Por la parroquia de San Martín de Luiña
hacia la sierra del Pumar: Escalada, Lleiredo, Gallinero, Teixidiello,
Fontán...
La parroquia de San Martín de Luiña
incluía antaño las de Soto de Luíña, Ovillana y Novellana; un amplio territorio
que ocupaba más de la mitad del municipio de Cudillero. A pesar de la posterior
partición en cuatro parroquias, la de San Martín de Luiña, con sus más de 40
kilómetros cuadrados, sigue siendo la más extensa del concejo. Del municipio de
Cudillero se puede anotar algo parecido a lo comentado con Llanes en el
artículo anterior: su puerto pesquero, factor fundamental en la riqueza del
concejo, y sus hermosas playas le dan un peso específico al sector turístico.
Pero además de esto, en sus 100 kilómetros cuadrados de superficie encontramos
también fértiles valles interiores y una atractiva zona montañosa con brañas y
caserías, así como vistosas cumbres que merecen un atento recorrido.
En esta montaña de Cudillero destaca
la parroquia de San Martín de Luiña que cuenta en la costa con la hermosa playa
de la Concha de Artedo, pero también extiende su territorio por la franja más
meridional del concejo, hasta el límite con los términos de Salas y Pravia. Fue
por esta zona montañosa de Cudillero donde realizamos los del grupo La Peñuca una
caminata propuesta y coordinada por José María Arnillas, también frecuente
patrón de muchas fotos que ilustran mi blog.
San Martín de Luiña desde la sierra del Pumar
Escalada es el lugar donde se sitúa
la iglesia parroquial de San Martín de Luiña; en realidad son varios lugares en
un disperso, moderno y bien cuidado caserío que conforma el centro de la
parroquia, declarado "Zona de interés turístico". Allí, a unos 60
metros de altitud, iniciamos la caminata por una estrecha carretera en considerable
descenso. Cuando en Lleiredo pasamos junto a un lavadero en ruinas nos
encontramos en el fondo del valle con el río Uncín, el segundo río de Cudillero
por su longitud. Nace en la sierra de los Vientos y en 12 kilómetros recorre
toda la parroquia de San Martín de Luiña hasta desembocar en la Concha de
Artedo. De nuevo lo volveremos a encontrar en otro punto al final de nuestra
caminata; ahora lo cruzamos y comenzamos el ascenso por la margen izquierda del
arroyo Lleiredo, uno de sus muchos afluentes que iremos encontrando en el
camino.
Por carretera en busca del río Uncín
La carretera en continuo ascenso,
siempre a la sombra de frondosos bosques de castaños, también pinos y matas de
eucalipto, deja al fondo a nuestra derecha el valle del Uncín. Cuando
cruzamos el arroyo de Árgoma, pronto llegamos Gallinero, a 200 metros de
altitud, una de las brañas vaqueiras de la parroquia. La dejamos en la
carretera a nuestra derecha, cruzamos el arroyo al que da nombre y ya por buena
pista de tierra seguimos ascendiendo hasta cruzar un nuevo arroyo, el de la
Puerca.
Camino de Teixidiello; a la derecha, la braña Gallinero
A partir de aquí disfrutamos con la
excelente panorámica de la sierra de los Vientos: su amplio parque eólico, pero
también sus numerosas brañas y caserías como Cipiello, Brañaseca y Busfrío.
Nuevos arroyos que cruzamos, primero el Molino y luego el Lauz, y tras un tramo
de acentuada pendiente llegamos a la braña de Tiexidiello (320 metros) que se
anuncia con un cartel como "Braña Vaqueira de la Marina". Conserva
buenas construcciones cercadas de madera y piedra, en un entorno de huertos y
prados: es uno de los objetivos de la jornada y merece la primera pausa en el
camino.
A la entrada de la braña Teixidiello
Nos encontramos ahora con un tramo
algo más complicado; una estrecha y embarrada caleya, y luego una senda que asciende
por el monte Teixidiello y nos permite la primera panorámica hacia la costa.
Cuando llegamos a los 637 metros de altitud nos encontramos, ya en la sierra
del Pumar, en un cruce de pistas: al oeste hacia La Bordinga, braña en la
sierra de los Vientos, y al este hacia Villairín del Árgoma, en la parroquia de
Faedo.
El camino asciende por el monte Teixidiello
La sierra del Pumar es una
prolongación de la de los Vientos, en el límite del concejo de Cudillero con
los de Salas y Pravia. Una pista que sale de este cruce la recorre por la
ladera que cae a Cudillero, pero nosotros la recorreremos por su cómoda
crestería y sus vistosas cumbres; primero será el pico Lauz (676 metros), en
cuya ladera norte nace el arroyo que hemos cruzado más abajo. Luego,
descendemos hacia la collada Llan (661 metros), donde hay un abrevadero sin
agua, y ascendemos al Llan de Cubel (674 metros), pico con buzón montañero que
dio nombre a un grupo musical y cuyo orónimo Llan (plano, llano) parece
referirse a toda la sierra, bien plana y fácil de recorrer. Por lo demás, en
todo este recorrido la panorámica hacia la costa es excepcional: Lamuño,
Salamir, San Pedro de la Ribera, y hasta Oviñana y Cabo Vidio.
Por la collada Llan y hacia el pico Llan de Cubel
Con la misma facilidad, siempre en
la linde entre Cudillero y Pravia, llegamos al pico Carceda (606 metros) y
descendemos a la campa (585 metros) donde se levanta la
imprescindible antena para el uso de la telefonía moderna. Aquí, después de
este agradable recorrido por la sierra del Pumar, encontramos el lugar adecuado
para el consiguiente descanso, la comida y la conversación con una hermosa vista hacia la costa.
Después de la pausa, descendemos
hasta la pista donde hay un abrevadero, éste sí con abundante agua, e iniciamos
la última parte de la caminata. La pista va descendiendo de forma muy moderada
entre plantaciones de eucaliptos y pinos; atravesamos el arroyo Fornón, otro
afluente más del río Uncín, y ya vemos a nuestra izquierda, al otro lado del
valle, el lugar donde nos espera el final del camino.
El lugar elegido para el descanso, en la foto de Ana Fabián
Cuando, después de muchas curvas, cruzamos
el río de Ferrera, principal afluente del Uncín, frente a nosotros se encuentra
la Concha de Artedo, tan cerca que el camino parece llevarnos hacia ella; pero
no, un brusco giro a la izquierda en un cruce, un rápido y acentuado descenso,
el paso sobre la vía del FEVE, y nos encontramos de nuevo junto al río Uncín, ya
en su curso bajo por el Valle de la Barca que se abre hacia Artedo. El
descenso, largo y lento, fue considerable, pues al otro lado de este valle el
caserío de Fontán se encuentra sólo a 37 metros de altitud.
El camino parece llevarnos hacia la Concha de Artedo
A partír de aquí, sólo resta, ya por
camino de asfalto, el paso por La Bolenga y ante la ermita del Humilladero,
antes de llegar al punto de partida: la amplia plaza que rodea la iglesia de
San Martín de Luiña, edificada a principios del siglo XVIII pues en el dintel
de la puerta aparece la fecha de 1726; iglesia y casa rectoral de piedra
acreditadas como "Bien de Interés Cultural". Así termina esta
caminata por la montaña de Cudillero, pasando por algunas de la nueve brañas
vaqueiras catalogadas en la parroquia de San Martín de Luiña y subiendo hasta
la sierra más meridional, para volver dando un largo rodeo que nos acercó casi
hasta la costa.
Parque eólico, brañas y caserías en la sierra de los Vientos
Las fotos, excepto la citada, son de Juan Lobelle
(El
grupo de montaña La Peñuca
de Gijón realizó esta ruta el sábado, 14 de noviembre de 2015)
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