Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

sábado, 31 de mayo de 2014

A REDES DESDE ALLER



Desde Pelúgano a Soto de Agues por la Pandiella, la Collada Veraniegu, el Alto la Llomba, el valle Texera y la Ruta del Alba

            El Parque Natural de Redes en el término municipal de Sobrescobio y el concejo de Aller tienen una línea divisoria que se extiende entre dos cumbres señeras como la Forcada y el Retriñón. Al sur de esta línea divisoria queda la parroquia allerana de Pelúgano y al norte, en el Parque Natural, el Paisaje Protegido por donde se extiende la conocida Ruta del Alba. Esta caminata de sur a norte, también con algunos tramos por la linde con el concejo de Laviana, fue una propuesta para el grupo La Peñuca de Manuel Quintana, en un día con amenaza de lluvia que por fortuna para los caminantes no se confirmó.
            Pelúgano, en la vertiente sur de Peña Mea, es un pueblo dividido en dos partes bien diferenciadas. Nosotros partimos de Barrio Baxo a 575 metros altitud, en la plaza donde está la ermita de San Pedro, y ascendemos por una pista de pronunciada pendiente hasta Barrio Cima; pasamos por la plaza donde está la iglesia parroquial de Santa María la Real y abandonamos el pueblo por la pista que sube al caserío de La Vallina y al cementerio, que dejamos a nuestra derecha. La pista se convierte en camino carretero por el que también se sube a la collada de Pelúgano y a Peña Mea; nosotros ya lo hemos hecho en otra ocasión (A la sombra de Peña Mea, 24 de noviembre de 2012), pero ahora al llegar a un cruce seguimos la señalización hacia el pico La Forcada.

Praderías al iniciar el camino (*)

            Al principio el camino es ancho y por él circulan algunos ganaderos en su vehículo; luego se va estrechando entre prados cercados de piedra, y siempre ganando altura, bordeamos las majadas de Grandegrande (730 metros) y Cocháceos, mientras vemos a nuestra derecha la pista que sube hacia Pandulatabla y al fondo, el valle por donde corre el arroyo San Julián, uno de los principales afluentes del río Ayer en el que desemboca en el lugar de Entrepeñas. Al otro lado del valle del río Ayer podemos observar las praderías de Cotobello, resultantes de una explotación de carbón a cielo abierto; según vamos ganando altura, la vista también alcanza hasta la Cuerda del Ajo, en el perfil nevado de la cordillera sobre el puerto de San Isidro.
            A 900 metros de altitud, ya en la ladera de Peñas Negras, llegamos al collado Caberu, donde es necesaria una primera parada antes de abandonar el camino para seguir por la senda que trepa en la ladera del cordal que desde Peña Mea y Peñas Negras alcanza hasta la campa la Pandiella. Aunque empinado, es agradable el ascenso por esta senda contemplando al fondo la cabecera del valle de San Julián, hasta llegar a la campa la Pandiella a 1 270 metros de altitud.

 El camino hacia la campa la Pandiella (**)

Campa alargada y majada con algunas cabañas, la Pandiella se encuentra entre  Laviana y Aller; asomarse a su vertiente norte es contemplar el Raigosu, denominado Monte de Utilidad Pública dentro del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, por donde está trazado el PR AS-290 Foces del Raigosu, y también pueblos de la parroquia de Villoria como Los Tornos, Grandiella o La Pumará. La campa se alarga hasta la ladera del pico La Forcada, pero para facilitar la ascensión preferimos bordearlo por el sur hasta la collada Veraniega (1 475 metros); desde allí con una fácil trepada, el apoyo del palo y las manos en algunas piedras, alcanzamos sus 1 556 metros, la mayor altura de esta jornada.

Campa la Pandiella y pico La Forcada (**)

La cumbre de La Forcada es el vértice entre Aller, Laviana y Sobrescobio y ofrece una estupenda panorámica hacia los tres concejos: por el primero, hacia el sur, se extiende la sierra Magrera, donde destaca el pico Cuchu; en Laviana, parroquia de Lorío, el río Mosquíl más abajo del Raigosu, por los pueblos de L’Acebal y Ribota llega hasta el Nalón; por el valle del Nalón, la vista alcanza hasta zonas urbanas de Laviana y San Martín del Rey Aurelio; y en Sobrescobio, siguiendo el cordal, está el monte Llaímo, hacia donde seguirá nuestro camino.

Bordeando La Forcada; atrás el cordal desde Peña Mea a la Pandiella (*)

El descenso de la cumbre es fácil, y tras agradable cresteo, llegamos a la majada los Casares (1 444 metros), con buenos pastizales y muchas construcciones formadas por cabañas o chozas rodeadas de un recinto de piedra para proteger el ganado de los lobos; por la abundancia  de estas construcciones de piedra en su totalidad, incluida la techumbre, debió de ser una próspera majada en su tiempo: se accede a ella con el ganado desde pueblos de Laviana por el valle de Sogrande.

Choza y corro en la majada los Casares (**)

Pasada la collada la Llaguna de donde parte hacia el norte la sierra del Crespón, divisoria entre Laviana y Sobrescobio, con una charca que le da nombre, tan pequeña que pasa desapercibida a algunos caminantes, llegamos al Alto la Llomba (1 458 metros), ya sobre la Foz de Llaímo. Todo este cordal que venimos recorriendo, sobre el que se asoma el inconfundible Retriñón que aun con una boina de niebla en la cumbre atrae la atención de los fotógrafos, cuenta con varias fuentes y es propicio para el pasto de ganado menor, reciella, que acude desde pueblos de Laviana y Sobrescobio.
Pasada la Llomba, podemos contemplar los pueblos de Sobrescobio: Soto de Agues y Ladines; Rioseco, junto al embalse; y Campiellos en la falda de la Chamoca, a la que se llega desde Peñamayor por el cordal de Breza. Nos internamos así en los montes de Llaímo, y debajo del pico la Texera, en la cabecera del valle del mismo nombre encontramos el lugar propicio para el descanso, la comida y la conversación.

Collada la Llaguna y al fondo el Retriñón (**)

Tras el breve descanso, el descenso hacia el fondo del valle tiene una primera parte difícil y desagradable: el camino desaparece y hace preciso el paso entre matorrales, el salto a los prados cercados de alambrada e incluso por el mismo reguero que aún con poca agua se precipita hacia el fondo. Hasta que aparece un camino que en muy mal estado, árboles caídos y matorral que lo invade, discurre junto a varias construcciones abandonadas, las cabañas de Biforcal, pero a juzgar por su volumen, algunas incluso con corredor, en otro tiempo debieron de ser viviendas estables.
Al fin damos con dos construcciones en buen estado, una de las cuales, con porche donde se amontona madera cortada para el fuego, muestra su identificación en el dintel de la puerta: “La cabaña del abuelo”. Estamos en Valdecéu (710 metros) y no parece casualidad que a partir de aquí el camino se muestre limpio, ancho y cuidado. Pasamos por un puente de piedra a la margen derecha del reguero que ahora ya va crecido, por una pista maderera descendemos atravesando un frondoso hayedo y llegamos a la orilla del río Alba, en el puente de la Vega de Valdecéu. Es aquí el lugar donde se inician las Foces de Llaímo que suben hasta el nacimiento del río, y donde finaliza la bien arreglada Ruta del Alba, que viene desde Soto de Agues señalizada como PR AS-62; y esta distancia de cinco kilómetros es lo que a nosotros nos queda por recorrer.

Pueblos de Sobrescobio: Soto de Agues y Rioseco junto al embalse (*)

Ya se sabe: el fácil y agradable recorrido por la margen izquierda del río Alba; el paso junto al puente del Retortoriu, por donde se toma el camino hacia Porciles; el Campurru, donde ante restos del cargadero de la mina Carmen recordamos el antiguo ferrocarril de la Campurra que transportaba el mineral y unía, también con viajeros, Pola de Laviana con Rioseco. Y ya faltando dos kilómetros, el frágil puente de madera que por Les Llampes desvía la ruta a la margen derecha del río para llegar a San Andrés y Soto de Agues, donde finaliza esta larga caminata que nos trajo a Redes desde el concejo de Aller.

Vista al valle del Nalón desde la cumbre de La Forcada (*)



                     (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 24 de mayo de 2014)  

(*) Fotos de José Arnillas
(**) Fotos de Juan Lobelle
 

jueves, 22 de mayo de 2014

TEVERGA, YERNES Y TAMEZA Y PROAZA



Por el Puerto de Marabio, el Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro, el Puerto de Bandujo y el Camino de La Molina

            El Puerto de Marabio en el término municipal de Teverga, parroquia de Santianes, límite con el concejo de Yernes y Tameza es una extensión de pastizales de las más importantes de Asturias; fue declarado por la administración autónoma Monumento Natural debido a su valor cárstico, uno de los más relevantes del Principado. Una carretera que parte de la AS-228 después de pasar el pueblo de Entrago atraviesa el puerto para enlazar en Villabre, capital municipal de Yernes y Tameza, con la AS-311 que sale a Grao. La invitación al grupo La Peñuca de José Arnillas, un asiduo patrón de fotos que ilustran los artículos de este blog, nos subió a Marabio para iniciar una caminata que él preparó sin perder ningún punto.
            Así, iniciamos la marcha poco más arriba del lugar conocido como Casaompablo (Casa de Don Pablo) a 988 metros de altitud, con una buena vista de la amplitud del puerto hasta el collado límite con Yernes y Tameza. Hay allí un indicador del GR 101-1 Camino de Cueiro a Villanueva de Santo Adriano, un apéndice del GR 101 Camino Real de La Mesa; la antigua calzada romana que, desde los tiempos del emperador Augusto, unía a través del puerto de La Mesa la meseta castellana con la villa de Gijón.

El Puerto de Marabio: al fondo, el collado límite entre municipios (*)

            Por buen camino, senda, praderías y abundantes matas de carrascos, vamos ganando altura y dejando a nuestra espalda una bonita panorámica del perfil de la cordillera: Peña Rueda, el macizo de las Ubiñas y más a la derecha, en Somiedo, el Cornón. Así hasta ganar la cota de los 1 228 metros en el límite entre los dos concejos vecinos. Frente a nosotros se presenta el pico Caldoveiro, ya en terrenos de Yernes y Tameza; debemos, entonces, perder algo de altura para acercarnos a la ladera y ascender con facilidad a su cumbre (1 354 metros), con vértice geodésico y buzón montañero en una cruz de hierro. Contemplamos desde allí los pueblos de Yernes y Tameza, con Villabre en la base misma de este pico que ha dado nombre a lo que se conoce como Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro, amplia superficie que se extiende en los concejos por donde estamos caminando.

Hacia el pico Caldoveiro (**)

            Descendemos por la ladera hasta la vaguada de Tambaisna (1 185 metros), depresión de origen cárstico donde se encuentra la laguna del mismo nombre. Desde allí subimos al collado de Santiago (1 241 metros) en el límite entre Teverga, Yernes y Tameza y Proaza: el paso más alto del antiguo camino de estas tierras teverganas hacia la capital de Asturias; no vemos, sin embargo, restos del albergue de caminantes ni de la ermita de Santiago que en otro tiempo jalonaron este paso.

El lago Tambaisna desde la ladera del Caldoveiro (**)

            Caminamos ahora en la linde entre Tameza y Proaza hasta la amplia y hermosa vega de La Barrera (1 104 metros), donde hay cinco lagunas cercadas con vallado de madera y plantaciones de abedules, y con paso a las dos mayores para servir de abrevadero. A partir de aquí nos adentramos en el término de Proaza por brañas y praderías donde encontramos un indicador del GR 109 Asturias Interior, etapa 16 entre Villanueva de Santo Adriano y Villamayor en Teverga. Estamos en el Puerto de Bandujo y al llegar a la campa de San Bartuelu (1 003 metros) pasamos por una portilla en la valla de separación de pastos; hasta aquí llega una buena pista de exclusivo uso ganadero que une el puerto con el pueblo de Bandujo.

La vega y los lagos de La Barrera (*)

            Nosotros, tratando de evitar la pista que se ofrece pesada curva tras de curva, tomamos la senda que por la ladera va hacia las cabañas de La Cochada, con interesantes construcciones en ruinas junto a otras reformadas recientemente. A nuestra izquierda contemplamos el valle del río Murias que baja a desembocar al Trubia en la villa de Proaza, parte de cuya zona urbana vemos al fondo; y también, la aldea de Serande en la otra ladera del valle del Trubia, la que sube a Pedroveya.
            Después de la parada aprovechando un pequeño collado para la comida, el descanso y la conversación, entramos en una caleya empedrada, y a partir de aquí todo será descenso hacia la aldea de Bandujo; un camino con evidentes síntomas de abandono, pero que fue, hasta el trazado de la pista antes citada, el acceso al puerto para ganados y ganaderos.
 
Las cabañas de La Cochada, ejemplo de arquitectura tradicional (*)

            Alto obligado en el camino, también para la labor de los fotógrafos, es Bandujo (660 metros), aldea típica asturiana con considerable interés arquitectónico popular: la bien conservada torre de Tuñón, de planta circular con tres pisos y escudo con los blasones de los Tuñón, los Bandujo y los Miranda; a su lado, un palacio también con torre cuadrada que fue propiedad de los Álvarez de Bandujo; y cerca de ambos, la iglesia parroquial de Santa María modelo románico popular, la construcción religiosa más antigua del concejo, que consta en un documento de 912 como donación de Fruela II a la Catedral de Oviedo.

Entre el caserío de Bandujo, la torre y el palacio (*)
 
            Salimos de Bandujo, con su caserío distribuido en barrios, por el Camino de La Molina, el camino medieval que sube a la aldea desde el fondo del valle; es un buen camino arreglado en 2012, según leemos en un cartel a la salida del pueblo, con aportación económica de fondos europeos. Discurre en un hermoso bosque de castaños por la margen derecha del arroyo Bandujo, cuyas aguas cantarinas oímos al fondo del valle; luego, en atrevido zigzag, desciende hasta el nivel del río para pasar a su margen izquierda por un puente de piedra.

Castaños en el Camino de La Molina (**)

            Así, entre puentes y hermosas cascadas, llegamos a la Senda del Oso (260 metros) en un punto entre Caranga y Entrago, donde el arroyo entrega sus aguas al río Teverga y nosotros podríamos finalizar nuestra caminata; pero es necesario seguir algunos metros por la Senda del Oso, en esta hermosa tarde de un sábado primaveral frecuentada por caminantes y ciclistas, para cruzar el río Teverga por un puente de hormigón y salir a la AS-228 a la altura del kilómetro 21, donde en el necesario aparcamiento nos espera el autobús. Aquí, sí es el definitivo final de esta hermosa caminata por monumento natural, paisaje protegido, aldea tradicional, camino medieval… ¿Qué más se puede pedir para andar el camino?

El Puerto de Bandujo y, a la derecha, la pista que sube desde el pueblo (**)


                     (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 17 de mayo de 2014)  

(*) Fotos de José Arnillas
(**) Fotos de Juan Lobelle