asturias

            La segunda parte de la caminata fue un atractivo recorrido por la cumbrera de la sierra donde las vistas se multiplican. Ya en el primer collado, antes de llegar a la cima, tenemos una buena vista del Aramo con sus cumbres nevadas y la carretera, también mítica en el ambiente ciclista, que desde la collada de Viapará sube hasta el Angliru. El primer pico es La Fayona (1 020 metros) y desde allí la vista del Aramo es total, destacando La Mostayal, su espolón final hacia el norte; al otro lado contemplamos la zona central de Morcín salpicada de pueblos, aldeas y caserías. La segunda cumbre es el Cuitu Romiru (1 055 metros), que en una placa se nombra como pico Monsacro identificándolo con toda la sierra.

La cumbre del Cuitu Romiru

Viene al final el pico Llanu Villar (1 057 metros), la mayor altura de la sierra, desde donde vemos casi toda la parroquia de La Foz y adivinamos el recorrido de nuestra caminata hasta su punto final. Conviene mencionar, no obstante, la disparidad de criterio a la hora de nombrar los picos de esta sierra según las placas, mapas y textos que se consulten; pero esto es lo de menos, lo importante, como nosotros hemos hecho, es recorrer la cumbrera y disfrutar de las vistas que desde ella se nos ofrecen.

La Foz de Morcín desde el pico Llanu Villar

           Desde la última cumbre, descendemos con tiento por una empinada canal hasta la pista ganadera por la que llegamos a La Covarriella (758 metros), amplia zona de pastos con algunos prados cercados de piedra y varias cabañas, cuyo topónimo sin duda alude a las muchas cuevas que desde allí se contemplan excavadas en la roca. Casi en la linde con el concejo de Riosa, es éste un buen lugar para el descanso, la comida y la conversación.

Descenso hacia La Covarriella con las nieves del Aramo al fondo

Después, en la última parte del recorrido ya por la parroquia de La Foz, descendemos por buen camino hasta la aldea de Llanos (580 metros), adonde llega la MO-4. Aquí llega también una pista que baja desde la Majada de las Capillas por la garganta del Cuitu: una salida para quienes desde allí no hubieran querido recorrer la crestería. Seguimos descendiendo, no por la carretera sino por la vieja caleya, y pasamos por encima del pueblo de Otura, donde se anuncia una escuela de escalada sin duda aprovechando la verticalidad de la sierra que casi cae sobre el pueblo.

Por buen camino, entre castaños y robles

De nuevo en la MO-4, el descenso culmina en el Lugar de Arriba que junto con el Lugar de Abajo forman lo que se conoce como La Foz de Morcín, uno de los núcleos con mayor densidad de población del concejo. Allí, al lado del río Riosa que algo más abajo, antes de encontrarse con el Caudal, atraviesa una foz que da nombre a la parroquia, termina nuestro recorrido por esta montaña siempre atractiva para el caminante, tanto por su situación en el centro de Asturias como por las leyendas y tradiciones que atesora su nombre.

El embalse de Los Alfilorios en la parroquia de La Piñera


 Las fotos son de Juan Lobelle

                      (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 16 de noviembre de 2013)

viernes, 15 de noviembre de 2013

GR 109 ETAPA 10



Concejos de Laviana y Aller, desde Entralgo hasta Bello por Campa Felguera y las colladas Doñango y de Pelúgano

            Existía en el latín vulgar la voz intraticum para nombrar la confluencia de dos corrientes de agua; diversos son los topónimos que en Asturias tienen esta procedencia, tal como El Entrego en San Martín del Rey Aurelio y el que hoy nos ocupa, Entralgo, donde el río Villoria entra en el Nalón por su izquierda. En Entralgo está también la casa natal de Armando Palacio Valdés convertida en Centro de Interpretación de su obra, y es final e inicio de sendas etapas del GR 109 Asturias interior. Allí acudimos a propuesta de José Luis, asiduo caminante del grupo La Peñuca, para realizar la 10ª etapa de este GR que une los concejos de Laviana y Aller atravesando la crestería donde destaca el macizo de Peña Mea: un recorrido de algo más de 18 kilómetros y medio por tres parroquias rurales de cada uno de los municipios.

Uno de los indicadores que se encuentran durante la etapa

            El comienzo del camino en Entralgo a 310 metros de altitud es con fuerte pendiente desde el lugar mismo que nos marca el indicador de la ruta, cuya primera parte salva fuerte desnivel; así, por buena pista de tierra, pasamos junto a la casería de Les Llanes y cuando bordeamos el cerro de Monte Castiello, donde hay un repetidor de televisión y restos catalogados de un castro, salimos de la parroquia de Entralgo para caminar por la de Villoria. Según vamos ganando altura, apreciamos la amplia panorámica sobre el concejo de Laviana, destacando la zona urbana de La Pola, pero también pueblos en la ladera que cae a la margen izquierda del Nalón: Canzana, Meruxalín, Les Bories…

 Después de la casería de Les Llanes

        Llegamos a los pueblos de Pumará y, algo más allá, Campomoyáu a 650 metros de altitud; aquí enlazamos con la LV-7 que sube desde Villoria hasta Los Tornos. Caminamos por la carretera algo más de un kilómetro, para abandonarla en un lugar donde nos llama la atención la panorámica sobre la parte más meridional de la sierra de Peñamayor con el cordal de Breza hasta el pico La Chamoca.
            La pista de tierra con retazos de hormigón sigue ganando altura, bordea el pico Felguerina y llega hasta Campa Felguera, un área recreativa con cercado de madera, techumbre y una ermita dedicada a Santiago que fue levantada en 2001: un buen lugar para el primer descanso una vez alcanzados los 914 metros de altitud.
 
Praderías de Campa Felguera 

            Después del área recreativa tenemos el paso más espectacular: una estrecha senda bordeando un farallón rocoso por la empinada ladera sobre el valle del río Raigusu, que más abajo se une al río Mosquil para desembocar al Nalón en Ribota. La senda zigzaguea hasta alcanzar la collada Doñango (1 161 metros), la mayor altura de esta etapa; lugar de buenos pastos con fuente, y paso tradicional entre las parroquias de Villoria, que dejamos atrás y Tolivia, por donde seguimos caminando.

Desde la ermita, caserío y farallón rocoso a salvar por su izquierda

            El vendaval obliga a los caminantes a cruzar raudos la campa sin detenerse a disfrutar de su belleza. Nos internamos en la parroquia de Tolivia por la pista que desciende hasta la LV-9, que sube desde Llano la Tabla en Tolivia por La Cuesta de Abajo y La Cuesta de Arriba hasta Fresnéu, y es acercamiento habitual de los montañeros que pretenden alcanzar la cumbre de Peña Mea. Debajo de nosotros, en la misma pista, vemos el caserío de Les Campes con la ermita de la Visitación del siglo XVIII. Cuenta la tradición que los lugareños habían planificado construir esta ermita en el lugar de La Cuesta, casi en el fondo del valle; sin embargo, una mañana todo el material que tenían preparado para la ocasión apareció de forma misteriosa en Les Campes, mucho más arriba, donde se vieron obligados a construir la ermita que hoy podemos contemplar.

Praderías bajo el macizo de Peña Mea

         Nosotros no llegamos hasta allí, pues tras considerable descenso, algo más abajo de El Colladín, retomamos de nuevo el ascenso hacia el lugar conocido como Prau Pachón, donde hay cabañas muy reformadas a las que nos acogemos para el descanso, la comida y la conversación protegidos del fuerte viento, que estamos seguros azota en la ya cercana collada de Pelúgano (1 016 metros). La Collá, como la nombran los ganaderos, campa grande y llana, es la vaguada que se abre al paso entre los dos concejos; a partir de aquí, caminamos, todo en descenso, por la parroquia de Pelúgano en el concejo de Aller.
            Más abajo está la braña de Cerréu (975 metros), donde nos encontramos con el PR AS-262 Ruta de Peña Mea, que desde el pueblo de Pelúgano asciende hasta la ladera y la misma cumbre de la peña. Pasamos junto a la pradería de Posadoiru y el caserío de La Vallina, para entrar en Pelugano (570 metros); cruzamos Barriocima, junto a la iglesia parroquial de Santa María y Barriobaxo, donde está la capilla de San Pedro al lado de un tejo, y salimos del pueblo por la AE-5.

Braña Cerréu, en la parroquia de Pelúgano

            En el descenso por esta carretera hasta Levinco, pasamos junto a las instalaciones de una cantera horadando la montaña para la obtención de arena y talco. El pueblo de Levinco pertenece a la parroquia de San Martín de Vega y se encuentra a 455 metros de altitud, al lado del río Aller; por allí pasan la AS-253, que sube hasta el puerto de San Isidro y el FEVE, que lo hace hasta Collanzo.

El río Aller a su paso por Levinco

            Atravesamos el pueblo, cruzamos carretera, río y ferrocarril, para tomar la AE-4 que en kilómetro y medio de ligero ascenso llega hasta Bello (500 metros), único núcleo de población de su parroquia, la sexta de las que hemos recorrido en esta caminata. En Bello, junto a La Casona, edificio barroco rehecho en 1784, y la iglesia parroquial de Santa Eulalia, construida en 1694, finaliza esta 10ª etapa del GR 109, que viene desde la margen izquierda del río Nalón (Entralgo) a la del río Aller que más abajo, con el nombre de río Caudal, será uno de sus principales afluentes.

La niebla juega sobre el valle del Nalón


Las fotos son de Juan Lobelle


                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 9 de noviembre de 2013)