Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

jueves, 16 de febrero de 2012

REDES EN INVIERNO

Desde Soto de Agues, por el cordal entre los ríos Nozalín y Alba

Redes ofrece su encanto al caminante en todas las estaciones del año: en primavera, el manto vegetal muestra su verdor; en verano, el ganado que acude a los pastos de altura acompaña y distrae al caminante; y otoño es la mejor época para caminar por los hayedos. Ahora estamos en invierno, en una jornada fría con retazos de sol y cielo azul, y los caminantes de La Peñuca esperan pisar algo de nieve en las alturas del cordal que separa los ríos Alba y Nozalín.
La caminata comienza en Soto de Agues y, tras pasar junto a la iglesia parroquial de San Andrés, historicista del siglo XIX, y la pequeña ermita de Santa Ana con su coqueta imagen de la santa, tomamos una pista que pronto va ganando altura en el bosque de castaños y fresnos, dejando al fondo el río Nozalín que nos acompaña con el rítmico cantar de  sus aguas. La parte más espectacular de este valle es cuando llegamos a la foz que oprime río y senda entre las peñas Piquero y Llagos, a cuya cumbre nosotros subiremos.

Caminantes de La Peñuca por la Foz del Nozalín

Pronto dejamos a la izquierda la senda que va a la braña de Feleches y al collado Fanarrionda y remontamos por un camino empinado y cubierto de nieve, que en algunos lugares ofrece, para delicia de los aficionados a la fotografía, vistas del pico La Xamoca y la campa y cordal de Breza en Peñamayor. El camino nos lleva al Monte Fresnos, donde hay prados de siega cercados de piedra, una majada con cuadras y cabañas en buen estado y la hermosa laguna que se conoce como El Llagu; todo ello hace pensar en una zona de excelentes pastos de altura.

 Camino del Monte Fresnos, con la braña y el pico al fondo

Aquí, en esta braña a 1.007 metros de altitud, podemos considerar finalizada la primera parte de la caminata; la segunda, consiste en un camino de ida y vuelta a través del cordal que, entre ambos ríos, se alarga hasta La Peña Llagos. El camino de ida lo realizamos por la crestería, ascendiendo primero al pico Fresnos (1.065 metros), que aun siendo la mayor altura de nuestro recorrido no presenta dificultades; luego bordeamos el pico Les Crespes y descendemos hasta el collado Campellín (924 metros), otro buen pastizal de altura. La ascensión, y posterior descenso, desde este collado hasta los 1.033 metros de La Peña Llagos resultó la mayor dificultad de la jornada por la constitución  calcárea y escarpada de la peña con algunos pasos entre la nieve helada; el caminante agradece entonces la imprescindible ayuda del  fuerte y robusto palo de madera cortado bajo la luna en cuarto menguante. Pero la cumbre merece la pena para ver desde allí todos los pueblos de Sobrescobio; Soto de Agues y las otras dos parroquias del concejo: San Pedro de Ladines y Santa María la Real de Oviñana (Rioseco, Villamoréi, Campiellos…).

 La braña de Fresnos, El Llagu y el pico Fresnos

Tras la pausa para el bocadillo con los rayos de un sol que amenaza abandonarnos, retomamos el regreso a la braña de Fresnos. Después del descenso de La Peña, el resto del camino será por la ladera que vierte al río Nozalín; por allí pasa la conducción de agua a Gijón desde La Fuentona de Los Arrudos en los montes de Caliao. La Traída, como se le conoce kilómetros más allá cuando, después de atravesar el río Nalón y la AS-17, recorre la ladera de Peñamayor para precipitarse hacia Nava por el Peranchu, acercándose ya a la ciudad costera; aunque antes, aún ha de atravesar La Collada. Sobre esta traída, aquí como en Peñamayor, discurre una senda por la que se puede caminar muy bien, pasando junto a la caseta de aguas: aliviadero que en esta época invernal produce una espectacular cascada hasta el río.

 Caseta del agua y aliviadero en La Traída

La parte final de la caminata, desde la braña de Fresnos, es por una pista ganadera con hormigón en algunas curvas. Está marcada como PR.AS-120 o Ruta de la Collada de Isorno y en su descenso pasa junto a la braña de Porciles y, por un bosque de castaños, nos acerca a la riega Les Garbanceres y la majada del mismo nombre; siguiendo esta riega llegamos al Pontón del Retorturiu sobre el río Alba. Caminamos a partir de aquí por la conocidísima Ruta del Alba; no obstante, más allá de El Campurru, cargadero de las minas de hierro que tuvo Duro Felguera en Llaímo, nosotros pasamos por un puente de madera -donde un letrero advierte de que no se le debe someter al peso de más de cuatro personas- a la margen derecha del río y seguimos el viejo camino hasta San Andrés de Agues, lugar que fue inicio y ahora es el final de esta caminata de invierno por el Parque Natural de Redes.

 Espectacular panorama del Monte Fresnos desde la senda de la traída
 

Las fotos son de Juan Lobelle 

 
                              (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 11 de febrero de 2012)


miércoles, 1 de febrero de 2012

DESDE SAN MARTÍN DEL REY AURELIO (I)

Desde Blimea, por La Faya y La Camperona, en busca del mechero de Saús


San Martín del Rey Aurelio es un municipio situado al sur de la zona central de Asturias, en el curso medio del río Nalón que lo atraviesa por sus zonas más urbanas: El Entrego, Sotrondio (donde se sitúa la Consistorial) y Blimea.  Así, este municipio se estructura en torno a una serie de valles y cordales cuyas aguas vierten al río Nalón y, aunque sus alturas son muy modestas ya que sólo en un caso (pico Tresconcejos) alcanzan los 1.000 metros, en algunos lugares se disfruta de buenas vistas del centro de Asturias. Uno de estos bellos lugares que ofrecen amplia panorámica es La Campeta, casi en el centro geográfico del concejo, encima mismo de Sotrondio; hasta allá se puede subir por diversos caminos: uno, saliendo de Sotrondio por la avenida de Antonio Machado y la carretera que sube a El Madreñeru, para luego por buen terreno pasar por La Sampedro y Cabañesnueves.
            Desde La Campeta, donde hay instalado un repetidor de televisión, se inicia un cordal que en dirección nordeste atraviesa el municipio separando el valle de Blimea, a la derecha y a la izquierda, La Güeria de Carrocera que recorre el río Silvestre. Caminando por este cordal bordeamos el Pico L’Alpeón (749 metros), los Tres Cuetos donde fueron hallados restos arqueológicos que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional, así como un primitivo dolmen, y atravesamos la hermosa campa L’Españal (1).

El pico L'Alpeón desde La Cuesta La Faya

            Los cuatro caminantes hoy, no obstante, parten de Blimea por Llai, para recorrer La Cuesta La Faya que sirve de límite con el concejo de Laviana; a la izquierda queda el valle del río La Güeria Blimea con pueblos como La Cuesta, La Cabezada o Las Quintanas y el cordal de La Campeta, descrito en el párrafo anterior. La subida es fuerte y, en algunos casos, difícil por lo intrincado del terreno; nos vamos acercando a la ladera que cae a la parroquia de Tiraña y damos con la AS-251 en La Facuriella, para desde allí alcanzar la aldea de La Faya Los Llobos a 650 metros de altitud.
            Desde La Faya hasta La Casilla hay apenas un kilómetro por carretera, y en tan corto espacio el caminante recorre tres concejos: se sale de La Faya en el concejo de Laviana, a los pocos metros ya se camina por el de San Martín del Rey Aurelio y a la entrada de La Casilla un letrero nos anuncia que estamos en Bimenes. Es así porque encima mismo de La Casilla se encuentra el pico El Rasu (797 metros) donde coinciden los tres municipios. Al partir de La Casilla, caminamos por el llamado Cordal de Bimenes, pasamos por La Teyera Vallina donde está la Fuente La Leche, La Vallina y ascendemos al Pico Carrozal; desde este cordal se pueden divisar los pueblos del concejo de Bimenes, sobre todo la parroquia de San Emeterio de Piñera, y la sierra de Peñamayor.

Área recreativa en La Teyera Vallina

La cumbre del Carrozal es el lugar ideal para el descanso y la comida contemplando La Güeria de Carrocera, parroquia de Cocañín, que se extiende a nuestros pies (2), y si la vista se alarga puede llegar hasta el macizo de Las Ubiñas. Desde aquí, un fácil descenso nos deja en La Campa San Juan, para ascender hasta el Cordal de La Vara y pararnos a observar a ambos lados la carretera conocida como “Y” de Bimenes, que atraviesa el cordal por un túnel. Esta carretera, que aún sigue en obras con más de un lustro de retraso en su ejecución y varios millones de sobrecoste en su presupuesto, ha sido calificada como “disparate” por el ex presidente del Principado Juan Luis Rodríguez-Vigil. Y decimos “carretera”, no autovía como erróneamente hemos escuchado y leído varias veces en ciertos medios de comunicación.

Peñamayor desde El Carrozal.
En primer término, el camino que va desde La Casilla a La Vaúga

            Pero nosotros seguimos caminando por el cordal, en territorio del concejo de Bimenes pues desde El Carrozal la línea divisoria ya no es la vertiente de aguas; pasamos junto a la ermita de San Nicolás que, aunque en terreno de Bimenes, pertenece a la parroquia de Cocañín y llegamos a La Camperona a 578 metros de altitud. Aquí se encuentra el pico La Coroña, donde de nuevo coinciden tres municipios: ahora Siero, Bimenes y San Martín del Rey Aurelio. Así, el pueblo de La Camperona se convierte en un auténtico nudo dividido entre los tres concejos e incluso con una casa que pertenece a los tres. Desde aquí se podría caminar hacia la Peña El Ciecal y seguir por el Cordal de Langreo, pasando junto a la laguna de Cielo Abierto, hasta llegar a otro punto de interés: El Mayáu Solís, situado sobre El Entrego. Mas los caminantes en este caso cambian de dirección y huyen hacia Siero en busca del mechero de Saús.

Ermita de San Nicolás, en La Vara

            Cerca de La Camperona está El Plano, en la parroquia de Santiago D’Areñes. Atravesamos el pueblo pasando al lado de la ermita de San Antonio, tomamos un camino que en su descenso se cruza varias veces con la SI-12 y bordea la frondosa mata La Escondía y llegamos hasta  el río Candín. Luego, por la carretera a la vera del río, llegamos al poblado de Saús, donde hay abundantes restos de las abandonadas explotaciones mineras. Allí se encuentra el mechero de Saús, a la sazón apagado por la tierra de un derrumbe que taponó la salida del gas: para curar su decepción, los caminantes improvisaron una llama en unos papeles y así obtuvieron una foto trucada.


(1) Juan José Fernández Laviana, Graciano Torre González, Severino Antuña González: San Martín del Rey Aurelio. Conocer el municipio. Edic. Trabe, 1995.
 (2) VVAA (Coord. Pedro Alberto Marcos): La Güeria. Memoria de un valle. Edic. Trabe, 2006.


Las fotos son de Juan Lobelle