Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 18 de diciembre de 2015

PEÑAMAYOR OTRA VEZ



El GR 109 desde Puente Miera, por Les Praeres, el Orosu y Fayacaba, hasta Melendreros; y el PR-AS 141 hasta Rozaes

            Acudimos en la caminata de hoy a una nueva etapa del GR 109 Asturias interior, que como es sabido recorre Asturias de oriente a occidente sin asomarse a la costa y sin buscar las grandes cumbres de la Cordillera; desde Panes a Santa Eulalia de Oscos, algo más de 500 kilómetros en 27 etapas. Y claro, si de la Asturias interior se trata es imprescindible pasar por Peñamayor; así que quiso la casualidad o tal vez el buen criterio de los planificadores, que en dos caminatas seguidas nos acercáramos a esta montaña que tantos lugares de interés ofrece.
            En la caminata anterior, contemplábamos desde el Trigueru que la sierra de Peñamayor se alargaba por el Cordal de Breza hasta La Chamoca, en Sobrescobio; y, lo comprobábamos en el descenso por el Valle de Breza, también hasta la Repunta, sobre El Condao. Ahora, veremos que por el norte la sierra avanza hasta los confines de les Cuerries de Beloncio, en Piloña. Y todo esto, desde el pico la Múa hasta La Chamoca, es para algunos, entre los que me encuentro, La Peña. Entonces, como en el artículo anterior, debo agradecer al coordinador de esta caminata, Ramón Azcano, su propuesta al grupo La Peñuca, en la que además nos tenía reservada una muy agradable sorpresa.

Camino y bosque en otoño; bonita postal de Ana Fabián.
 
            Iniciamos el camino en la AS-254, a 250 metros de altitud, en Puente Miera, una aldea junto al río La Marea, que nace en la collada de Arnicio, Caso. Puente Miera pertenece a la parroquia piloñesa de La Marea, pero en cuanto cruzamos por el puente al otro lado del río ya estamos en la de Beloncio.
            El camino comienza por una carretera que pronto se va a la derecha hacia La Matosa, Travesera y Peruyero, núcleos de población de esta misma parroquia, y nosotros seguimos por buena pista entre bosque de castaños. Vamos remontando el curso del río La Muriosa, que recorre Beloncio de oeste a este para, bajo el puente de Miera, desembocar en el río La Marea. Pronto pasamos por la braña de Zaramal, donde hay bastantes colmenas y, ganando altura, dejamos a un lado la majada de Biforcos.

El camino junto al río La Muriosa.
 
            A nuestra derecha destaca imponente la Peña del Águila cuyo vértice señala la separación entre los municipios de Piloña y Nava. Ya en este concejo y también parroquia de Nava, pasamos sobre una de las cabeceras del río La Muriosa; es la riega la Vega que junto a la riega el Treme trae aguas de la vertiente de Breza.
            El camino se empina y se estrecha en el barranco de la riega La Focella que baja del monte La Llama; así, dejando atrás el barranco, llegamos a la casería de El Felguerón donde se impone un primer descanso. Frente a nosotros contemplamos todo el cordal de Peñamayor recorrido en la caminata anterior, con la extensa mata el Texíu colgando en la ladera; más allá asoman la collada de Breza y el Trigueru.

Vista hacia el cordal de Peñamayor con la mata el Texíu.
 
            El ascenso continúa y pronto llegamos al Alto La Llama a 707 metros de altitud. Es el lugar más apropiado para subir al pico la Múa, al que llegaríamos por la braña Carbayal y el collado las Fuentes, zona de buenos pastos; a nuestra izquierda cada vez más cerca, el cordal de Peñamayor y como una de sus estribaciones, el pico Fayacones. Un leve descenso, y de nuevo ganando altura pasamos por el Cavadal, donde entre varias cabañas bien conservadas hay un albergue del Ayuntamiento de Nava: se conoce como el Albergue de La Llama y hasta la pasada década dispuso, como la mayoría de los albergues de montaña, de personal que lo mantenía siempre abierto, y donde resultaba muy agradable una estancia de varios días para recorrer desde allí toda La Peña; en la actualidad está cerrado, y para su utilización se requiere pedir la llave en la consistorial de Nava.

Desde el Alto La Llama, el Carbayal y, al fondo, el pico la Múa.
 
            Tras un breve recorrido y leve ascenso, dejando a nuestra derecha la cabecera de las hermosas Foces del Pendón, ya estamos, a 751 metros de altitud, en Les Praeres, para mí uno de los lugares mágicos de La Peña: la foto de portada de este blog recoge una vista de esta pradera que de mayo a octubre se puebla de ganado vacuno y caballar en busca de sus buenos pastos, y uno de mis primeros artículos lleva por título Les Praeres de Nava (26 de abril de 2011). Por aquí pasa el GR 105 Ruta de las Peregrinaciones, el camino de Oviedo a Covadonga; llega hasta Les Praeres desde el pueblo de Piloñeta por una pista abierta a los coches que ofrece, si se recorre a pie, una preciosa vista sobre la cuenca del río Pra en el concejo de Nava. Luego desciende hacia Puente Miera por el mismo camino que acabamos de recorrer nosotros en ascenso, y continúa hacia Covadonga por Piloña, Parres y Cangas de Onís.

 Ortigosa y el pico Redondo, antes de llegar a Les Praeres.
 
            Y fue en Les Praeres donde el coordinador de esta caminata nos ofreció la sorpresa que traía guardada en su mochila: el ascenso al pico Varallonga. Pues, allá nos vamos, una vez más, por su ladera sin otra dificultad que ganar sus 865 metros de altitud; y una vez en la cumbre, el delicioso lugar para el descanso, la comida y la conversación contemplando toda la sierra hasta el pico La Chamoca. A nuestra espalda, en la vertical misma, el valle del río Pra, el palacio de La Ferrería, Fuensanta y el Pendón; pero más allá casi todo el centro de Asturias: Infiesto, Nava, Siero, Noreña, Oviedo... No estaba en el programa, pero en verdad fue un magnífico adorno para esta caminata.

Llegando a Les Praeres, y detrás espera el pico Varallonga.
 
            Después, desde la cumbre hay que bajar al llano. Volvemos a Les Praeres, las recorremos y, bordeando el pico Redondo, llegamos hasta un cruce donde a nuestra izquierda el camino se va por la campa Espines, el Covayu y la campa Neres hacia Breza y más allá: una bonita ruta y muy recomendable por esta ladera de La Peña. Nosotros seguimos por una pista tan reforzada de cemento que hace añorar el viejo camino de tierra y piedra. En ocasiones, la pista se empina en pendientes inverosímiles por las que trepan algunos coches ante el asombro de los caminantes; hasta que todo culmina en el Orosu a 900 metros de altitud; un desnivel considerable, el que hemos superado desde Les Praeres en poco más de dos kilómetros.

El Orosu, campa y pico adonde se llega desde Les Praeres.
 
            El Orosu, una campa en doble vertiente, se columbra con facilidad desde muchos lugares de La Güeria de Cocañín, San Martín del Rey Aurelio, y desde allí se le nombra como la Ventana La Peña. Situada entre el arranque del cordal y el propio pico Orosu con su caseta de la guardería de montaña en la cumbre, es en efecto una ventana, paso entre Nava, parroquia de Priandi, y Bimenes, parroquia de San Emeterio, por donde nosotros seguiremos caminando. Por la campa el Orosu pasa también la conducción de agua -la traída- hacia Gijón desde la Fuentona de los Arrudos, en Caso; una obra de gran envergadura realizada en los años 20 del pasado siglo. Nosotros la cruzamos en nuestro descenso hacia Fayacaba (600 metros).

En la vertiente del Orosu a Bimenes se aprecia "la traída" a Gijón.
 
            En el recorrido hasta aquí desde Les Praeres, llaman la atención de los caminantes buen número de lo que fueron cabañas ganaderas convertidas en auténticas viviendas estacionales. Fayacaba, sin embargo, es una casería deshabitada en la que destaca un remozado albergue de montaña del Ayuntamiento de Bimenes. En este entorno, se celebra todos los años a finales de septiembre una notable feria ganadera con presencia de buenos ejemplares de ganadería caballar.
            Por la pista que desde Melendreros sube hacia Campagüés y La Baúa descendemos hasta el pueblo, y allí realizamos el habitual reagrupamiento de caminantes. Finaliza aquí, a 580 metros de altitud esta novena etapa del GR 109, pero no así nuestro camino que debe continuar hasta Rozaes, en el fondo del valle.

Desde Fayacaba, el disperso caserío y los alrededores de Melendreros.
 
            Desde Melendreros por la BI-3, cinco kilómetros nos separan de Rozaes; pero nosotros recorremos el pueblo por su parte alta, pasamos por La Mesnada y volvemos a la carretera, para desviarnos poco más abajo hacia la aldea de La Velía (520 metros), donde hay una ermita de gran tradición en el concejo. Aquí se inicia el PR-AS 141 Senda Los Molinos que será la última parte de nuestra caminata; se trata de un recorrido fácil y bien señalizado, que aprovecha los viejos caminos para acercarnos a lugares donde hubo molinos, algunos de los cuales aún se mantienen en pie.
            Siguiendo la senda marcada, lo primero que encontramos es un cruce hacia los Molinos de la Peña del Hombre; recorrido de ida y vuelta que nosotros eludimos, porque en esta época del año los días son cortos y el atardecer se nos viene encima. Seguimos pues en descenso hasta encontrarnos con el río Pra que baja desde las proximidades de La Baúa, y luego, siempre a la vera del río, entre frondoso bosque de castaños y abedules, pasamos junto a los distintos molinos señalizados. Primero será el de Máxima, del que queda el solar y la cicatriz de su canal; luego, el del Ferreru, bastante oculto entre el follaje; el de Flora y finalmente el molín de Barrial, el mejor conservado, una buena muestra de lo que fue su fábrica.

En la "Senda Los Molinos", el río Pra, que en su curso más alto
también se le nombra como río Rozaes.
 
            Ya en el pueblo de La Llera entramos en la BI-4 que sube hasta Santa Gadía, y por ella descendemos hasta Rozaes a 350 metros de altitud; la segunda localidad del concejo, después de San Julián, por el número de habitantes, extendida a ambos lados de la AS-251 que une Nava con Laviana. Así termina, en un precioso día de finales de otoño, esta travesía desde la parte más septentrional de la sierra de Peñamayor por Piloña y Nava hasta el mismo concejo, Bimenes, donde iniciamos el recorrido relatado en el anterior artículo: dos jornadas para disfrutar por La Peña y acercarnos a algunos de sus muchos lugares interesantes.

 Parte del excepcional panorama que se divisa desde el pico Varallonga.

 
Las fotos, excepto la primera, son de Juan Lobelle.
 
                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 12 de diciembre de 2015).

viernes, 4 de diciembre de 2015

POR PEÑAMAYOR



Desde La Casilla hasta El Condao por La Baúa, El Corte de La Peña, La Goleta, Llagos y Breza

            La sierra de Peñamayor, por su situación, es una de las montañas que mejor se perciben desde toda la zona central asturiana. Su parte central, la crestería más visible y más visitada, se reparte entre los municipios de Laviana y Bimenes, pero en un sentido más amplio la sierra se extiende también por los de Nava y Piloña.
            A Peñamayor se puede llegar con facilidad desde muchos puntos de estos cuatro municipios que se reparten sus amplias zonas boscosas y los ricos pastos de su laderas. Pero también desde lugares del concejo de San Martín del Rey Aurelio se puede acceder a pie y con facilidad, por ejemplo desde La Güeria de Cocañín; es así que nuestros primeros contactos con "el monte", a los jóvenes de esta güeria, mi güeria, pronto nos llevaron hasta La Peña. Luego, ya al correr de los años, cuántas caminatas y cuántas pernoctas en diversos lugares de la sierra, disfrutando siempre con su paisaje y entreteniéndose con el paisanaje.

Bimenes y Peñamayor: Santa Gadía desde el camino a La Baúa
 
            Es así que yo quiero agradecer a Andrés Tuya su propuesta: esta travesía por Peñamayor que me permite recorrerla una vez más, ahora en la inestimable compañía del grupo La Peñuca y, también, plasmar mis impresiones en este artículo.
            Nuestra caminata se inicia en La Casilla, casería del concejo de Bimenes situada en un cruce de caminos con los de Laviana y San Martín del Rey Aurelio; de tal forma que si caminamos unos metros por la AS-251 en el Alto de La Faya los Lobos entramos en Laviana, parroquia de Tiraña, y si iniciamos el descenso por la SM-7 ya estamos en San Martín del Rey Aurelio, parroquia de Blimea. Por lo demás, La Casilla es el habitual lugar de paso hacia La Peña desde La Güeria de Cocañín.

La Peña desde La Casilla: El Orosu y el arranque de la crestería
 
            Al salir de La Casilla a 650 metros de altitud, pasamos ante el cartel explicativo del PR AS-139 Senda La Baúa; lo seguiremos por una buena pista de tierra y retazos de hormigón a un lado y a otro de la raya entre los concejos de Laviana y Bimenes. Al dejar atrás las casas del pueblo, una pista a nuestra izquierda comunica con varios caseríos de Bimenes como Recimuru y Rebollo, y desciende hasta Rozaes. Pronto nos acercamos a la base del pico el Rasu, vértice entre los tres municipios antes citados; lo bordeamos dejándolo a nuestra derecha y llegamos a la campa L´Arquera  (735 metros), paso tradicional entre las parroquias de Tiraña (Laviana) y San Emeterio (Bimenes).

Pico el Rasu, vertice entre los tres concejos
 
            A partir de aquí el camino se empina hasta alcanzar el siguiente collado sobre el valle de Santa Gadía, cuyo disperso caserío se aprecia levemente entre la niebla. Hasta allá desciende también otra pista que dejamos a nuestra izquierda para seguir ascendiendo al borde de Trespicos, espectacular mole de roca caliza que destaca en una zona de monte bajo, pradería y bosque.
            Cuando llegamos a la campa los Xerros, ya vemos al fondo La Baúa. Hay varias cabañas remodeladas para viviendas de verano y también se ven siempre por allí algunos coches, pues tiene fácil acceso por buena pista, casi carretera, desde Gamonal de Tiraña en la LV-3. Es la campa La Baúa, a 800 metros de altitud, doble vertiente de aguas: al Norte hacia el Sella por el río Pra, que después de recorrer Bimenes pasa por Fuensanta y desemboca cerca de Ceceda en el Piloña; al Sur, por la riega les Cruces al río Tiraña, que desemboca en Barredos al Nalón.

La Baúa, y el Xerru Gües cubierto por la niebla
 
            Nos encontramos en La Baúa bajo el Xerru Gües, y debemos iniciar un pronunciado ascenso hasta encontrarnos con un cruce de caminos; allí dejamos el ascenso, que sigue hasta Campagüés, y tomamos el camino que va hacia Fayacaba, primero en llano y luego perdiendo altura entre bosque y prados de diente. En la majada Jueyu dejamos el camino a Fayacaba y seguimos otro que termina junto a unas cuadras, para ascender por senda entre monte bajo hasta la collada Peñamayor. Ya estamos en El Corte de La Peña y al Norte nos espera la botella de sidra que adorna la cumbre del pico Peñamayor a 1 147 metros de altitud; hasta él ascendemos para adivinar más que ver todo el buen panorama que hoy nos oculta la pertinaz neblina.

Desde la collada hacia el pico Peñamayor
 
            Debemos regresar a la collada, y lo que toca a continuación es recorrer la crestería hacia el Sur en la linde entre los concejos de Bimenes y Nava. Esta crestería, desde cierta distancia, parece más bien rectilínea, pero una vez allá se comprueba que tiene muchos desniveles entre picachos y llanos, como el Ortigal Cimeru (1 092 metros). Pero es fácil y agradable de recorrer, contemplando, cuando parece que la niebla se aparta, la amplísima panorámica hacia el centro de Asturias.
            La cumbre del pico el Texíu, a 1 256 metros de altitud, está adornada con una guitarra "monumento al Presi", y a partir de aquí La Peña ya es de Laviana. Bordeando la mata el Texíu que cuelga en la ladera este, pronto llegamos a donde se levanta la antena de telefonía y/o televisión; hasta ella llega desde el pueblo de La Rebollá, pasando por las brañas de Fresnéu y Callacente, una pista tan abandonada y en tan mal estado que, por fortuna, hace imposible el paso de vehículo alguno más arriba de la última braña.

La crestería y, a la izquierda, la mata el Texíu
 
            Nosotros descendemos hasta el collado La Goleta (1 226 metros), paso, al pie del pico del mismo nombre, hacia Llagos, valle inclinado donde abundan espineras, carrascos y texos junto a algunas viejas cabañas; tiene en su parte inferior una cubeta donde confluyen las aguas de los alrededores, formando casi todo el año una pequeña laguna conocida como El Charcu Llagos. Por La Goleta y Llagos es el camino habitual hacia Breza si se viene de Tiraña, pero nosotros aún debemos alcanzar la cumbre de la jornada; para ello cruzamos Llagos y ascendemos al pico Trigueru (1 293 metros), que es también la cima de La Peña.

Collado y pico La Goleta; a la izquierda el valle de Llagos
 
            El Torreón de Breza, como también se conoce al Trigueru, con vértice geodésico y buzón montañero, se encuentra sobre las praderías de Breza y frente a Los Caspios, varios picachos de piedra caliza desde los que arranca el Cordal de Breza, una sucesión de picos, campas y collados hasta el pico La Chamoca, sobre el municipio de Sobrescobio: para algunos, el extremo sur de La Peña en su sentido más extenso.

El Charcu, en la parte inferior de la vega de Llagos
 
            Descendemos de nuevo a Llagos, lo bordeamos dejando El Charcu a nuestra izquierda y ya estamos en Breza; en el albergue donde Isidoro nos recibe con el fuego de leña en su punto animando la conversación entre asiduos ganaderos y caminantes. Mucho podría yo escribir sobre Breza, esta campa situada a 1 182 metros de altitud en el concejo de Laviana, parroquia de El Condao; pero ya hay otro artículo en este blog para conocer mejor el lugar por muchos considerado corazón de La Peña (Breza en Peñamayor, 28 de agosto de 2011). Sólo diré que en esta ocasión la pausa para el descanso, la comida y la conversación resultó más animada que nunca tras el oportuno café adornado, por quien así lo quiso, con algunas gotas de algo más.

Praderías y cabañas en Breza; a la derecha, el albergue
 
            Pero el camino continúa con el descenso por el valle de Breza, la zona que en los mapas aparece como el Monte Condado y por la que desciende el río l´Envernalín, también citado como Riasco de Monte Condado. Por este valle sube una pista en pésimo  estado y muy dificultoso trazado, sobre todo en su parte más alta;  así es que pocas veces vemos vehículos en la campa de Breza: un valor añadido al encanto del lugar.
            Nosotros descendemos por la pista atajando en ocasiones sus sinuosas curvas; pasamos por Brañelles, Sestauriu y La Cueva, brañas con pastos de verano para los pueblos de La Xerra y Boroñes. Más abajo, pasado el caserío de El Pumar en la margen izquierda del valle, están los prados del Envernalín, que son pastos de invierno de los mismos pueblos.

Vega La Cueva, en el valle de Breza
 
            Cuando l´Envernalín se une al Pumar conforman el río Veguecueves, que estrecha su valle bajo la Peña Repunta, dos imponentes picachos de piedra caliza. Tiene el río Veguecueves fama de truchero y alimentó, dicen, hasta seis molinos; pasamos nosotros al lado del de la Comba en cuyas proximidades hay hermosas cascadas. La pista termina en la LV-6 junto a la iglesia parroquial de San Esteban del Condao. La carretera sube a La Ferrera, La Xerra y Boroñes donde está la ermita de Santa Rita, en otro tiempo punto de encuentro el día de su fiesta de gran número de romeros de toda la Cuenca del Nalón.
            Por la carretera sólo 500 metros nos separan del centro de El Condao, el pueblo adornado por su torreón y que mereció en el ya lejano 1969 el título de "Pueblo más bonito de Asturias"; también donde Angélica, entrañable personaje de Sinfonía Pastoral de Palacio Valdés, encuentra su feliz paraíso sin los lujos de la gran ciudad. Aquí finaliza esta caminata por la sierra de Peñamayor, en un día en que ésta no pudo lucir todos sus encantos; mas no importa porque La Peña nunca defrauda.

 Desde el Trigueru: Los Caspios, el Cordal y el Valle de Breza
 

Las fotos son de Juan Lobelle
 
                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 28 de noviembre de 2015)

viernes, 20 de noviembre de 2015

EN LA MONTAÑA DE CUDILLERO



Por la parroquia de San Martín de Luiña hacia la sierra del Pumar: Escalada, Lleiredo, Gallinero, Teixidiello, Fontán...

            La parroquia de San Martín de Luiña incluía antaño las de Soto de Luíña, Ovillana y Novellana; un amplio territorio que ocupaba más de la mitad del municipio de Cudillero. A pesar de la posterior partición en cuatro parroquias, la de San Martín de Luiña, con sus más de 40 kilómetros cuadrados, sigue siendo la más extensa del concejo. Del municipio de Cudillero se puede anotar algo parecido a lo comentado con Llanes en el artículo anterior: su puerto pesquero, factor fundamental en la riqueza del concejo, y sus hermosas playas le dan un peso específico al sector turístico. Pero además de esto, en sus 100 kilómetros cuadrados de superficie encontramos también fértiles valles interiores y una atractiva zona montañosa con brañas y caserías, así como vistosas cumbres que merecen un atento recorrido.
            En esta montaña de Cudillero destaca la parroquia de San Martín de Luiña que cuenta en la costa con la hermosa playa de la Concha de Artedo, pero también extiende su territorio por la franja más meridional del concejo, hasta el límite con los términos de Salas y Pravia. Fue por esta zona montañosa de Cudillero donde realizamos los del grupo La Peñuca una caminata propuesta y coordinada por José María Arnillas, también frecuente patrón de muchas fotos que ilustran mi blog.

San Martín de Luiña desde la sierra del Pumar
 
            Escalada es el lugar donde se sitúa la iglesia parroquial de San Martín de Luiña; en realidad son varios lugares en un disperso, moderno y bien cuidado caserío que conforma el centro de la parroquia, declarado "Zona de interés turístico". Allí, a unos 60 metros de altitud, iniciamos la caminata por una estrecha carretera en considerable descenso. Cuando en Lleiredo pasamos junto a un lavadero en ruinas nos encontramos en el fondo del valle con el río Uncín, el segundo río de Cudillero por su longitud. Nace en la sierra de los Vientos y en 12 kilómetros recorre toda la parroquia de San Martín de Luiña hasta desembocar en la Concha de Artedo. De nuevo lo volveremos a encontrar en otro punto al final de nuestra caminata; ahora lo cruzamos y comenzamos el ascenso por la margen izquierda del arroyo Lleiredo, uno de sus muchos afluentes que iremos encontrando en el camino.

 Por carretera en busca del río Uncín

            La carretera en continuo ascenso, siempre a la sombra de frondosos bosques de castaños, también pinos y matas de eucalipto, deja al fondo a nuestra derecha el valle del Uncín. Cuando cruzamos el arroyo de Árgoma, pronto llegamos Gallinero, a 200 metros de altitud, una de las brañas vaqueiras de la parroquia. La dejamos en la carretera a nuestra derecha, cruzamos el arroyo al que da nombre y ya por buena pista de tierra seguimos ascendiendo hasta cruzar un nuevo arroyo, el de la Puerca.

Camino de Teixidiello; a la derecha, la braña Gallinero
 
            A partir de aquí disfrutamos con la excelente panorámica de la sierra de los Vientos: su amplio parque eólico, pero también sus numerosas brañas y caserías como Cipiello, Brañaseca y Busfrío. Nuevos arroyos que cruzamos, primero el Molino y luego el Lauz, y tras un tramo de acentuada pendiente llegamos a la braña de Tiexidiello (320 metros) que se anuncia con un cartel como "Braña Vaqueira de la Marina". Conserva buenas construcciones cercadas de madera y piedra, en un entorno de huertos y prados: es uno de los objetivos de la jornada y merece la primera pausa en el camino.

A la entrada de la braña Teixidiello
 
            Nos encontramos ahora con un tramo algo más complicado; una estrecha y embarrada caleya, y luego una senda que asciende por el monte Teixidiello y nos permite la primera panorámica hacia la costa. Cuando llegamos a los 637 metros de altitud nos encontramos, ya en la sierra del Pumar, en un cruce de pistas: al oeste hacia La Bordinga, braña en la sierra de los Vientos, y al este hacia Villairín del Árgoma, en la parroquia de Faedo.

El camino asciende por el monte Teixidiello
 
            La sierra del Pumar es una prolongación de la de los Vientos, en el límite del concejo de Cudillero con los de Salas y Pravia. Una pista que sale de este cruce la recorre por la ladera que cae a Cudillero, pero nosotros la recorreremos por su cómoda crestería y sus vistosas cumbres; primero será el pico Lauz (676 metros), en cuya ladera norte nace el arroyo que hemos cruzado más abajo. Luego, descendemos hacia la collada Llan (661 metros), donde hay un abrevadero sin agua, y ascendemos al Llan de Cubel (674 metros), pico con buzón montañero que dio nombre a un grupo musical y cuyo orónimo Llan (plano, llano) parece referirse a toda la sierra, bien plana y fácil de recorrer. Por lo demás, en todo este recorrido la panorámica hacia la costa es excepcional: Lamuño, Salamir, San Pedro de la Ribera, y hasta Oviñana y Cabo Vidio.

Por la collada Llan y hacia el pico Llan de Cubel

            Con la misma facilidad, siempre en la linde entre Cudillero y Pravia, llegamos al pico Carceda (606 metros) y descendemos a la campa (585 metros) donde se levanta la imprescindible antena para el uso de la telefonía moderna. Aquí, después de este agradable recorrido por la sierra del Pumar, encontramos el lugar adecuado para el consiguiente descanso, la comida y la conversación con una hermosa vista hacia la costa.
            Después de la pausa, descendemos hasta la pista donde hay un abrevadero, éste sí con abundante agua, e iniciamos la última parte de la caminata. La pista va descendiendo de forma muy moderada entre plantaciones de eucaliptos y pinos; atravesamos el arroyo Fornón, otro afluente más del río Uncín, y ya vemos a nuestra izquierda, al otro lado del valle, el lugar donde nos espera el final del camino.

El lugar elegido para el descanso, en la foto de Ana Fabián

            Cuando, después de muchas curvas, cruzamos el río de Ferrera, principal afluente del Uncín, frente a nosotros se encuentra la Concha de Artedo, tan cerca que el camino parece llevarnos hacia ella; pero no, un brusco giro a la izquierda en un cruce, un rápido y acentuado descenso, el paso sobre la vía del FEVE, y nos encontramos de nuevo junto al río Uncín, ya en su curso bajo por el Valle de la Barca que se abre hacia Artedo. El descenso, largo y lento, fue considerable, pues al otro lado de este valle el caserío de Fontán se encuentra sólo a 37 metros de altitud.

El camino parece llevarnos hacia la Concha de Artedo
 
            A partír de aquí, sólo resta, ya por camino de asfalto, el paso por La Bolenga y ante la ermita del Humilladero, antes de llegar al punto de partida: la amplia plaza que rodea la iglesia de San Martín de Luiña, edificada a principios del siglo XVIII pues en el dintel de la puerta aparece la fecha de 1726; iglesia y casa rectoral de piedra acreditadas como "Bien de Interés Cultural". Así termina esta caminata por la montaña de Cudillero, pasando por algunas de la nueve brañas vaqueiras catalogadas en la parroquia de San Martín de Luiña y subiendo hasta la sierra más meridional, para volver dando un largo rodeo que nos acercó casi hasta la costa.

Parque eólico, brañas y caserías en la sierra de los Vientos
  

Las fotos, excepto la citada, son de Juan Lobelle

                
                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 14 de noviembre de 2015)

jueves, 12 de noviembre de 2015

POR EL MONTE DE LLANES



Desde San Roque del Acebal hasta El Mazucu de Caldueño: el Collado Bodunco, Las Carboneras, el Valle la Raíz, la Llosa de Viango, la Vega el Cubo...

            Cuando hablamos del concejo de Llanes, lo primero que se nos ocurre son sus playas, su abundante turismo de verano y, en la economía, su potente sector servicios sustentado por lo anterior. Pero en Llanes hay mucho más: en la mitad sur de su superficie se levantan amplios valles, collados, colinas y sierras que sustentan también una interesante ganadería dedicada a la obtención de leche y carne, así como a la elaboración de quesos artesanos y semiartesanos.
            Lo más conocido de este territorio que nombramos como el Monte de Llanes es la sierra del Cuera, barrera natural y límite con los concejos vecinos de Cabrales y las Peñamelleras. Sus estribaciones se extienden por varias parroquias a lo largo de todo el sur del municipio; casi 15.000 Has. con la categoría de "Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera". Aquí acudimos los del grupo La Peñuca para esta caminata por valles y collados propuesta y coordinada por Alberto Noriega, buen conocedor del terreno, no en vano su apellido denota la proximidad a estas tierras del oriente de Asturias.

Una buena cabaña en el Monte de Llanes
 
            San Roque, la única localidad de su parroquia, una de las de menor extensión del concejo, se sitúa a sólo 52 metros de altitud a ambos lados de la N-634. Salimos del pueblo, cruzamos la vía del FEVE e iniciamos el ascenso por un estrecho camino que en tiempo de lluvia debe de ser una torrentera, para pronto pasar a una buena senda empedrada que trepa por la ladera entre bosque y monte bajo.
            A nuestra izquierda, cada vez más al fondo, queda el valle del río Purón y más allá el pueblo del mismo nombre; cerrando este valle, amplias colinas con praderías limpias y bien cuidadas por las que pasa un buen camino entre los pueblos de San Roque y Purón. A nuestra espalda, vamos dejando una buena panorámica de toda la rasa costera, en la que destacan la villa de Llanes y sus alrededores.

Vamos ganando altura por la senda en la ladera
 
            Esta primera parte de la caminata, la que salva el mayor desnivel de la jornada, culmina en el Collado Boduncu a 443 metros de altitud. Es un amplio collado con varias cabañas, cuadras y prados cercados de piedra; sus pastos se reparten entre las aldeas de Soberrón y La Galguera, de la parroquia de la Villa de Llanes. A partir de aquí perdemos de vista la rasa costera, pues desde la cota más alta del collado iniciamos un moderado descenso hacia el valle por donde corre el río Tornu.

Panorámica desde el Collado Boduncu
 
            Este río, uno de los principales afluentes del Purón, labra aquí un profundo valle; en su margen derecha, en la vertiente septentrional del Cuera pasta abundante ganado. Nosotros recorremos su margen izquierda en ligero descenso por Peracho y Saborrín,  majadas de la parroquia de Purón; cuando pasamos la de Las Carboneras, el paisaje se abre de forma considerable. Estamos en el valle de Fuente Grande, donde iniciamos la parte más espectacular de nuestra caminata: amplísimas praderías y muchas cabañas en majadas como Los Casares y Las Llamarcas.

Por La Carboneras hacia Fuente Grande
 
            Pasamos sobre el Collado la Raíz (516 metros), límite entre los terrenos de dos parroquias y también divisoría de aguas: hacia el este, en la de Purón, el río Tornu, y hacia el oeste, en la de Llanes, las aguas se recogen en la riega el Colláu. Seguimos esta riega en nuestro grato recorrido por el Valle la Raíz y entramos, ya en la parroquia de Parres, en la Llosa de Viango. Llosa, Valle o Vega, pues de las tres formas se le nombra, es una depresión sin salida de aguas, que se sumen a través de una laguna conocida como El Xuncal alimentada por la rieguina el Colláu.

La Pica la Bandera, punto más alto de la jornada, sobre el Collado la Raíz
 
            Es también la Llosa de Viango, con una altitud media de 430 metros, una amplia zona de pastos, la mayor del Monte de Llanes, para los ganaderos de la parroquia de Parres, pero en la que también pastorean muchos de la de Porrúa; hay distribuidas en toda su extensión muchas cabañas, invernales en ruinas y prados cercados de piedra. Inmejorable lugar para el descanso, la comida y la conversación, contemplando el ganado que, tranquilo, se reparte por las praderías; con la visita de algún que otro perro pastor, y a la vista del Murallón del Travieso, hermoso hayedo que cierra por el sur todo el espectacular y agradable recorrido que fue la segunda parte de la nuestra caminata.

Por la pradera de la Llosa de Viango se hace agradable el camino
 
            Tras el descanso, iniciamos la tercera y última parte de la caminata con algunas características distintas a lo recorrido hasta ahora: más zonas de bosque, prados cercados de alambrada y el camino que los bordea en ocasiones embarrado o cubierto de maleza. Abandonamos la Llosa de Viango por la senda que salva el collado que la cierra al oeste y pronto llegamos a la Vega del Cubo; un cruce de caminos, pues hacia el norte una senda nos llevaría hasta el Alto de la Tornería en la LLN-7.

El descanso y la comida en la Llosa de Viango
 
            Ya hemos dejado atrás la parroquia de Parres y estamos en la de Porrúa, por donde seguimos el camino, siempre en compañía del agradable concierto de las esquilas del ganado pastando en los prados que bordeamos o en ocasiones atravesamos; también entre bosque, donde nos llaman la atención algunas fayas de tamaño más que considerable. Otro momento espectacular es cuando damos frente a una torrentera al lado del camino: el nacimiento del arroyo Bolugas. Estamos en la parroquia de Celorio que, como también ocurre con la de Llanes, extiende su territorio en una franja vertical desde la cabecera parroquial en la costa hasta el borde más meridional del concejo.
            Después de la sorprendente surgencia del arroyo Bolugas en esta torrentera a la que es obligado acercarse para palpar sus aguas, seguimos el camino bordeando el río o sobre su cauce cuando las aguas discurren subterráneas. Hasta que, ya en la parroquia de Caldueño, divisamos El Mazucu.

El arroyo Bolugas: nace aquí y desaparece cerca de El Mazucu
 
            Esta aldea, a 360 metros de altitud en la misma ladera de la sierra, se emplaza sobre un profundo valle donde el Bolugas, después de unirse al arroyo del Pasador que viene del Alto de la Tornería, pierde sus aguas en una pequeña depresión cárstica. Nosotros bordeamos por cómodo camino este valle, para llegar a la braña de Las Llastrias, con varias cuadras y un cercado con embarcadero para el ganado; ya muy cerca del pueblo, al que se llega por buena y amplia pista de tierra.
 
Panorámica de El Mazucu bajo la sierra de Peña Villa
 
            Frente a la Peña Blanca, una de las cumbres señeras del Cuera, termina esta caminata en El Mazucu, repleto de gente que acude a su atractivo gastronómico en un magnífico sábado del "Veranín de San Martín"; y un pueblo, también, donde se recuerdan los acontecimientos bélicos de septiembre de 1937 con curiosos detalles, como el obús que adorna, a modo de mojón, una de sus calles o la campana de su ermita del Santo Ángel forjada con la cabeza de una bomba. Para llegar hasta aquí desde San Roque, hemos puesto nuestros pies sobre algunas de las 28 parroquias del término municipal de Llanes: contad si fueron siete, que esta hermosa caminata ya está hecha.

 Hermosa postal con el Monte de Llanes
 

Las fotos son de José  María Arnillas

                  (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 7 de noviembre de 2015)

viernes, 23 de octubre de 2015

ENTRE CASO Y MARAÑA



Desde el puerto de Tarna por la ladera del Remelende, el puerto de las Señales, las lagunas y el collado de Tronisco..., hasta llegar a Maraña

            El puerto de Tarna a 1 495 metros de altitud es un paso natural entre Asturias y León, o lo que es lo mismo, entre los municipios de Caso y Maraña. Desde poco más al sur de la raya del puerto hasta Maraña, se puede ir por una buena pista que recorre el valle de Riosol; pero nosotros, en un buen rodeo montañero, hicimos la primera parte de nuestra caminata siguiendo la línea divisoria regional.
            Más allá del puerto de Tarna por la carretera que va hacia Cofiñal, ya en el municipio leonés de Lillo, está otro puerto, el de las Señales, tan cerca que en ocasiones se confunden. Nosotros también pasaremos por este segundo puerto para internarnos en el concejo de Maraña, donde será el final de esta caminata del grupo La Peñuca propuesta y coordinada por Manuel Quintana.

El puerto de Tarna en el centro de la imagen; en primer plano, 
la carretera a las Señales, y muy al fondo, asoman los Picos de Europa
 
            Iniciar el camino por la ladera del pico Remelende, con el objetivo de alcanzar la cumbre que se levanta sobre el mismo alto del puerto, es un buen desafío; y más si azota fuerte viento con algunas gotas de lluvia. El fuerte y rápido desnivel nos obliga a un ascenso casi vertical por senda entre piornales, siempre pegados a la alambrada que marca la separación regional.
            A nuestra derecha dejamos el collado de Remelende, zona de buenos pastos, y más al fondo la vista recorre el Parque Natural de Redes, por donde desciende el río Nalón en su curso más alto y se descuelga la AS-117 que nos subió al puerto. Al fin, cuando después de los últimos y costosos pasos coronamos la cumbre, comprobamos que el esfuerzo mereció la pena.

Hacia el pico Remelende; atrás quedan el collado y el puerto
 
            El Remelende, de 1 888 metros de altitud, con vértice geodésico y límite entre la parroquia casina de Tarna y el municipio de Maraña, es uno de los picos más destacados del Parque Natural de Redes; un excelente mirador del parque y del valle del Nalón, con el espectacular cierre que supone la mole del Tiatordos en el Cordal de Ponga; al sur, todo el valle de Riosol que forma parte de la cuenca alta del Esla hasta el embalse de Riaño.

Riosol y el embalse de Riaño desde la subida al Remelende
 
            Con el Remelende se inica la sierra del Mongayu, que podríamos recorrer en la línea de demarcación entre Caso y Lillo; ya lo hemos hecho hace algunos años (Montes de Caso, Maraña y Lillo, 23 de junio de 2012). Ahora nuestro camino debe descender hasta el puerto de las Señales, que también vemos en la base del pico donde nos encontramos ya sin lluvia, aunque con fuerte ventisca. El descenso es fácil, agradable y por una ladera bastante más tendida que la recorrida en el ascenso; ya en el llano, antes de llegar a la collada del puerto, pasamos junto a unas lagunas que sirven de abrevadero para el ganado.

Descenso hacia el puerto de las Señales; al frente nos espera el pico del Lago
 
            El puerto de las Señales está a 1 625 metros de altitud en la L-331, a sólo tres kilómetros del de Tarna y en el borde entre los concejos de Maraña y Lillo; su entorno es un buen criadero de setas, una delicia para quienes sienten afición a la micología. Después cruzamos la carretera y, dejando a la izquierda las lagunas Valdecarrín, ascendemos por buena pista maderera en bosque de pinos, hasta alcanzar la crestería por la que recorreremos la divisoria entre los dos concejos leoneses, en busca de la segunda cumbre de la jornada.

Por la crestería hacia el pico del Lago, nuestra cumbre más alta
 
            Una vez en la crestería, tenemos una buena vista de las lagunas que hemos dejado atrás, y de nuevo el valle de Riosol: el caserío con su ermita y cerca, restos de explotaciones mineras de mercurio ya hace tiempo abandonadas. A nuestra derecha, en el término de Lillo, la vista alcanza hasta el mismo puerto de San Isidro; pero lo más espectacular es el inmenso Pinar de Lillo, una de las mayores poblaciones de pinos milenarios de España, hoy zona sólo autorizada al paso de grupos inferiores a 15 personas.
            Por lo demás, esta crestería es el tramo más complicado de la caminata; bordeando el cordal por la empinada ladera que cae a Lillo, el camino entre bloques de piedra nos obliga a emplear las manos junto a la vara de avellano. Así, llegamos a la cumbre del pico del Lago de 2 007 metros de altitud, también llamado del Pinar, sin duda en alusión a la masa boscosa antes citada. Es para nosotros la mayor altura de la caminata, y desde su cumbre se columbran, a uno y otro lado, los dos embalses de La Montaña Oriental de León: el de Riaño y el del Porma.

Hermoso panorama del Pinar de Lillo, y muy al fondo el puerto de San Isidro
 
            En la base misma del pico están las lagunas de Tronisco, hacia las que descendemos en busca de un tiempo más apacible, fuera de la impertinente ventisca que nos viene acompañando. Este descenso, bastante vertical, nos deja junto a las tres lagunas, dos pequeñas y una mayor que sin duda es la acreedora del nombre de lago; resguardadas por las peñas del viento y bajo los primeros rayos de sol, a su vera encontramos el lugar más agradable para el descanso, la comida y la conversación.

Las tres lagunas de Tronisco, agradable lugar para el descanso
 
            Después del descanso, por pradería, monte bajo y siempre en ligero descenso, alcanzamos el collado de Tronisco (1 665 metros), donde retozan buenos ejemplares de la ganadería caballar marañense. Hasta aquí llega una pista de exclusivo uso ganadero, y por ella, bordeando el pico de Tronisco, nos adentramos ya de forma definitiva en el término de Maraña.
            La pista se encuentra con el reguero de la Collada que desciende del collado de Maraña, situado a nuestra derecha. Sobre nuestro camino se levantan los picos El Convento, La Polinosa y La Cruz del Mampodre; y entre ellos Valverde, hermoso valle incluido en la oficialmente conocida como Reserva Glaciar del Mampodre, zona también restringida para el paso de caminantes en grupo.
 
Los picos del Mampodre y Valverde, en el camino hacia Maraña
 
            Nos encontramos con el arroyo Valverde, que junto a otros conforma la cabecera del río Esla; lo seguimos por su margen izquierda y pronto llegamos a la pista que viene del valle de Riosol. Sólo nos resta seguirla en los últimos metros y entramos en Maraña, a 1 238 metros de altitud, única localidad de su municipio.
            Allí en la amplia plaza del pueblo, junto a la fuente, el ayuntamiento, el edificio que albergó las escuelas nacionales y un moderno parque infantil, terminamos la jornada. Fue una caminata que surgió como alternativa a otra que desde Acebedo pretendía recorrer las lomas del Mampodre; hubo de ser suspendida por imperativo legal, pero, pelillos a la mar, tengo para mí que este interesante recorrido entre el puerto de Tarna y el pueblo de Maraña  bien mereció la pena, como todos las que se pueden hacer por estos montes entre Asturias y León.

 Al final del camino, el pueblo de Maraña y sus praderías



Las fotos son de Ana Fabián

                    (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 17 de octubre de 2015)