Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

lunes, 25 de marzo de 2013

EL CAMINO DE SAN SALVADOR



Desde Arbas del Puerto hasta Puente los Fierros por Pajares, La Romía de Arriba y Navedo

El Camino de San Salvador es un agregado al Camino de Santiago Francés por el que muchos peregrinos en la Edad Media se desviaban desde León para visitar la basílica de San Salvador en Oviedo obedeciendo al mandamiento de una vieja canción: Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al criado y olvida al Señor. El peregrino entraba en Asturias por Pajares y, siguiendo el camino real, descendía hasta Puente los Fierros; un camino difícil, pues atravesar la cordillera Cantábrica en aquellos tiempos debía de exigir un esfuerzo considerable. No obstante, dureza y belleza se hermanaban en el espíritu de aquellos peregrinos que como el italiano Bartolomeo Fontana en 1539 podían exclamar:
                     O Asturias, bella Asturias,
                     Tu sei bella, e sei dura.(1)
          Si a ello se añade que a partir de Oviedo debían seguir el Camino Primitivo, también duro y peligroso, la dificultad de esta empresa se nos antoja mayor; hasta el punto de que tal vez alguno gritara lo que aquel ilustre viajero polaco en 1642: Ganas se tienen de escupir atravesando estas montañas, riscos y desiertos.(2)

 La señalización del Camino entre la nieve

          José Montero es el experto guía del Camino para el grupo La Peñuca, pues ha recorrido el del Norte, el Primitivo y por supuesto el Francés, además de este de San Salvador del que nos propuso esta etapa para un día en el que la nieve caída nos recordó los avatares de los antiguos peregrinos.
Iniciamos nuestra caminata en Arbas del Puerto en el único espacio libre de nieve, la N-630 que debemos abandonar para tomar el viejo camino real por el que nos vamos abriendo paso mientras recordamos lo que Jovellanos escribe en una de sus Cartas a Ponz sobre la colegiata de Santa María de Arbas: El abad y canónigos, únicos moradores de aquel yermo, viven(…)sepultados por ocho o nueve meses del año en montañas de nieve, siéndoles muchas veces necesario abrir minas por bajo de ella desde sus casas a la iglesia.(3)

La nieve en los primeros pasos de los caminantes
 
El caso es que pronto llegamos a la vaguada de Tibigracias, donde franqueamos una portilla que marca la divisoria entre León y Asturias: es nuestro paso del puerto. Luego, desde los 1 400 metros de altitud, se inicia un descenso por La Calera, territorio de pastos todo cubierto de nieve que sólo deja ver varias fuentes y abrevaderos. El descenso llega hasta la carretera, que cruzamos para seguir el camino hasta la Majada del Estudiante (1 186 metros), cuyo topónimo alude a la leyenda oral de un estudiante de la colegiata de Arbas perdido en estos parajes. Lo que nosotros columbramos desde aquí es la boca norte del túnel de la Perruca por el que el ferrocarril atraviesa el puerto y nos trae a la memoria la canción del emigrante que tanto oímos durante los años sesenta en la voz de Antoñita Moreno:
                     En pasando la Perruca,
                     y el Carrascal de la Legua,
                     adiós Asturias del alma,
                     cuándo volveré a tus tierras.
Desde la majada descendemos a la cresta del Canto la Capillota (990 metros) por donde caminamos entre robles y acebos. Desde aquí la vista se pierde en el monte de Valgrande que tenemos frente a nosotros: inmenso bosque de hayas, robles y acebos en cuyo fondo corre el río Valgrande que más abajo se llamará río Pajares.

El caballo sobre el fondo del bosque de Valgrande

Tras un nuevo descenso llegamos a una braña donde la señalización del Camino nos ofrece dos opciones: hacia San Miguel del Río y, más allá, Llanos de Somerón o hacia el pueblo de Pajares. La segunda es la que nosotros seguimos por un camino casi llano entre bosque y pradería con ya escasa presencia de nieve, hasta llegar a la aldea de Las Campas en cuyas proximidades está el cementerio y poco más allá el pueblo de Pajares (1 000 metros). Allá llegamos para recorrerlo por el camino antiguo, por debajo de la carretera actual: allí encontramos la iglesia parroquial de San Miguel y otros edificios como la Casa de los Pidal o el del Postalgo.

Panorámica del pueblo de Pajares

En Pajares, el Camino marcha por la N-630, pasando por Flordacebos, hasta la ermita de la Virgen de las Nieves, donde abandona la carretera para volver al viejo camino real. Nuestro itinerario aquí propone, y así lo hacemos, subir hasta la estación de Pajares que como se sabe se encuentra a bastante más altura (1 180 metros) que el pueblo. La pista de acceso está cubierta de nieve y exige un considerable esfuerzo, pero ello compensa a los entusiastas del ferrocarril. Resulta muy agradable contemplar la vieja estación y las fotos son inevitables; la emoción aumenta cuando del túnel vemos salir un tren mercancías cargado de bobinas que, además, hace una parada técnica para cruzarse con un regional. Sigue nuestro interesante caminar por la pista paralela a la vía del ferrocarril de la que sólo nos separa la valla de seguridad o algunos muros cuya protección del viento aprovechamos para la parada del bocadillo, contemplando justo debajo de nosotros la ermita de las Nieves y al otro lado del valle el pueblo de San Miguel del Río. El camino aún debe seguir un trecho paralelo a la vía que aparece y desaparece entre los túneles, y la emoción es completa cuando vemos pasar un Alvia al que oímos llegar con su inconfundible sonido.

Tren mercancías en la estación de Pajares

Cuando al fin abandonamos, o nos abandona, el ferrocarril que se va entre túneles y viaductos a nuestra derecha hacia Navidiello, Linares y Malvedo, descendemos por zona de pastos y monte bajo a retomar la señalización del Camino para llegar al pueblo de La Romía de Arriba, junto a la fuente, en la plaza de la Vecería, tradicional lugar de reunión del ganado menor (reciella) antes de marchar a los pastos comunales. La Romía es pueblo de la parroquia de San Pedro de Cabezón, cuya iglesia se encuentra en un altozano al que llegamos después de atravesar el río Pandoto, uno de los muchos afluentes del Pajares, donde hay dos viejos molinos en ruinas. 

Fuente en La Romía de Arriba

En el promontorio donde se encuentran la iglesia y el cementerio hay restos de la antigua rectoral, la escuela e incluso una bolera; allí también florece el inevitable texu: todo a la sombra del pico Castiechu, cuyo topónimo sugiere la presencia de un castro. Otro pueblo de esta parroquia es Navedo, y allá nos vamos por el viejo camino (no por la actual carretera) después de atravesar el arroyo La Pisona que baja del monte del mismo nombre.
A la entrada de Navedo se cruzan varios PRs, entre ellos el PR. AS-97 Subida al Colláu Torones que coincide con nuestra ruta hasta su final. El ascenso a este collado (1 048 metros) donde hay varias camperas es el más fuerte de la jornada, si bien en este caso la ausencia de nieve lo hace más leve que los anteriores. Desde Torones sólo resta el descenso por el valle de Orria entre castaños, prados y varias cabañas en ruinas hasta el final de etapa en Puente los Fierros (500 metros). 

La iglesia de San Pedro de Cabezón

Cuando ya estamos llegando al final, contemplando la explanada donde se asienta la estación del ferrocarril y nos espera el descanso, vemos salir del túnel que también se llama Orria un mercancías cargado de troncos de madera que se dirige a León, aunque para sorpresa de quienes no conozcan el difícil trazado del ferrocarril en el puerto lleva dirección norte.
Todo un aliciente más para concluir esta caminata que se puede considerar un homenaje a los antiguos peregrinos medievales y también a aquellos técnicos y constructores del siglo XIX que fueron capaces de lograr este singular trazado del ferrocarril de León a Gijón.

La señalización del Camino ofreciendo dos opciones

(1) Juan Ignacio Ruiz de la Peña (Cood.): Las peregrinaciones a Santiago de Compostela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media. Oviedo, 1993 
(2) Jakob Sobieski, padre del rey Juan III de Polonia. Juan Ignacio Ruiz de la Peña: Las peregrinaciones...
(3) Gaspar Melchor de Jovellanos: Cartas del viaje de Asturias (Cartas a Ponz). Oviedo, 2003


Las fotos son de Juan Lobelle
 
                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 16 de marzo de 2013)

viernes, 15 de marzo de 2013

TIERRAS Y PUEBLOS DE QUIRÓS



Ruta de las Reliquias (3ª etapa) y algo más: desde Arrojo hasta Peñerudes por Salcedo, Bermiego y Pedroveya

            El GR-207 sigue los pasos de las Reliquias del Arca Santa desde su entrada en Asturias por el puerto Ventana camino del Monsacro y la catedral de Oviedo, atravesando el municipio de Quirós en un itinerario bien señalizado que suele dividirse en tres etapas. José María Arnillas, patrón de esta Ruta de las Reliquias para el grupo La Peñuca, nos invitó el pasado mes de noviembre a realizar las dos primeras etapas en una caminata de la que aquí dimos cuenta en su momento (Tierras y pueblos de Quirós, 10 de noviembre de 2012) y que despertó nuestro interés para concluirla hoy. Ahora, generoso en el caminar donde los haya, quiso ofrecernos en esta 3ª etapa tres regalos que los caminantes agradecemos.

Por fortuna, no siempre están en el suelo los indicadores de la ruta

            Iniciamos el camino en el pueblo de Arrojo a 410 metros de altitud, al lado de la AS-229 junto al palacio de la Casa de Quirós y la iglesia parroquial de San Pedro, tal vez el edificio más destacable del municipio: románica del siglo XIII, llama la atención de los caminantes su cuidada cabecera, sus contrafuertes, y sobre todo, el ábside con su característico y ya consolidado desplome.

Iglesia de San Pedro en Arrojo

            La ruta, señalizada poco más allá de la iglesia por un camino abandonado y cubierto de barro, nos obliga a optar por la carretera que sube al pueblo de San Pedro para rodearlo y seguir ascendiendo hasta Villar (560 metros), ya en la parroquia de Salcedo; a partir de aquí, caminamos por una pista dejando a nuestra derecha la Peña del Alba. Atravesamos la parroquia de Casares y, tras cruzar el río Trisierra, entramos en la de Bermiego, donde encontramos indicadores del GR-106 Ruta de San Melchor que viene de Oviedo hasta el pueblo de Cortes, lugar de nacimiento del santo quirosano.

Puente sobre el río Trisierra

           Pronto divisamos a los pies del pico Tene los barrios de Tarrio y Llanos que forman el núcleo rural de Bermiego, a 750 metros de altitud; en Tarrio es obligada la parada junto a la ermita, para contemplar el imponente roble convertido en Monumento Natural. Poco más allá, sobre un altozano destaca la iglesia parroquial de Santa María y a su lado el milenario texu, también Monumento Natural. Después, debemos superar la fuerte pendiente que por pista hormigonada sube hasta Llanos, atravesando el río Fontaniellas junto a un molino que con hórreos, casas y pajares compone el interesante paisaje etnográfico de Bermiego.

Bermiego a la sombra del pico Tene

            Dejando atrás el pueblo, la pista sigue ganando altura en busca de brañas y collados, y aquí se nos ofrece el primer regalo de la jornada: abandonar la pista de tierra y zahorra para alcanzar la ermita de la Merced (1 069 metros) remontando un viejo camino de piedra. El paso merece la pena, aunque por el camino discurra un arroyo que los caminantes sabemos sortear con habilidad, pues la ermita, donde se celebra romería cada 23 de septiembre con renombradas actividades como la carrera de cintas a caballo o el concurso de tiro con cuerda, se encuentra al lado de una fuente en lugar bien agradable y acogedor.

Ermita de la Merced

            A partir de aquí tenemos la parte más vistosa del camino, atravesando brañas, collados y también zonas de bosque. Primero ganamos el collado de Linares, que marca la mayor altura de la jornada (1 150 metros), y atravesamos la braña del mismo nombre: buenas cabañas, prados bien cuidados, cercados de piedra y las primeras reses que madrugan a los pastos de altura. Viene luego el amplio Pando de la Mortera (1 136 metros), antes que la senda se interne en un intrincado bosque donde predomina el carrascu. Después de atravesar la braña Buxana, en donde trotan y pastan yeguas y caballos, entramos en el estrecho paso del Bocarón que nos resguarda del viento y nos ofrece un apacible lugar para el descanso y el bocadillo, contemplando al fondo y a lo lejos algunos pueblos del concejo de Proaza.

La braña de Linares

            Al reanudar el camino, salimos a la braña del Bocarón y desde allí ya divisamos los dos pueblos de la parroquia de Pedroveya, la más septentrional del concejo; el primero es La Rebollada, adonde descendemos después de pasar por la braña de Veiga. En La Rebollada, junto al lavadero del pueblo, tomamos el segundo regalo de la jornada con el fin de evitar el tramo de carretera que nos llevaría hasta el pueblo de Pedroveya. Para ello atravesamos el pueblo y comenzamos el descenso por el antiguo camino, en buen estado todo hay que decirlo, hasta el bosque que se sitúa en la cabecera del desfiladero de Las Xanas, en un sábado de buen tiempo bastante concurrido de caminantes. Tras atravesar uno de los regueros que alimentan el río de Las Xanas, comenzamos el ascenso para alcanzar las praderías y el altozano donde se encuentra la iglesia parroquial de San Antonio de Pedroveya. Aquí finaliza el GR-207 Ruta de las Reliquias que, como ya se dijo comienza en el puerto Ventana entre los concejos de Quirós, Teverga y San Emiliano de Babia; pero nosotros aún esperamos el tercero de los regalos ofrecidos por el patrón de la ruta para el grupo La Peñuca: el último trecho de la jornada.

En el camino de Pedroveya

            Desde el pueblo de Pedroveya repleto de coches y animado de comensales, ante la fuente con abrevadero y frente a la capilla de Santa Rita, nos disponemos a acometer este último tramo que nos llevará al municipio de Morcín y su parroquia de Peñerudes. La MO-5 es la salida por carretera de esta parroquia quirosana hacia Morcín, pero nosotros lo hacemos por un camino empedrado que nos sube a la ladera del pico la Mostayal en el extremo norte del Aramo. Desde allí, el panorama que se nos ofrece nos obliga a agradecer este tercer regalo: a lo lejos Oviedo, Llanera, Ribera de Arriba…, más cerca el embalse los Alfilorios y a nuestros pies todo el valle de Peñerudes.

El torreón de Peñerudes

Llaneando por la bien cuidada pista que deja a nuestra derecha la Mostayal, podemos ver todos los pueblos que componen la parroquia vigilados por el viejo y medio derruido torreón de Peñerudes, que descuella sobre un collado desde el que domina todo y sobre el que parece sostenerse sin apenas base que lo sustente. Al otro lado del valle junto a la carretera, están El Artoxu, La Cotina con la iglesia parroquial de San Pedro y El Fontán, y frente a nosotros, La Boza que atravesamos antes de llegar a Campo, donde finaliza esta caminata por un paisaje lleno de alicientes en las tierras y pueblos de Quirós y un final espectacular en el concejo de Morcín.

En Peñerudes nos recibe el arco iris

Las fotos son de Juan Lobelle

                         
                                           (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 9 de marzo de 2013)