Por toda Peñamellera, desde Panes hasta
Alles: Robriguero, Collado Serna, Mier, Niserias…
Si quieres ver a Cabrales,
sube a la sierra de Cuera;
allí verás a Cabrales
y a toda Peñamellera.
Sin
subir a Cuera, como pide la tonada asturiana, hemos podido ver y recorrer gran
parte de Peñamellera en una caminata entre ambas villas municipales. El GR 109
Asturias interior recorre la región de punta a punta, desde Peñamellera Baja
hasta Santa Eulalia de Oscos: 505 kilómetros en 27 etapas bien señalizadas,
en un promedio de 15 a
25 kilómetros
por etapa, siempre por los aledaños de la Cordillera.
Lo
que hicimos en esta ocasión, por iniciativa de Pepe Mieres para el grupo La Peñuca, fue la primera etapa,
entre Panes y Alles: 18,42
kilómetros a través de cuatro de las 18 parroquias que
componen toda Peñamellera.
El Cares-Deva a su paso por Panes (*)
Panes,
donde como ya se ha dicho comenzamos la caminata, es la capital de Peñamellera
Baja; se sitúa a 50 metros
de altitud sobre el nivel del mar, ocupando una amplísima vega atravesada por
el río Cares-Deva. En la margen derecha del río está el área recreativa de La Brañona, en la que se
enmarca un paseo botánico que recorremos entre paneles informativos de los
árboles y arbustos que lo decoran: guillomo, agracejo, serbal, abedul, fresno…
Por este placentero paseo iniciamos la ruta; pasamos ante la ermita románica de
San Juan de Cilluergo y al acercarnos al palacio de San Román, ubicado en una
gran finca, salimos a la N-621
en dirección a Potes.
Por el paseo botánico, al inicio del camino (*)
Este
tramo de algo más de un kilómetro por carretera nacional de abundante tráfico y
sin arcenes, que obliga a caminar con precaución y en fila de a uno, es el más
desagradable de la ruta, aunque atemperado por la proximidad del río.
Pronto
llegamos a Puente Lles para cruzar sobre el río Deva poco antes de su unión con
el Cares; abandonamos aquí la
N-621 y salimos de la parroquia de Panes para entrar en la de
Tobes. Caminamos ahora por la
PB-5, una carretera mucho más tranquila, que según vamos
ascendiendo nos permite contemplar hermosas panorámicas al otro lado del río;
podemos ver el lugar de Abándomes que fue la capital tradicional del Valle Real
de Peñamellera hasta su división en 1869 y después, capital municipal de
Peñamellera Baja hasta que en 1890 ésta se trasladó a Panes.
El paso sobre el Deva en Puente Lles (*)
Atravesamos
el pueblo de Robriguero (108
metros) que se asienta al pie de la peña de su mismo
nombre y apreciamos el río Cares cada vez más al fondo del valle cerrado en la
otra margen por la sierra Perumoru. El ascenso prosigue y cada vez contemplamos
más cerca la aguda Pica de Peñamellera, elevación rocosa que da nombre al valle
y que se sitúa, cual mojón, entre los dos municipios; su presencia es constante
a lo largo de toda la caminata, de forma que ésta bien se podría titular A la
sombra de la Pica
de Peñamellera.
Llegamos
a la localidad de Bores (240
metros) que se divide en tres barrios: Orejuz, La Serna y L’Aldea, donde nos
detenemos para el necesario descanso junto a la fuente y la ermita de Santa
Catalina. Es aquí, donde la proximidad de la Pica tienta a los más animosos montañeros que al
fin se deciden a abandonar por el momento el itinerario marcado para coronar su
cumbre; no lo hacemos así los demás, pues con la excusa de no salirnos de la
ruta, ocultamos nuestra falta de aliento para llegar a la cima de esta aguja
que se impone ante nuestra vista.
Hermosas praderías en la parroquia de Tobes (**)
De L’Aldea de Bores salimos por una buena pista de tierra que asciende por entre las cabañas de Vallejo y las amplias praderías de Texiorias donde pasta abundante ganado, hasta alcanzar el punto más alto de la jornada: la braña de Bondi a 513 metros de altitud. Es obligada aquí una parada, para contemplar a lo lejos en la sierra de Cuera el pico Paisano, en cuya cima señorea una ermita que nos recuerda la historia de aquel joven pastor, a quien sorprendió en lo más alto de la sierra una imponente tormenta que lo atemorizó hasta el punto de prometer al Cielo hacer algo grande si salía con vida de allí. En efecto salió, abandonó el pastoreo, emigró a América y, como tantos, regresó convertido en un acaudalado indiano para construir a sus expensas la ermita en la cumbre donde un día temió por su vida; y dicen también que, mientras vivió “aquel paisano”, no faltó ningún año en aquella cumbre una romería en la que los lugareños estaban invitados a comida y bebida.
El pico Paisano desde la braña de Bondi (**)
Esta
es la historia de la ermita del pico Paisano que contemplamos desde la braña de
Bondi, antes de comenzar el primer descenso por una pista que atraviesa el
collado Serna (431 metros),
abandonando la Peñamellera Baja
para seguir por la parroquia de Mier, ya en la Peñamellera Alta.
El
descenso por esta pista con retazos de hormigón es largo y fuerte, pues Mier se
encuentra en el fondo del valle, a sólo 64 metros de altitud. Se
divide Mier en dos barrios unidos por un puente sobre el Cares, Mier d’Acá y
Mier d’Allá; nosotros sólo cruzamos el d’Allá y recorremos, por la margen
derecha del Cares, un sendero de pescadores protegido con pasamanos de cuerda.
Es uno de los momentos más agradables de la jornada, este tramo contemplando en
el río truchas, salmones y anguilas que campean a sus anchas en el agua limpia
y clara.
Esta
senda de pescadores finaliza al llegar a Niserias. Por un puente colgante
pasamos sobre el Cares, atravesamos la AS-114 y entramos en la parroquia de Alles, la
cuarta de las que recorremos en esta caminata. En Niserias buscamos el momento
para el descanso, la comida y la conversación al lado del río Besnes, que viene
de la sierra de Cuera para entregar aquí sus aguas al Cares.
Mier y el Cares desde el collado Serna (**)
La
última parte de la caminata es un considerable ascenso desde los 60 metros de altitud de
Niserias hasta los 263
metros de Alles. Primero ascendemos por la AS-345 hasta el caserío de
Besnes (110 metros),
un núcleo dedicado en su totalidad al turismo rural; después de pasar la ermita
de San Millán, abandonamos la carretera para seguir por la antigua caleya que
fue en otro tiempo la principal vía de comunicación con la villa municipal.
Esta
vieja caleya, perfectamente arreglada y limpia, atraviesa un frondoso castañedo
donde pudimos recoger un buen puñado de sabrosas castañas: fue otro de los
momentos gratos de la jornada. Así llegamos a Alles, la capital de Peñamellera
Alta, que asienta su disperso caserío, en el que destacan varias construcciones
de estilo montañés, en la ladera sur de la sierra de Cuera.
En la plaza, entre la imponente iglesia parroquial de estilo barroco, el edificio consistorial y la bolera municipal de bolo-palma, finaliza esta etapa del GR 109 que permite recorrer una buena parte del valle de Peñamellera, antes de continuar, en la siguiente etapa, hacia el vecino concejo de Cabrales. No obstante, hoy, algunos aún quisimos poner colofón a esta jornada recorriendo los cuatro kilómetros que median hasta las ruinas de la iglesia románica de San Pedro de Plecín, que fue la parroquial de Alles hasta la construcción en 1787 del nuevo templo.
Besnes y su camino bien empedrado (*)
En la plaza, entre la imponente iglesia parroquial de estilo barroco, el edificio consistorial y la bolera municipal de bolo-palma, finaliza esta etapa del GR 109 que permite recorrer una buena parte del valle de Peñamellera, antes de continuar, en la siguiente etapa, hacia el vecino concejo de Cabrales. No obstante, hoy, algunos aún quisimos poner colofón a esta jornada recorriendo los cuatro kilómetros que median hasta las ruinas de la iglesia románica de San Pedro de Plecín, que fue la parroquial de Alles hasta la construcción en 1787 del nuevo templo.
La Pica de Peñamellera, presente desde el inicio del camino (*)
(*) Fotos de Juan Lobelle
(**) Fotos de José Arnillas
(El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 26 de octubre de 2013)
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