Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 21 de marzo de 2014

EN LA CUENCA DEL NAVIA



Desde Boal hasta Coaña por la sierra de Penouta y el cordal de Coaña

            El Navia de los tres embalses, Salime, Doiras y Arbón, destinados a la producción eléctrica, la llamada “Ruta el kilovatio”, con sus 178,5 kilómetros de longitud desde su nacimiento en la sierra de Piornal en Piedrahita do Cebreiro (Lugo), es el río más largo de Asturias; además, las tierras que a él vierten sus aguas forman una extensa cuenca, repartida entre Galicia y Asturias, sólo superada en la región por la del Nalón-Narcea.
            En la parte septentrional de la cuenca media del Navia se encuentra el concejo de Boal; a su vez, el de Coaña se extiende por la parte baja hasta su desembocadura compartida con el concejo vecino que lleva el nombre del río. A estos dos municipios nos hemos acercado para recorrerlos de sur a norte por sus sierras altas; fue una propuesta para el grupo La Peñuca de José Manuel Cortina, buen conocedor de la comarca.

El final de la caminata será frente al castro de Coaña

            Iniciamos la caminata en la villa municipal de Boal a 460 metros de altitud con el primer objetivo de alcanzar la sierra que cierra el concejo por el norte. Siguiendo una ruta marcada por el antiguo camino real, atravesamos el llamado monte Barreiro, dejando a nuestra derecha el pueblo de La Barreira  y, más arriba ya colgada de la sierra, la aldea de Penouta. Según nos vamos acercando al alto, el día de sol que hace tan agradable esta ascensión amenaza con ocultarse tras la niebla empujada por el viento desde el otro lado de la sierra; pronto, después de pasar junto a algunos prados cercados de piedra y una cuadra con su pajar, finalizamos la primera y más fuerte ascensión de la jornada.

La sierra y la aldea de Penouta

            El Alto de Penouta a 785 metros de altitud es el puerto por donde cruza la AS-22 que une Vegadeo con Boal. Hay allí un área recreativa con un mirador para asomarse hacia la costa a través del vecino concejo de El Franco o hacia los valles interiores del propio Boal; claro que si la niebla cubre la sierra como fue nuestro caso, apenas se pueden ver las mesas y los bancos del área. Están, además, la torre de un centro emisor, los aerogeneradores que permiten identificar la sierra desde el valle, y hasta 1963 se explotaron en la zona minas de wolframio.

Área de descanso en el Alto de Penouta

            Desde el Alto de Penouta recorremos la ladera de la sierra por una senda forestal dejando en la cresta a nuestra izquierda el parque eólico, y bordeando un pinar, llegamos al Penedo Aballón (728 metros). Situado en una campera, se trata de un conjunto de piedras graníticas, la mayor de las cuales abala, oscila, sobre las demás cuando la empuja el viento, produciendo con el rozamiento un fuerte ruido; esto ocurría hasta que hace unos años intervino, sin que sepamos la razón, la mano del hombre para cambiar la posición de la peña: el caso es que desde entonces el penedo dejó de agitarse con el viento, y los caminantes hoy sólo pueden imaginarse ese movimiento que le dio el nombre.

El Penedo Aballón

            Después de contemplar el penedo y las fotos de rigor, seguimos por la pista hasta el Alto de San Isidro (698 metros), donde hay una ermita con la fecha 1898 grabada en el dintel de la puerta. Hasta este lugar se puede llegar por una carretera que parte de la AS-22 y recorre la parroquia de Lebredo, que se reparte entre los municipios de Boal, Coaña y El Franco.
            Nosotros caminamos unos metros por la carretera, para seguir luego por una pista entre pinares; pronto dejamos la pista para ganar, caminando entre monte bajo, la cumbre de la Pena dos Xugos (808 metros). Este pico con vértice geodésico sería, con permiso de la niebla, una buena atalaya para contemplar el camino recorrido por la sierra, el valle del Navia y hasta la rasa costera.

 Hacia la Pena dos Xugos


            Desde la cumbre descendemos de nuevo a la pista y seguimos hasta un descampado en el pinar, donde aún se conservan la torre y los bloques de hormigón del teleférico que, desde el puerto fluvial de El Espín hasta La Paicega (Pesoz), transportó hasta 1954 el material para la construcción del embalse de Grandas de Salime. Protegidos del viento entre el pinar y el hormigón, aquí se nos ofrece un buen lugar para el descanso, la comida y la conversación.

Restos del teleférico de El Espín a La Paicega

            Al reanudar el camino, pronto cruzamos el cercado de separación de pastos y propiedad forestal entre los dos concejos, y entramos en el de Coaña por el campo de Seya Fermosa (713 metros), una amplia campera por la que cruza el PR-185 Ruta del cordal de Coaña. No seguimos el PR, que se va hacia la ladera oeste, y caminamos por la amplia cresta de este cordal de Coaña, una estribación de la sierra de Penouta que ya dejamos atrás.
            Pronto encontramos a nuestra izquierda el pico Fonteblanca (713 metros), al que hemos de ascender porque es la cumbre más alta del concejo de Coaña; cubierto de árgomas y arbustos, este pico, también conocido como Penedo del Corvo, cuenta incluso con buzón montañero. Seguimos recorriendo el cordal por buena pista cortafuegos, cruzamos el alto Las Traviesas (582 metros) e iniciamos un sostenido descenso, enlazando poco antes de dejar a nuestra izquierda la aldea de Llosorio con el PR-185.

 Se hace bien el camino por el cordal de Coaña

            Cuando cruzamos el alto de Penedón (302 metros), columbramos la villa de Navia, El Espín, los viaductos de la A-8 y el humo de la factoría de celulosa: la primera ocasión en la jornada que la niebla nos permite obtener una panorámica. Es ya el final del camino, el descenso se acentúa y así llegamos a la carretera que sube a las aldeas de Estilleiro y La Ronda; por ella descendemos entre curvas, bosque y prados hasta enlazar con la CÑ-2 que nos acerca a la vista del castro de Coaña, donde finalizamos esta ruta por la cuenca del Navia, el también llamado Parque Histórico del Navia, zona de agradable caminar e indudable belleza natural y paisajística que la niebla en contadas ocasiones nos dejó entrever.

 Al final del cordal, la vista de Navia entre la niebla

Las fotos son de Juan Lobelle

                      (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 15 de marzo de 2014)

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