Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 18 de julio de 2014

EN EL PARQUE NATURAL DE REDES



Collados y majadas de Caso en la parroquia de Orlé: La Felguera, Frieru, Campigüeños, Valloseru, Melordaña…

            Orlé tuvo hasta 1827 Ayuntamiento propio aunque unido al de Caso, y desde 1986, además de parroquia eclesiástica bajo la advocación de San Bartolomé, tiene la categoría de parroquia rural con facultad para elegir en los comicios municipales un gobierno de presidente y sus vocales; cuenta además con bienes propios, como el uso del bello monte de Purupintu, por donde nosotros pasaremos en la caminata de hoy.
            El pueblo de Orlé, único de su parroquia, escalona su caserío en la ladera del monte que cae en la margen derecha del río que lleva su mismo nombre, y se divide en dos lugares bien diferenciados: Nozaleda, el barrio bajo, próximo a la margen del río, y Cima la Villa, como su nombre indica, la parte alta del pueblo y también la más antigua, donde hay varias casas tradicionales como la de la Portiella, del siglo XVIII.
            Es Orlé, una de las diez parroquias de Caso, incluida como todo el término municipal y también el de Sobrescobio en el Parque Natural de Redes, adonde siempre acudimos para disfrutar caminando por sus inagotables collados, majadas y cumbres. Y en esta ocasión, como en tantas otras, de la mano de Paniceres, un casín, aunque los avatares le llevaran a nacer en Bimenes, que conoce como pocos cada rincón de su tierra, y con quien es un placer caminar recibiendo información sobre los lugares que pisamos.

En la parroquia de Orlé: valle de Covayón y bosque de Purupintu
 
            Iniciamos la caminata a 660 metros de altitud en Nozaleda, al lado de la AS-254, y a la salida del pueblo comenzamos a ascender por el estrecho valle del río de Enmedio que se une al Orlé en las proximidades del pueblo. El valle asciende hacia la sierra Los Duernos y nosotros lo recorremos  por un camino empedrado cada vez más pendiente; a nuestra izquierda podemos contemplar los collados Torres y las Traviesas, antes de que las últimas curvas nos permitan alcanzar la majada La Felguera a 1 226 metros de altitud, ya en plena ladera de Los Duernos, con algunas cabañas entre árboles, praderías y una fuente sin agua. A partir de aquí, el camino se convierte en pista con retazos de hormigón, y la pendiente se acentúa hasta llegar al collado Frieru (1 344 metros): es el lugar donde nace el río de Enmedio y donde finaliza la pista.
 
Buena pista de reciente trazado hacia el collado Frieru

            Caminamos ahora por una senda en la sierra de Los Duernos, y en la estrechura conocida como Pasada Mozquitón (1 428 metros) cruzamos hacia la ladera oriental y entramos en el monte Purupintu; es una hermosa mancha forestal colgada en la ladera, uno de los parajes más recónditos y de mayor protección ambiental del Parque, siendo además uno de los bienes en usufructo de la parroquia de Orlé. Es un placer recorrer el bosque por la senda que al final se abre a la campa la Biesca (1 338 metros).
            Esta campa, situada bajo la Peña los Foxones da paso a la majada Covayón, una amplia pradería casi vertical que también se le conoce como valle de Covayón; en su extensa pradería abunda el ganado, hay varias cabañas derruidas y un paredón rocoso en el que se abre la conocida como cueva del Covayón; también es el lugar donde nace la riega Candielles, que se va hacia el río Ponga, en el que desemboca cerca de Sellaño ya con el nombre de río Semeldón.

El valle de Covayón y el paredón donde está la cueva

            Ascendemos por las verdes praderas de este valle hasta la parte más alta, el collado Cardiel (1 633 metros), en el borde occidental del Cordal de Ponga; es la base para el ascenso a la cumbre de la jornada, la Becerrera de San Pedro que se encuentra frente a nosotros sobre el collado.
            Esta cumbre, también conocida como pico Campigüeños y a la que desde Ponga llaman Peña les Víes, se encuentra en el límite entre ambos concejos y su vertiente oriental, la que cae a Ponga, impresiona por su verticalidad; cuando la niebla que cubre el valle pongueto se disipa, deja paso a un magnífico panorama: pueblos como Taranes, Tanda, Abiegos y hasta San Juan de Beleño, frente a la que se levanta el Tiatordos, cumbre más señera del cordal.
 
Costoso ascenso por el Covayón hacia el collado Cardiel

            Con este panorama y también la vista que hacia el sur nos muestra los lugares por donde seguiremos caminando, es un buen lugar para el descanso, la comida, la conversación y algunos tragos de buen vino en compañía de un grupo de caminantes venidos de Bilbao con la ocurrencia de alcanzar esta cumbre desde Taranes, adonde regresarán para finalizar su jornada montañera.
         El descenso lo hacemos en principio cresteando con precaución, para luego bordear el pico la Pelecera antes de llegar a la majada de Campigüeños (1 530 metros). En esta majada hasta no hace mucho se celebraba una fiesta de verano organizada por los ganaderos de la parroquia de Campo de Caso; desde aquí se puede descender hacia el pueblo de Pendones en la parroquia de Sobrecastiello o como haremos nosotros hacia Orlé.

Cumbre de la Becerrera de San Pedro

            El descenso ya es continuo, y el siguiente paso es la majada de Valloseru (1 440 metros), donde hay varias cabañas con paredes de piedra y techumbre de losa y una fuente de agua muy fresca: un simple manantial junto al que no falta el oportuno vaso de imprescindible uso en estos casos; aquí nace uno de los regueros que conformarán el río Orlé, al que nosotros seguiremos hasta el final del camino. Esta majada y la anterior de Campigüeños, aunque están en terrenos de la parroquia de Orlé, son de administración municipal y de uso comunal para los ganaderos del concejo.
            Ahora el valle se estrecha y el camino desciende por la Foz de Valloseru, hasta que de nuevo se abre a la majada de Melordaña (1 250 metros), flanqueada al sur por la peña la Carrasca, cumbre bastante apetecible para los amantes de los riscos. En Melordaña hay también una fuente con abrevadero, varias cabañas y algunos paneles informativos sobre las majadas de Caso o la flora y la fauna del Parque.

La majada de Valloseru

            Bordean la majada varios regueros que aumentan el caudal del río Orlé, labrando más abajo la espectacular Foz de Melordaña: entre rocosas paredes verticales, un paraje de gran valor paisajístico con escasa vegetación, por donde el agua, en esta época del año, discurre subterránea para dejar un bonito y agradable paso a los caminantes sobre grandes bloques de piedra.
           Después de la foz, de nuevo otra majada, Conforcos, entre arbolado, prados cercados de piedra y un refugio de cazadores conocido como El Chalé. A partir de aquí, el camino es una caleya empedrada entre prados cercados de piedra, hasta que pasadas las cabañas del Acebal se convierte en pista de tierra en la margen del río Orlé, aquí llamado Riumasaltu, que va recibiendo la aportación de otros regueros: el Fresnedal, por la derecha y el de la Vallina, por la izquierda.

La majada de Melordaña y la entrada a la foz

           Cuando lo cruzamos por el puente de piedra conocido como puente Vallemasaltu, el río Orlé pasa a llamarse río de Abaxu; lo cruzamos de nuevo por otro puente, el de La Pumarada, y pronto entramos en Nozaleda.
            Dejamos que el río, ya sin cambiarle de nombre, siga su camino hasta entregar las aguas al Nalón en el embalse de Tanes y terminamos, en el mismo punto donde la iniciamos, esta caminata en el concejo de Caso por majadas, collados, bosque, una cumbre y dos espectaculares foces: algo que en pocos sitios se puede encontrar como en este Parque Natural de Redes.

El Cordal de Ponga desde la Becerrera de San Pedro


                         (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 12 de julio de 2014)
  
Las fotos son de Juan Lobelle

viernes, 4 de julio de 2014

EN EL PARQUE NATURAL DE SOMIEDO



Por los valles de Pigüeña y Cormichán: La Rebollada, Corés y hasta Villar de Vildas

            Todo el término municipal de Somiedo fue declarado Parque Natural en junio de 1988; asimismo, también fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2000. Nuestro proyecto inicial era acercarnos a los montes de Somiedo para realizar una caminata hacia la sierra de la Serrantina, llegando también hasta el valle de Xunqueiras, ya dentro del otro parque natural, el de las Fuentes del Narcea; una propuesta para el grupo La Peñuca de Carlos de Paz (Serbal), buen conocedor de esta zona, quien gusta de transmitir sus conocimientos para el disfrute y entretenimiento de los caminantes. Mas la aparición de una borrasca convertida en lluvia, incluso antes de que pudiésemos hacernos cargo de la mochila, y sin visos de amainar a lo largo del día, nos obligó a ir variando el programa, pero sin renunciar al principal objetivo, la aproximación a la Serrantina, y completándolo con un interesante recorrido a la vera de dos ríos importantes del municipio: el Pigüeña y su afluente el Cormichán.

Bosque y pradería en la parroquia de Pigüeña

            Como estaba previsto, iniciamos la caminata a 630 metros de altitud en un lugar de la carretera que desde Aguasmestas, en la AS-227, comunica con Villar de Vildas; cruzamos por un puente de piedra el río Pigüeña y poco después en Los Molinos, el arroyo Cormichán. Nos proponemos seguir el valle del Cormichán hasta su cabecera, para lo cual subimos por el camino real que unía antes del trazado de la carretera las localidades de Pigüeña y La Rebollada; por entre bosque y prados de diente, pronto llegamos a esta aldea, una de las tres localidades de la parroquia de San Martín de Pigüeña.
 
El valle de Cormichán desde el inicio del camino

            Es La Rebollada una aldea que mira hacia el sur en la ladera, a 883 metros de altitud y con casas bien conservadas; la atravesamos, y por una pista de exclusivo uso ganadero vamos recorriendo el valle por la margen izquierda del arroyo. La pista termina al llegar a la braña de Cormichán (1 087 metros); a juzgar por el número de cabañas y cuadras con la techumbre de teja y de losa, ésta debió de ser una braña importante en su tiempo. Fue una braña equinoccial de La Rebollada, esto es donde los ganaderos de este pueblo vivían desde el equinoccio de primavera hasta el de otoño; hoy con sus potentes vehículos y la pista para su exclusivo uso, pueden visitar el ganado todos los días si es necesario y, en consecuencia, las cabañas están todas en estado de abandono; para nosotros, un buen lugar para un pequeño descanso, la labor de los fotógrafos y los comentarios sobre la pertinaz lluvia que no nos abandona.

 
Entrada a la braña de Cormichán

            Salimos de Cormichán por una senda que se interna en el hayedo Débanu en la ladera que cuelga en la margen derecha del arroyo; la senda asciende casi en vertical hacia la cabecera del valle, y cuando en la frondosidad del hayedo empezamos a oír las esquilas de las vacas, sabemos que pronto el bosque se abrirá a las praderas donde pasta el ganado. En efecto, llegamos al collado Chagüezos (1 430 metros) en la linde entre los términos de Somiedo y Cangas del Narcea; un buen lugar para el descanso y el disfrute si el viento y la lluvia no azotaran con fuerza.
            Asomarse desde el collado hacia Cangas sería contemplar, si la niebla no lo cubriera todo, tierras de las parroquias canguesas de Cibea y Genestoso y collados como Rabo de Asno o el Chano de los Bueyes, por donde en otra ocasión caminábamos en un día con mejor tiempo que hoy (Por las alturas de Cangas del Narcea, 28 de junio de 2011). En Chagüezos también arranca hacia el norte la sierra de la Serrantina, limite natural entre Cangas y Somiedo, que cuenta con cumbres como el pico Castiello, Fanarrionda o el Alto de la Pachagosa.

El ganado pasta en el collado Chagüezos

            Aquí, además, nace el arroyo Cormichán y, renunciando a otros objetivos mayores, nos aprestamos a recorrer su valle ahora en sentido descendente; lo hacemos, sin embargo, por una buena senda que a media altura recorre la ladera de su margen izquierda. Así, pasamos por una braña abandonada con los restos de las cabañas cubiertos de matorral: es La Fontanina y, como su nombre indica, tiene una buena fuente que en un día seco y soleado hubiera hecho las delicias de los caminantes. Desde el camino podemos ver en la ladera opuesta el hayedo y la senda por donde subimos, y más al fondo atisbamos también la braña de Cormichán. La senda se bifurca, y si seguimos por la ladera sin perder altura, llegamos a la braña el Tornu (1 050 metros) para desde allí por pista ganadera descender hasta La Rebollada, adonde también llegamos tomando la senda descendente y pasando de nuevo por la braña de Cormichán.

El hayedo Débanu y la senda por donde se asciende al collado

            En La Rebollada, cuando parece al fin que la lluvia amaina y el tiempo clarea, encontramos en el atrio de la ermita de San Antonio el lugar adecuado para el descanso, el bocadillo, la conversación… y la hospitalidad de Armando y su mujer; un matrimonio de esta aldea, él antiguo productor de Ensidesa, que compaginan su residencia habitual aquí y en Avilés a lo largo del año: nos abren su casa y nos convidan con café y algo más.

La ermita de La Rebollada

            Reanudamos el camino abandonando el pueblo agradecidos por la amabilidad de estos vecinos, y descendemos de nuevo a Los Molinos, allí donde iniciamos la ruta y donde el arroyo Cormichán desemboca en el río Pigüeña que sigue su curso hasta desembocar en el Narcea cerca de Oviñana. Nosotros nos aprestamos a remontar el valle del Pigüeña por la carretera que recorre la margen derecha del río; unos cuatro kilómetros y medio que pueden parecer pesados, pero el valle es suficientemente bucólico, con pradería y bosque en ambas márgenes, para convertirlos en un paseo entretenido y agradable.
 
La niebla por los altos, desde el valle del Pigüeña

            Tras superar una fuerte pendiente, la carretera pasa por Corés (850 metros), único pueblo de su parroquia, situado en una pequeña plataforma sobre el río; después, un leve descenso nos acerca de nuevo al río para ascender luego hasta Villar de Vildas a 870 metros de altitud.
            Villar de Vildas es también la única localidad de su parroquia, una de las 14 que componen el municipio de Somiedo; un pueblo sin carretera hasta casi finales del siglo XX, fue en el año 2004 Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar y hoy es la segunda localidad más poblada del concejo, sólo por detrás de la villa municipal; de aquí parte una pista hacia la braña de La Pornacal, la más grande y mejor cuidada del Parque, que atrae visitantes casi todo el año. En Villar de Vildas (de abedules), al lado del río Pigüeña que viene del puerto de los Zreizales en la vertiente norte de la Cordillera, finalizamos esta caminata que, a pesar de las inclemencias del tiempo, nos permitió recorrer dos valles, tres parroquias, tres localidades, algunas brañas, collados y acercarnos a la Serrantina, para asomarnos desde el Parque Natural de Somiedo al de las Fuentes del Narcea.

La aldea de La Rebollada muestra orgullosa su caserío

                        (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 28 de junio de 2014)

Las fotos son de José Arnillas