Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

sábado, 31 de marzo de 2012

PUERTO PINOS

En busca de las fortificaciones de la Guerra Civil en las montañas de Puerto Pinos

            Lo que se conoce como Puerto Pinos son una serie de vegas, majadas, puertos y collados que ocupan unas 900 hectáreas en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica. Son terrenos como los Navares, la vega La Cueva o la majada de La Cubilla, por donde discurrirá nuestra caminata para contemplar restos de fortificaciones militares; pero también, el valle de La Cantarilla, la vega de los Ollones o los puertos de Retuerto, hacia el macizo de las Ubiñas.

Ganado pastando en las praderas de Puerto Pinos            

            Esta zona de Puerto Pinos presenta una singular característica, en cuanto su situación geográfica y administrativa pertenece a la provincia de León y forma parte de la comarca de Babia; pero la explotación ganadera es propiedad del Ayuntamiento de Mieres. Siendo alcalde José Sela, en 1926 el ayuntamiento compró estos terrenos por 415.600 pesetas, una cantidad que al valor de hoy desbordaría el presupuesto de cualquier ayuntamiento asturiano. La compra fue realizada a la Fundación Sierra Pambley, una familia de Villablino que, ya en tiempos del ministro Mendizábal, había adquirido grandes extensiones de terreno en la desamortización eclesiástica.

Cabañas de ganaderos en las amplias praderas de Puerto Pinos

            Así pues, los ganaderos de Mieres traen sus reses a estos excelentes pastos; pero por diversos acuerdos posteriores, también pueblos leoneses de la Babia alta como Pinos, Villargusán o San Emiliano conservan ciertos derechos al pastoreo y otros curiosos tipos de explotación: todo ello no impide un latente ambiente conflictivo entre ambas comunidades. Pero hoy los caminantes, a más de disfrutar de estos puertos y contemplar la espléndida cabaña ganadera que los ocupa, dirigirán sus pasos, como queda dicho en el encabezamiento, en busca de las fortificaciones de la Guerra Civil que aún se conservan en la Peña los Michos.
Partimos para ello, a 1.595 metros de altitud, de la Casa de Mieres: bar, albergue, refugio de ganaderos y vivienda del guarda de pastos. Desde allí, pasando ante la ermita de la Virgen de las Nieves, nos dirigimos a un puente de madera para cruzar el río Pinos. Este río nace aquí, en el puerto, y discurre por la vega entre meandros para precipitarse luego, formando incluso alguna espectacular cascada, hacia el pueblo de Pinos y, más abajo, hasta la capital municipal de San Emiliano, donde entrega sus aguas al río Torrestío, afluente del Luna.

Puente sobre el río Pinos muy cerca de su nacimiento

Cruzamos por el puente, y después de pasar junto a varias cabañas de ganaderos, ascendemos al cordal que nos llevará hasta la ladera de la Peña los Michos, donde encontraremos varios restos de fortificaciones. Lo que más llama nuestra atención son dos casamatas: una, que se conserva en muy buen estado, tiene dos troneras que enfilan hacia el río y la Casa de Mieres; la otra, con una tronera apunta hacia el arroyo del Puerto; pero también hay una galería para polvorín o refugio, un parapeto, pozos de tirador y una trinchera que, cual cicatriz en la montaña, se aprecia desde la Casa de Mieres.

El excelente encofrado de la casamata sorprende a los caminantes

Después de recorrer y admirar todos estos restos de la Guerra Civil que aquí estuvo activa entre agosto de 1936 y septiembre de 1937, subimos a la cumbre de los Michos, a 1.693 metros de altitud, para contemplar una buena panorámica del puerto.

Detalle de trichera y parapeto en la ladera de los Michos

Bajamos luego hacia la vega La Cueva, caminamos por la majada de La Cubilla, donde hay varias cabañas y alguna cuadra, e iniciamos el ascenso hacia el puerto de La Cubilla, también llamado alto el Palo (1.683 metros). Aquí hay una portilla y se inicia un cercado que recorre toda la divisoria interprovincial, pero su auténtica razón es limitar los pastos de los municipios de Lena y Mieres, estos últimos, como hemos dicho, en lo que se conoce con la denominación común de Puerto Pinos. Desde el alto el Palo bajamos, ya por la carretera, hasta la Casa de Mieres para dar así por terminada, después de cuatro horas, esta entretenida caminata.

Panorámica hacia la Casa de Mieres desde la cumbre de los Michos

Para finalizar, quiero presentar un libro que describe estos y otros lugares que fueron escenarios de la Guerra Civil.
De La Maginot Cantábrica (ediciones Desnivel, 2007), son autores los profesores Luis Aurelio González Prieto y Loli Palomares, y el veterano y experto montañero José Luis Argüelles.


Las fotos son de Cuno Rotella
 

lunes, 12 de marzo de 2012

DESDE SAN MARTÍN DEL REY AURELIO (II)

De La Colladiella a Entrialgo (Laviana), por la campa El Tretu, Canzana y El Sutu


               En el mes de enero, este caminante dedicó un artículo a San Martín del Rey Aurelio describiendo los cordales que lo cierran por la margen derecha del río Nalón; ahora me ocupo de su margen izquierda aprovechando la salida programada por el grupo La Peñuca. En la margen derecha recorrimos los cordales compartidos con los municipios de Laviana, Bimenes y Siero, para finalizar internándonos en este último en busca del mechero, apagado, de Saús. Hoy lo hacemos por los municipios de Mieres y otra vez Laviana, para terminar en Entrialgo. Son estas las montañas donde las gentes de San Martín del Rey Aurelio vemos  aparecer las primeras nieves; aquí está su mayor altura, la única que supera los mil metros: el pico Tresconceyos.
            Comienza nuestra caminata en el alto de La Colladiella, lugar compartido por Mieres, parroquia de Urbiés, y San Martín del Rey Aurelio, parroquia de Santa Bárbara. Aquí, horadadas en la montaña, están las instalaciones de una mina imagen que culminan con un monumento al minero, todo ello hoy en desuso y abandono; no ocurre lo mismo un poco más allá, en la limpia y cuidada campa del Sellón, con un más reciente monumento titulado Canto a la Libertad. Desde La Colladiella podríamos caminar hacia el norte dejando a nuestra izquierda, en el cordal de Urbiés, el pico Les Cruces, límite natural entre San Martín, Mieres y Langreo, para recorrer el cordal que se interna en el primero por lugares como La Poladura o la campa L’Artosu y descender por L’Abeduriu hasta El Entrego, parroquia de San Andrés de Linares.

La campa del Sellón y el monumento a la libertad.
A la derecha, parte del valle de Santa Bárbara

            Pero no lo haremos así, porque la caminata de La Peñuca se dirige hacia el sur por una pista que bordea la ya citada campa El Sellón y va ganando altura, mientras dejamos a nuestra espalda el panorama descrito en el párrafo anterior. Pronto abandonamos la pista, después de pasar junto a la fuente El Texu, sin agua, para tomar una senda hasta la primera cumbre de la jornada: el pico Tresconceyos de 1.091 metros de altitud. En esta ascensión contemplamos pueblos del alto Villoria como El Meruxal y Los Fornos.

Los caminates subiendo al pico Tresconceyos

            Una vez en la cumbre, donde coinciden los municipios de San Martín, Laviana y Mieres, encontramos en la ladera norte que vierte a San Martín el mayor hayedo que hay en este concejo; el descenso es rápido y fácil hacia la hermosa Collada Cimera donde el caminante se encuentra de nuevo con la pista y por ella llega hasta la campa El Tretu. Esta campera, con un área recreativa, es buena atalaya para divisar casi la totalidad del valle de Santa Bárbara: muy cerca se encuentra Veró, uno de los pueblos más altos del valle y del municipio.

Monte de hayas en la ladera norte del pico Tresconceyos

            La pista por la que caminamos está catalogada como PR.AS-204, Senda verde de La Bobia-La Colladiella; por ella seguimos un largo descenso, dejando a nuestra derecha la agreste Peña El Cuervu, hasta casi encima del pueblo de La Bobia, en el valle de San Mamés, parroquia de Blimea. Desde aquí tomamos otra pista con algo de hormigón que, en corto pero muy pronunciado ascenso, nos sube hasta la campa La Vara, y ya sólo restan unos metros de senda para alcanzar la cima del pico La Vara (952 metros). En esta cumbre entre San Martín y Laviana, hay un vértice geodésico y una caseta de los servicios municipales del ayuntamiento de Sotrondio. El pico La Vara es un buen lugar para la charla, el descanso y el bocadillo: a un lado se contempla casi todo el municipio de San Martín y al otro, en el alto Laviana el valle del Meruxalín, pero también La Pola y el puente de La Chalana sobre el río Nalón.

Vértice y caseta en la cima del pico La Vara

            La segunda parte de la jornada discurre por la ruta marcada como PR.AS-206, Senda verde del Alto La Vara-El Sutu. Pasamos, ya en pleno municipio de Laviana y frente a las sierras de Peña Mea y Peñamayor, por la campa La Vesqueta  y aldeas como Vegalledo y Corían; y sobre Les Bories, el pueblo del valle de Villoria que nos recuerda la canción tradicional rescatada por el grupo Nuberu, aquella que decía:

Teo una moza enriba Les Bories
con una de vaques que faen cabaná.

            Pronto, al llegar a Canzana, los caminantes tienen dos opciones: atravesar el pueblo y descender por la LV-4 hasta Entrialgo o seguir la ruta marcada hasta El Sutu. En esta segunda decisión, más larga, merece la pena recorrer el valle del Meruxalín, donde se abrió a primera mina del concejo, y llegar hasta las minas de Coto Musel, con restos bien conservado de aquella explotación que estuvo en activo hasta su integración en Hunosa al final de los años sesenta del pasado siglo: bocaminas, lavaderos y el puente de hierro del ferrocarril que inspiró aquella canción:

Cuando la máquina va
del Meruxal pa Mardana,
marcha Pachín pa la siega
cantando la soberana.


Panorámica desde Canzana: cordal y pico La Vara

            Sólo resta descender desde El Sutu hasta la vera del río Nalón y por la senda verde acercarse a La Chalana; cruzamos el puente y ya estamos en Entrialgo: termina así este recorrido al lado del Centro de Interpretación de la obra de Armando Palacio Valdés, en la casa natal del insigne escritor  lavianés que  tantos lugares de este concejo inmortalizó en sus novelas.


Las fotos son de Fernando Espina



                                         (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 25 de febrero de 2012)