Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 21 de julio de 2017

EN LOS PICOS DE EUROPA



Desde Buferrera hasta el Alto las Estazadas por los puertos de tres concejos: brañas, majadas, collados y valles

            De la amplísima extensión del Parque Natural de los Picos de Europa, en su sector occidental, hemos elegido para esta caminata los puertos de tres concejos: Cangas de Onís, Onís y Cabrales. A lo largo del camino tendremos la oportunidad de recorrer brañas y majadas, comprobando la abundancia de ganado procedente de varios pueblos de las parroquias que se extienden por este sector del parque,
            Además, la caminata, propuesta y coordinada por Alberto Noriega en el grupo La Peñuca, se inicia en uno de los lugares más frecuentados en la también llamada Montaña de Covadonga. Es el entorno de los lagos La Ercina y Enol, de acceso restringido y bien controlado en esta época del año.

Vista hacia las tierras de Cabrales. En el centro 
de la imagen, el final de este recorrido.
 
            Allí está el dispositivo de Buferrera: amplio aparcamiento, centro de interpretación del parque y reconstrucción turística de ciertos elementos de la explotación minera que tuvo gran actividad durante la primera mitad del pasado siglo. Fue, sin embargo, Buferrera, una antigua majada y vega de pastos, situada bajo el lago La Ercina y sobre la amplía vega Comeya. Aquí, pues, a unos 1 040 metros de altitud comienza nuestro camino.

Detalle de La Molina; aldea de la parroquia de Prado, en Cabrales.
 
            Lo primero es el ascenso por la escalinata hasta las inmediaciones del lago La Ercina. Dejamos a la derecha el lago y la vega La Tiese y remontamos la loma; desde allí, por sendero llegamos a la majada La Llomba que ya está a 1 150 metros de altitud. Esta majada pertenece a la parroquia de La Riera, la más extensa de Cangas de Onís, y que ocupa todo el sector sur del concejo. Más allá, nos encontramos con la majada y vega de Belbín, a 1 050 metros de altitud, y ya estamos en el concejo de Onís y su parroquia de Bobia.
            Situada sobre un valle glaciar, esta majada es una de las más amplias de la Montaña de Covadonga y una de las pocas que aún están habitadas todo el verano. Llaman la atención sus bien conservadas cabañas y cuadras, orientadas al sur y abrigadas bajo la loma; también, la abundancia de agua repartida por toda la majada en varios bebederos. Belbín se comunica con los pueblos de la parroquia, Bobia de Arriba y de Abajo, Gamonéu y Demués, por una pista que desde éste último sube hasta el Cantón del Texéu; luego a partir de allí el paso es por el viejo camino, por lo que el acceso rodado se hace por la pista que parte de La Ercina.

Belbín: pastos, cabañas y cuadras. Al fondo,
 la pista que viene desde La Ercina.
 
            Luego, nuestro camino sigue subiendo por la vega de La Güelga, un valle alargado por el que corre un reguero, en esta época seco, que, junto con otros conocidos como los Reguerones, aportan el agua que algo más abajo se sume para reaparecer en el Oyu la Madre, dando lugar al río Casaño. Pasamos por la braña Cuencos, donde hay una buena fuente, y llegamos junto a la majada Parres (1 125 metros). Es ésta otra buena majada del puerto alto de Onís; si la atravesáramos, pasando junto a sus cabañas, podríamos llegar hasta Ostón siguiendo la Ruta de la Reconquista para luego bajar hasta el Cares y Poncebos. Pero no es ésta hoy nuestra intención, sino dejar Parres a la derecha y alcanzar a 1 173 metros de altitud la collada La Muda, en cuya ladera norte también nacen otros dos "reguerones" que conforman el río Casaño.

El camino por la vega de La Güelga.
 
            Superada esta collada, llegamos a los Camplengos, un doble amajadamiento en las estribaciones de la Peña el Jascal. Pasamos por Camplengo el Viejo (1 300 metros) y dejamos a la derecha Camplengo la Cueva, donde podemos ver en el collado rocoso que la cierra por el sur la cavidad que le da nombre. Desde Camplengo el Viejo ya se levanta frente a nosotros, a la izquierda del Jascal, la más modesta Peña Ruana, nuestro próximo objetivo.

Peña Ruana, vista desde Camplengo el Viejo.
 
            Alcanzarlo no presenta mayor dificultad; primero, un callado y luego, tras unos pasos finales un poco más forzados, ya estamos en Peña Ruana a 1 510 metros de altitud. Desde allí podemos ver el lago La Ercina y casi todo el camino andado; y sentados en la misma cumbre, disfrutamos del Macizo Central: frente a nosotros el imponente Torrecerredo y, a su lado, Los Cabrones.
            Peña Ruana, nuestra cumbre de la jornada, se levanta en la divisoria entre los concejos de Onís y Cabrales. Así que dejamos atrás el primero, sus brañas y majadas, y caminamos por la parroquia cabraliega de Prado. Estamos en la estribación más occidental de los Picos de Europa, donde esta parroquia dispone de numerosos invernales y abarca también gran parte del valle del río Casaño, al que descenderemos.

Panorámica de las altas cumbres desde Peña Ruana.
 
            La majada de La Belluga es la más alta del puerto Soga, al que se llega desde el pueblo de La Molina, adonde nosotros nos encaminamos. El paso tradicional del ganado que acude a La Belluga es por la Muesca la Aldea. Aquí, a 1 358 metros de altitud, bien "abellugados" del viento del norte, disfrutamos de una impresionante vista hacia todo el norte de Cabrales; y más allá, por encima del Cuera, columbramos hasta las aguas del Cantábrico. Sin duda, fue el lugar ideal para el momento del descanso, la comida y la conversación.

El ganado en la majada de La Belluga.
 
            Luego continúa el descenso. Pasamos por Brañarredonda (1 150 metros) y, por una senda rodeada de helechos, después de cruzar en seco la riega Voluga, llegamos a la braña Campiñón. A partir de aquí, el descenso se acentúa por los tornos de Retraites: un camino empedrado que desciende zigzagueando hasta el Coterón, una braña con una solitaria cabaña a 765 metros de altitud. Sobre esta braña se levanta el pico Coterón; debemos bordearlo por la derecha para atacar la mayor pendiente por la Cuesta el Pando.

Tras el descanso, el descenso hacia Brañarredonda.
 
            Ya vemos el fondo del valle, y la senda, entre monte bajo, atraviesa pequeños collados donde sombrean los castaños junto con algunos robles. Al fin, el agua del Casaño se hace oír porque vamos llegando al esperado puente. Son en realidad dos puentes; uno primero, de piedra y hormigón, sobre el río Voluga al punto de su desembocadura. Después, el puente Pompedro: de traza medieval sobre una profunda olla del río Casaño, del que en el mismo momento disfrutan jóvenes barranquistas.

El camino descendiendo por los tornos de Retraites.
 
            Estamos a 320 metros de altitud, el punto más bajo de nuestro recorrido; el descenso desde la cumbre de Peña Ruana fue considerable y sin tregua. Lo que nos espera es ganar cierta altura para llegar a los pueblos de la parroquia de Prado. A La Molina se va por un camino ancho y bien acondicionado para quienes se acercan a contemplar los barrancos. Después de pasar junto a una buena fuente, llegamos al pueblo (340 metros), donde hay una ermita dedicada a la Virgen de la O.
            El río Casaño deja La Molina en su margen izquierda y gira hacia el paso de las Estazadas, para terminar su recorrido desembocando al Cares en Arenas de Cabrales. Nosotros recorremos el pueblo con su caserío bien cuidado y las calles limpias y adornadas, y seguimos por la carretera que nos acerca al final. Entre La Molina y Canales son poco más de tres kilómetros por carretera, pero algo los acortamos al atajar entre dos pronunciadas curvas por el viejo y bien conservado camino de siempre.

 Desde el camino entre La Molina y Canales vemos 
la carretera sobre la garganta de las Estazadas, 
por donde corre el río Casaño.

            Además de La Molina, Canales es otro de los cuatro núcleos de población en la parroquia de Prado; los otros dos son Hortiguero y La Salce. Después de atravesar el pueblo, llegamos a su parte más alta, a 480 metros de altitud, donde la carretera local entronca con la AS-114 en el Alto las Estazadas. Es el final de esta caminata por tres concejos y tres parroquias, desde la Montaña de Covadonga hasta las laderas más occidentales de los Picos de Europa. Y siempre disfrutando al paso por brañas y majadas repletas de ganado; el origen de los afamados quesos de Gamonéu y Cabrales.

Detalle de Buferrera, donde fue el inicio de esta caminata.

Las fotos son de José María Arnillas.
               (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 15 de julio de 2017).

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