Desde El Villar de Santiago hasta
Vivero, por el valle de San Justo, el Chano de la Cortina, el collado de La
Muezca, Briezo la Mora y el valle de Peña Vendimia
De nuevo caminamos por la montaña
leonesa, en esta ocasión más hacia occidente. Al oeste de la comarca de Babia
está Laciana, el municipio de Villablino. Esta caminata discurre por Laciana y
su vecina del sur, Omaña, comarca histórica sin reconocimiento administrativo y con la capital tradicional en Murias de Paredes.
Sin embargo la ruta de hoy no nos
acerca al alto de la Cordillera para asomarnos a Asturias, donde veríamos el término
de Cangas del Narcea; en esta ocasión caminamos más al sur, entre Laciana y
Omaña. Esto es la cuenca del Alto Sil; el mismo río que en la caminata del artículo
anterior veíamos nacer al pie de Peña Orniz y acompañábamos hasta La Cueta,
el primer pueblo que atraviesa y el último antes de abandonar Babia para entrar
en Laciana.
Entre Laciana y Omaña: el cordal con las cumbres de la jornada
Ahora caminamos por collados, brañas
y valles que vierten sus aguas a ríos y regueros que alimentan al Sil en su cuenca alta, camino del Bierzo y antes de entregar ya en tierras gallegas,
en la Ribeira Sacra, sus aguas al famoso Miño; porque no se olvide que si el
"Miño lleva la fama, el Sil lleva el agua". Hay en el grupo La Peñuca
buenos caminantes y excelentes conocedores de estas tierras y montañas de León;
dos de ellos, José Montero y José Manuel Tejera, coordinaron esta ruta por las
tierras más suroccidentales que pisamos esta temporada.
Iniciamos el camino a 1 220 metros
de altitud en El Villar de Santiago, un pueblo del Ayuntamiento de Villablino
colgado en un estrecho valle sobre el río Bayo, también nombrado como el río
del Villar y en algún mapa, como río del Puerto en alusión al puerto de La
Magdalena donde nace. Lo primero será descender por las empinadas calles del
pueblo hacia el fondo del valle, para cruzar el río por un viejo puente de
piedra en la cola de un pequeño embalse para una central eléctrica que hay más
abajo.
Viejo puente de piedra sobre el río Bayo
Comenzamos entonces a ascender por
una buena pista de tierra; y la pendiente se aminora cuando entramos en el
valle de San Justo por donde corre un arroyo con este nombre que es afluente del
Bayo. Cruzamos el arroyo por una pasarela al margen de la pista y por un bosque
de chopos, acebos y robles lo vamos remontando hasta llegar a la ermita
de San Justo. Es un bonito lugar con la ermita en una pradera dentro de un
cercado, junto a una buena cabaña construida con el mismo tipo de piedra.
Hermoso entorno donde se encuentra la ermita de San Justo
Después de esta primera pausa,
retrocedemos unos metros para retomar el camino; pasamos la braña de San Justo
con tres grandes cabañas y ya en considerable pendiente entramos en el bosque
de Teixo, donde apreciamos la mejor colección de robles centenarios de Laciana,
pero también grandes abedules, acebos y serbales. El camino se empina aún más y
empezamos a bordear buenas praderías, hasta llegar a la loma que deja a nuestra
izquierda el valle de San Justo y a la derecha las brañas de Rioscuro, por
encima de las que se divisan los pueblos de Sosas de Laciana y Rioscuro, donde
el río Bayo desemboca en el Sil.
Fuerte pendiente y árboles centenarios en el bosque de Teixo
A partir de aquí, el camino por
entre pradería y monte bajo es una buena senda casi vertical, paralela a la
alambrada de separación de pastos entre los dos valles citados; así llegamos al
Chano de la Cortina ya 1 830 metros de altitud. Desde allí divisamos cerca el
pico Cáscaro Redondo y más lejos Peña Vendimia: nuestros dos objetivos. Es
fácil llegar al Cáscaro (1 893 metros), en cuyo vértice alomado hay una caseta
y un repetidor de televisión; y no es necesario decir que se contemplan todas
las cumbres de la Cordillera que cierran por el norte Laciana y Babia, sin
olvidar, claro está, el siempre presente macizo de las Ubiñas.
Muy al fondo a la derecha columbramos el Cueto de Arbas
Debemos descender hacia el collado
de La Muezca (1 838 metros) caminando por el límite entre Laciana y Omaña y siguiendo
la alambrada de separación de pastos entre los dos términos municipales; después,
por la loma ascendemos hasta la cumbre de la jornada: Peña Vendimia de 2 009
metros de altitud. En esta cumbre, orlada con una curiosa pirámide de piedra,
disponemos del momento para el descanso, la comida y la conversación mirando al
Norte para contemplar casi toda Laciana: sus escarpados montes con la huella de
las explotaciones mineras a cielo abierto; todo el recorrido del Sil desde Peña
Orniz hasta el embalse de Las Rozas poco más abajo de Villablino, cuya zona
urbana tenemos que adivinar tras una loma frente a nosotros; y más a lo lejos,
la carretera que sube al puerto de Leitariegos para entrar en Asturias por
Cangas del Narcea.
Camino de Peña Vendimia, por el cordal y junto a la alambrada
Después de tan agradable pausa y
descanso, la caminata nos ofrece tres posibilidades, y como suele ocurrir en
estos casos hay opiniones para los tres gustos:
La primera opción y más fácil,
retroceder hasta el collado de La Muezca, para desde allí
alcanzar con facilidad la pista ganadera que desciende hasta el valle. La
segunda, que ahora se me antoja la más interesante, seguir cresteando para,
después de un paso algo dificultoso por La Canalina, alcanzar la cumbre del
Nevadín a 2 077 metros de altitud; luego, otro breve cresteo hasta el collado
de Fuenfría y ya por otra pista ganadera descender también hasta el valle. Los
seis o siete que decidimos tomar la tercera opción descendimos en vertical
desde Peña Vendimia, haciendo camino entre incómodas escobas de mediana altura y
luego por un polvoriento sendero que nos dejó listos para un buen baño; así
llegamos a Briezo la Mora (1 554 metros), adonde también lo hicieron los de la
primera alternativa.
Por la crestería hacia el pico Nevadín
Briezo la Mora es una extensa pradería
con su cercado para el ganado que en esta época del año acude a los pastos del
puerto. Estamos en la cabecera del valle de Peña Vendimia que se recorre por
una buena pista ganadera paralela al río Vivero; poco más abajo, donde el arroyo
Portillín desemboca en el Vivero confluye también la pista por la que llegan los
de la alternativa del Nevadín y Fonfría.
El valle de Peña Vendimia o del río Vivero, y al fondo el pueblo
El valle es espléndido, el camino
agradable y el río nos obsequia con algunas interesantes cascadas; la más
espectacular, conocida como cascada de Ollina. Pasamos por la braña de Vivero (1
425 metros) con buenas cabañas y buenos prados de siega donde el personal se
afana en la carga de la hierba seca para el transporte. En la ladera derecha
del valle cuelga el extenso Abedular de Vivero, y a su sombra llegamos a
Vivero, un pueblo del Ayuntamiento de Murias de Paredes a 1 400 metros de
altitud. Tiene una bonita plaza y una fuente junto al río, que después de
atravesar el pueblo sigue su curso para desembocar en el Bayo y engrosar así la hermosa cuenca del Alto Sil, en la que nosotros hemos disfrutado con esta
interesante caminata un buen día de primeros de julio.
Panorámica desde el camino hacia Laciana: Rioscuro y Sosas
Las fotos son de Juan Lobelle
(El
grupo de montaña La Peñuca
de Gijón realizó esta ruta el sábado, 4 de julio de 2015)
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