Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 10 de abril de 2015

EN LA SIERRA DEL SUEVE



Caminando por la sierra, desde Cofiño en Parres hasta el Alto La Llama en Piloña: Bustaco, Beluenzu, El Potril, Espineres...

            La sierra litoral del Sueve se reparte entre los municipios de Parres, Piloña, Colunga y Caravia, adentrándose también en Ribadesella a través de su estribación oriental que es la sierra del Fitu. Su proximidad a la costa y su altura media configuran un sistema montañoso único en Asturias, lo que sin duda atrae a visitantes de todo tipo dadas sus amplias posibilidades de acceso.
            Es, por otra parte, la sierra del Sueve Reserva Regional de Caza y forma parte de la Red Regional de Espacios Protegidos; asimismo, sus abundantes brañas y majadas configuran un territorio de buenos pastos regidos por una Junta o Comunidad de las parroquias afectadas. Para realizar un recorrido integral por este singular y atractivo territorio, acudimos en el grupo La Peñuca a una propuesta de Andrés Tuya que coordinó, tras una minuciosa preparación, José Manuel Tejera.

Una muestra de la fauna del Sueve

            En la AS-260, la carretera que une Arriondas con Colunga a través del Fitu, iniciamos a 235 metros de altitud la caminata, en el punto donde arranca la carretera local que sube a Cofiño, sede de la Mancomunidad de Pastos. Atravesamos el pueblo y dejamos la carretera que sube hacia otros lugares, Villar, Pandiello, de la misma parroquia; por buena pista de tierra y zahorra pronto llegamos a la majada de Pandellebancu, ya a 484 metros de altitud. Aquí, la vista atrás nos permite ver el camino recorrido y hacia adelante, la foz de Corteguera.

La aldea de Cofiño frente al pico Tiegu
 
            Un buen sendero, limpio y recién arreglado, recorre esta profunda y hermosa foz que labra el arroyo la Corteguera, que más arriba, ya en plena sierra, veremos nacer, y que desciende hasta unirse en la parroquia de Collía al arroyo Bodes, para más abajo, junto con el río Fíos desembocar en el Piloña cerca de Arriondas. Al salir de la foz alcanzamos la majada de Bustaco (662 metros), por donde cruza el arroyo y hay algunas cabañas en ruinas junto a otras en buen estado.
            Es este el punto donde enlazamos con la ruta más habitual para alcanzar la cumbre del Sueve, que se inicia en el Fitu y por la que se llega a Bustaco casi llaneando. Nosotros, al iniciar el camino cerca de Cofiño, a mucha menos altitud, nos obligamos a vencer considerable desnivel para llegar aquí, pero el esfuerzo se compensa con la belleza del recorrido por la foz.

El camino por la foz del arroyo la Corteguera

            A partir de aquí, una buena y ancha senda asciende  por la margen izquierda del arroyo bordeando el agreste paredón de la Múa hasta la majada de Mergullines, donde hay una fuente de dos caños que ofrece agua abundante y fresca. Más arriba llegamos al collado Beluenzu (928 metros), en cuyas proximidades nace el ya citado arroyo la Corteguera; allí finaliza la senda y es la base para alcanzar la más alta cumbre del Sueve, situada en la linde entre los términos de Parres y Colunga.

Hacia Beluenzu; atrás, la majada de Bustaco, cruce de caminos

            El vertical ascenso por pradera, monte bajo y algo de piedra no presenta mayor dificultad, y así llegamos al pico Pienzu, la cumbre que el geólogo Guillermo Schultz declaró como una excelente atalaya para divisar tanto el interior como la casi totalidad de la costa asturiana: en nuestro caso contemplamos lo que a retazos nos permitió la habitual niebla azotada por el viento norte. Está, además, el Pienzu, con sus 1 161 metros de altitud, catalogado como la cota más alta de Europa en relación a su corta distancia al mar. Es también típica y reconocida desde la lejanía su cruz metálica, levantada en 1955 en sustitución de otra anterior de madera derribada por un rayo, y proyectada por el destacado arquitecto gijonés Miguel Díaz Negrete.

Panorámica de la sierra desde la cumbre del Pienzu

            Tras las fotos y los comentarios de rigor, la vista se va en busca de la siguiente cumbre: es el pico Miriellu y lo divisamos hacia el Oeste. Debemos seguir pues recorriendo la sierra, sin senda definida, por terreno caótico, entre zonas herbosas o pedregosas y con abundantes dolinas donde se ocultan los gamos. Y siempre perdiendo altura, pasamos por el alto Les Cuerres (1 074 metros), el Cerro de Corripies (1 033 metros) con su laguna que sirve de abrevadero, hasta los 1 021 metros de Tras la Cuenya, para iniciar el ascenso hasta el pico Miruellu (1 137 metros).

Escarpado camino hacia el pico Miriellu

            Desde este pico que es la segunda altura de la sierra, nuevo descenso hasta la majada El Potril (986 metros). En la linde más noroccidental del concejo de Parres, es una majada con buenas cabañas, un refugio para la guardería de pastos y una hermosa laguna asentada en una dolina; encajada entre dos cumbres también señeras de la sierra, les Fontanielles, al Norte y el Cueto les Cabres, al Sur, es el lugar apropiado para el merecido descanso, la comida y el agradable momento de la conversación.
            Después del descanso prosigue nuestro camino por la sierra. Cuando llegamos a la braña El Requexu (948 metros), estamos ya en el municipio de Piloña, parroquia de Cereceda y nos aprestamos a alcanzar la tercera cumbre de la jornada: el pico la Múa o Salgar de 1 027 metros de altitud. Bordearlo para ascender por su cara sur no resulta difícil; su vertiente norte, sin embargo es abrupta y cortante.

Curiosa laguna en forma de trébol en la majada El Potril

            Nuestros pasos nos llevan ahora hasta Espineres, que sin duda debe su topónimo a los abundantes espinos que, con algunos fresnos, se reparten por esta majada piloñesa reconocida sobre todo por la Fiesta del Asturcón, declarada de Interés Turístico Regional. Hay también varias cabañas, todas bien cuidadas, un cercado para el ganado y, con el correspondiente vallado, una hornacina en la roca y el altar de piedra para la función religiosa del día de la fiesta.
            A partir de aquí, sólo faltan por recorrer unos 4,5 kilómetros por la buena pista de acceso a la majada. Por la linde entre los municipios de Colunga, parroquia de Libardón y Piloña, parroquia de Borines, pasamos por el collado Obies, en cuya vertiente norte nace el arroyo de los Moros, origen junto con otros del río Libardón, que desemboca en la playa La Griega. Luego, por las brañas Sames y La Raíz, contemplando hacia el Norte el espectacular panorama del amplio valle de Libardón y sus pueblos; más allá, la vista alcanza también hasta Colunga, Lastres o el faro de San Roque.
 
Vista general de la majada de Espineres con la pista de acceso

            Hasta que, adentrándonos ya de forma definitiva en Piloña, llegamos al Alto La Llama a 419 metros de altitud, donde se encuentran la AS-259, que sube por Borines desde Villamayor, con al AS-258, que sube por Pintueles y continúa por Libardón hasta Colunga. Así termina nuestro recorrido integral por este paisaje de gran belleza; una zona privilegiada por su situación, que sin duda merece la catalogación como Paisaje Protegido de la Sierra del Sueve.

Panorámica por el valle de Libardón hacia la costa


Las fotos son de Juan Lobelle

                           (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 4 de abril de 2015)

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