Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 25 de septiembre de 2015

EN LA BABIA DE CABRILLANES



Desde La Cueta por el Barranco las Borras y el valle de Chagüezos, para asomarnos a Somiedo; y por el valle de Pozagarcía y La Cogocha, para regresar a La Cueta

            La comarca leonesa de Babia se divide en dos municipios; la conocida como Babia Baja tiene su Ayuntamiento en San Emiliano y la Babia Alta, en Cabrillanes. La Babia Alta linda al norte, a través de las sierras de Rebezo y Chagüezos, con el municipio asturiano de Somiedo; y en esta Babia de Cabrillanes se localiza La Cueta, el pueblo más alto de la provincia de León.
            Siempre es agradable caminar por Babia; así un sábado del pasado mes de junio llegábamos a La Cueta para finalizar una ruta iniciada en Torrestío, y después de pisar tierras de Somiedo en una de sus morteras (Entre Babia y Somiedo, 2 de julio de 2015). Ahora es La Cueta inicio y final de esta caminata circular del grupo La Peñuca; en ella podremos asomarnos una vez más a Somiedo y caminar por la hermosa crestería que separa las dos regiones, además de contemplar la abundancia de escaramujos a lo largo del camino.

Entrada a la aldea de La Cueta de Cabrillanes y puente sobre el Sil
 
            Está La Cueta a 1 420 metros de altitud y es el primer pueblo atravesado por el río Sil, que como otros ríos importantes se forma por la unión de varios riachuelos que se disputan su nacimiento. Remontando uno de ellos, iniciamos el camino recorriendo el Barranco las Borras por una buena pista de tierra que deja a nuestra derecha la pradera de las Espinas; cruzamos por primera vez el reguero y el barranco se abre en los prados de las Borras, cercados de piedra y donde pasta el ganado.
            Una cabaña de reciente construcción, un nuevo paso sobre el reguero y estamos en la majada de Chagüezos, también con su cabaña en buen estado a 1 559 metros de altitud, sobre la que se levanta la espectacular crestería de la sierra de Chagüezos.

 Majada y sierra de Chagüezos

          El río, que también se llama Chagüezos, viene aguas arriba de nuestra izquierda, y nosotros, remontando su valle, alcanzamos el collado Muñón a 1 851 metros de altitud con dos pequeñas lagunas en la divisoria entre Somiedo y Babia; es el extremo occidental de la sierra de Chagüezos, y más al oeste queda la de Rebezo. Por la estrechura que se forma entre las dos sierras, llega al collado el camino que desde La Pola y Valle sube al Puerto, pasando antes por las brañas de Sousas y Fuexu.
            Nosotros hacia el oeste proseguimos el costoso ascenso hasta los 2 026 metros, en la crestería donde la vista ya es amplia sobre Somiedo; luego, el camino, algo difícil, en ligero descenso por la ladera que cae al sur, nos permite alcanzar la canal que nos sube a la cumbre de Peña Chana.

El collado Muñón desde el camino hacia el alto de la sierra
 
            Esta peña a 2 067 metros de altitud, la más alta de la sierra y una de nuestras cumbres de la jornada, es una de las montañas más apreciadas de Somiedo y Babia: al noroeste se contempla todo el valle del Coto, y la vista alcanza hasta La Pola; también al norte pero más al este, la carretera que desde el pueblo de Valle sube al lago, que divisamos medio oculto entre los riscos; y hacia el sur, toda la tierra de Babia y el camino recorrido hasta aquí desde La Cueta.
            Después de la pausa para contemplar tan hermoso panorama y la labor de los fotógrafos, seguimos el camino por la crestería en considerable descenso hasta el collado Sobrelagua (1 885 metros); otro lugar interesante, paso elevado entre la braña somedana de Murias Chongas y los pastos de La Cueta.

Vista al lago del Valle desde Peña Chana
 
           Al sur de este collado se levantan los Picos Blancos; toca pues, ascender hasta el collado las Cruces (1 927 metros) y desde allí a la cima de estos picos, que con sus 2 064 metros es la otra cumbre de la jornada. Aquí, lugar del descanso, la comida y la conversación con la espalda protegida del viento norte, donde tenemos la última panorámica de Somiedo, contemplamos todo el camino recorrido y lo que hacia el sur nos resta para regresar a La Cueta, cuyo caserío avistamos al fondo.
            Al levantarnos del descanso, podemos contemplar las amplias praderas de Cebolléu o Cebochéu por donde corre el río del mismo nombre, que es otro brazo del Sil: tiene dos orígenes, uno en el collado la Paredina y otro, más al este, en la base de Peña Orniz: este último, por su mayor altura, suele ser catalogado como el principal punto de nacimiento del Sil. Una posibilidad en nuestro camino sería el descenso hasta Cebolléu, adonde llegan una pista ganadera que en cómodo recorrido nos llevaría hasta el final; fue el camino recorrido en la ruta realizada hace unos meses y citada al principio del artículo.

Picos Blancos y el collado Sobrelagua
 
            Sin embargo, desechamos tal posibilidad y desde Picos Blancos descendemos más a la derecha hasta Pozagarcía, por donde corre una torrentera que también alimenta al Sil; la cruzamos y seguimos la senda por la ladera que cuelga en la margen derecha del río Sil. Es bonito y agradable este recorrido viendo al fondo la pista y el río en un valle cada vez más abierto entre las praderías que le rodean: cabañas y ganado en la majada de Bustasil y más abajo, el puente de Bustasil.

Por la ladera del valle del Sil
 
            En este cómodo andar en leve pero continuo descenso, llegamos al alto La Cogocha (1 543 metros), que se levanta sobre los prados de diente que cierran La Cueta por el norte. Desde este alto, que se adorna con un interesante monolito piramidal de piedra, descendemos al llano de la pradera. La recorremos y entramos en La Cueta por donde hace algo más de seis horas iniciamos el camino: bordeando el campo de la iglesia parroquial de San Mateo; cruzando ante su caserío, la fuente y el hermoso puente de piedra, junto al que se conserva un molino como muestra de los muchos que hubo en esta parroquia.

Los prados de La Cueta y, a la izquierda, el valle del Sil
 
            Y qué bonita es la tierra de Babia. "Si yo fuera reina -me decía una amiga de León- estaría todo el tiempo en babia". Al menos hoy pudimos disfrutar en nuestro camino, al andar por sus praderías, valles y altas cumbres, asomándonos a su vez al Parque Natural de Somiedo; todo en un espléndido día del final del verano.

Muestra de escaramujo, rosal silvestre, en la foto de Ana Fabián


Las fotos, excepto la citada, son de José  María Arnillas

               (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 19 de septiembre de 2015)

domingo, 13 de septiembre de 2015

LENA, BABIA Y MIERES



Tres días de agosto: caminatas por majadas, vegas y collados más allá del puerto de La Cubilla; nuevo encuentro y agradable estancia con los ganaderos

            El puerto de La Cubilla comunica el término municipal de Lena en Asturias con la Babia leonesa. A mí se me antoja como uno de los puertos más bonitos de la cordillera Cantábrica; cuando la carretera (LE-8) que parte en Campomanes de la N-630 deja atrás el profundo valle del río Güerna, ya en la parroquia de Tuiza comienza un aparatoso ascenso con curvas y pendientes de vértigo. Entonces, en lo alto aparece la espectacular mole rocosa que cierra el panorama, cumbres fácilmente reconocibles que se levantan sobre los puertos de Lena: La Magrera, La Mesa y La Tesa.
            Al llegar a la cumbre del puerto, también conocida como Alto el Palo estamos  a 1 683 metros de altitud, uno de los puntos más altos cruzando la Cordillera por carretera. Y tras el paso de la correspondiente portilla entramos en el término municipal de San Emiliano, capital de la Babia Baja. A partir de aquí, una serie de puertos, vegas y collados se conocen como Puerto Pinos y sus pastos son propiedad del Ayuntamiento de Mieres que los adquirió en pública subasta en el año 1926, tema ya comentado en artículos anteriores.

                                           En el puerto de La Cubilla; y la carretera que sube por Tuiza 


             Este año, sin embargo, la llegada al alto del puerto no nos ofreció la misma imagen que la del 2014 (reflejada en la foto anterior), sino que nos recibió con abundante niebla y orbayu; para dar testimonio de ello, el fotógrafo Cuno Rotella por una vez accedió a ponerse frente a la cámara, y éste fue el resultado, en el mismo paisaje:

 


                La carretera desciende por Puerto Pinos unos dos kilómetros hasta llegar a la "Casa de Mieres"... y aquí está el punto problemático, disputable. La "Casa de Mieres" es un sólido edificio con albergue para ganaderos, vivienda para el guarda de pastos y bar para disfrute y encuentro de ganaderos y caminantes; así vino funcionando durante la temporada de pastos desde hace 80 años, pero ya en 2014 se cerró el bar por orden judicial, y esta temporada, cuando parecía solucionado el problema, se abrió en mayo para ser decretado de nuevo su cierre por un juzgado de León. De todo ello se puede encontrar amplia información en la prensa diaria.

Puente sobre el río Pinos y a la derecha, la "Casa de Mieres"
 
            Tres días por el extenso territorio entre Puerto Pinos, los puertos de Lena y de San Emiliano suponen un magnífico placer para Los Tres güeriatos caminantes. Pero si durante dos días la niebla acampa incluso acompañada, en ocasiones, de persistente llovizna, las posibilidades de disfrutar caminando disminuyen. A pesar del mal tiempo, aún nos queda la posibilidad de acudir a las brañas y majadas más conocidas para saludar y conversar con los ganaderos de siempre.

Camino de las cabañas de Piedra Sobera
 
            No faltaron, no obstante, algunos claros para acercarnos al Alto el Palo y asomarnos al puerto Acebos, las pendientes praderas sobre el valle del Tuiza o alto Güerna. Allí pudimos comprobar como Santos, el guarda de pastos, y sus jóvenes ayudantes se ocupaban de buscar algunas vacas que habían cruzado la alambrada de separación entre los pastos de Puerto Pinos y de Acebos, en Lena. Después de regresado el ganado a su convenido lugar, queda la labor, que acometen con prontitud, de retocar el cierre y dejarlo en condiciones para que cada animal paste donde debe.
             Desde el Alto el Palo, por buena pista ganadera caminamos dejando a nuestra izquierda la peña Tolóbriga, primero y La Magrera, después; al fondo, a nuestra derecha queda la amplia vega de Rodriguero, una más de las muchas que componen Puerto Pinos. Así llegamos al alto de Rodriguero donde hay otra portilla, la de La Raya, que cruzamos para entrar en lo que los ganaderos llaman "Puerto de Lena": es La Vachota, conjunto de brañas y amplios pastizales.

La Raya, entre los puertos de Lena y Mieres
 
             En la base misma de la vertical peña La Mesa nos encontramos en Mayá Vieya, a 1 658 metros de altitud, con varias cabañas y un cercado para el ganado, buen lugar para el descanso y la conversación con los ganaderos atentos al paso de los caminantes. El camino sigue por la pista hasta Los Meruxales de Baxo y Los Meruxales de Riba (1 770 metros), las últimas brañas ya al final de La Vachota y sobre las que se levanta la peña La Tesa.
            Por el mismo camino, La Raya, el puerto La Cubilla y la carretera, es obligado el regreso hacia la "Casa de Mieres". Al llegar, encontramos otro grupo de ganaderos y ganaderas, bien jóvenes por cierto, que regresan, impasibles ante la lluvia, con una manada de vacas y sus terneros para destetarlos. Nos sorprende su juventud, y nos sorprende más cuando nos explican que traen el ganado desde las vegas de Candioches y Rotuerto, en el camino de las Ubiñas.
        La vega de Rodriguero y el camino hacia los puertos de Lena

            Cuando al fin el día amanece despejado, sin niebla, podemos contemplar el río Pinos dibujando sus meandros en los Navares. Iniciamos la caminata entonces por esta vega, pasamos ante la ermita de la Virgen de las Nieves, cruzamos el río por un pequeño puente de madera y llegamos a las cabañas de Piedra Sobera. Luego, ascendemos por pista hasta el collado y la majada los Navares, donde hay una fuente con abrevadero y un indicador de la ruta que por collados y vegas nos llevaría hasta San Emiliano; nosotros seguiremos esta ruta sólo en su primera parte.

Ganaderos y ganaderas en su faena
 
            Siguiendo estas indicaciones nos internamos en la alargada vega de Gorgoberos y ascendemos hasta su parte más alta, donde se encuentra la conocida como Laguna Mala: una charca que conserva el agua hasta finales de mayo para convertirse en un humedal y en este seco mes de agosto mostrar únicamente la cicatriz de lo que fue una laguna. La bordeamos y seguimos ascendiendo hasta el collado Naves, donde está la valla que indica el final de los pastos de Puerto Pinos. Al otro lado de la valla la vista se extiende hacia el sur por las praderas de Naves y hasta la llanura de Babia.

 El camino hacia el collado los Navares y la vega de Gorgoberos
 
            Abandonamos la ruta marcada, caminamos hacia nuestra derecha bordeando la valla de separación y ascendemos hasta un crestón rocoso sobre las cuadras y praderas de Puerto Párragos; otro puerto de San Emiliano donde abunda el ganado, sobre todo caballar. También desde aquí vemos el estrecho valle del río Pinos por donde desciende la pista de tierra que desde la "Casa de Mieres" comunica con Pinos pueblo.
            Bordeando la Peña los Navares llegamos de nuevo junto a las dos cabañas (cabanas, dicen allí) y la fuente de la majada los Navares. A partir de aquí, decidimos enfilar el ya conocido valle de La Cubilla; por este valle entre la Peña los Michos y el pico Negrón de La Cubilla, corre el Arroyo del Puerto hacia las praderías y el pueblo de Villafeliz para desembocar en el río Luna.

 Panorámica hacia el valle y el puerto de La Cubilla
 
            Después de pasar por la majada de La Cubilla, la senda va girando hacia la izquierda, bordeando un altozano para entrar en la vega la Cueva, donde nace el río Pinos. Y de nuevo en la vega los Navares nos encontramos frente a la "Casa de Mieres", principio y final de nuestras caminatas en estos tres días del pasado mes de agosto. También, con caminantes y ganaderos, lugar de encuentro y conversación que esta temporada tuvo dos temas recurrentes: la fuerte sequía y agostamiento de los pastos del puerto y, cómo no, la posibilidad de un acertado recurso que consiga abrir de nuevo y definitivamente el bar que tanto se echa en falta.

Niebla y ganado en las proximidades de la "Casa de Mieres"

 Las fotos son de Cuno Rotella