Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

lunes, 27 de mayo de 2013

POR LOS MONTES DE PONGA



Desde Cabañón hasta San Juan de Beleño, por Les Bedules, la collada Caldes, el pico Recuenco y el valle Cabañín

            El municipio de Ponga en el sector centro oriental de la cordillera Cantábrica se incluye en su totalidad en el Parque Natural de Ponga. Al oeste limita con Caso que forma parte junto con Sobrescobio del Parque Natural de Redes; ambos parques, separados por el Cordal de Ponga con cumbres señeras como el Maciédome, a quien los ponguetos llaman el Alto Ponga, y el Tiatordos, presentan un conjunto geográfico y natural lleno de atractivos para caminantes y amantes de la naturaleza.
            En el complejo relieve de Ponga destaca un cordal interior que arranca perpendicular a la cordillera Cantábrica desde Peña Ten hacia el norte: es el Collao Zorro que separa los valles del río Ponga, al oeste y del Sella, al este o también las parroquias de Sobrefoz y Casielles. Para recorrer parte de este cordal contamos en el grupo La Peñuca con la propuesta de Jacinto del Prado, buen montañero y caminante entusiasta, capaz de animarnos a completar una caminata que desde el primer momento se presentaba difícil por la lluvia y la nieve más propias de un día invernal que de primavera tardía.
 
El empinado caserío de San Juan de Beleño

            En la PO-2, la carretera que une Beleño con la N-625 en Puente Bidosa a la vera del Sella, poco antes de Collada Lomena se encuentra Cabañón a 926 metros de altitud. Aquí comienza nuestra caminata, bajo una pertinaz llovizna por una pista de tierra y hormigón hasta la majada Les Bedules.
            Les Bedules, en la parroquia de Viego, es una majada a 1 000 metros de altitud, con varias cabañas, algunas de arreglo reciente, y prados cercados de piedra, a la que se puede llegar en coche por la pista que nosotros hemos recorrido o por otra que viene de Collada Lomena. En este lugar, tradicional paso de arrieros entre Asturias y León, se ha instalado un camino adaptado, pasarela de madera de medio kilómetro hasta un mirador sobre el pueblo de Viego y la Peña Salón que destaca entre la niebla.

Cabañas y cuadras en la majada Les Bedules

            La pista de tierra por la ladera de la montaña atraviesa un hayedo y bordeando algunos prados nos sube hasta la Biforcadera (1 204 metros). Estamos ya en la parte central del Collao Zorro y el lugar, como su nombre indica, es un cruce de caminos: el de la tradicional arriería que comunica las tierras leonesas por Arcenorio, el monte Peloño y el collado Granceno con el bajo Sella y el oriente de Asturias, y el que va hacia la majada Les Llampes. Éste es el camino ganadero que nosotros seguimos, y pasando junto a dos fuentes con abrevadero vamos ganando altura hasta una pequeña campera donde está la conocida como Fuente del Cardo, donde ya la nieve empieza a hacernos compañía; poco más arriba entramos en la majada Les Llampes (1 390 metros).
            Esta majada, situada en la ladera del pico Raso en el extremo más meridional de la parroquia de San Juan de Beleño, es una amplia pradería que nosotros encontramos con algunos retazos de nieve; cuenta con algunas cabañas en ruinas y otras en mejor estado con cubierta de losas de piedra, y está rodeada de una buena masa forestal de acebos.
 
Extensa y bella pradería de la majada Les Llampes

            Dejando a la izquierda el pico Raso, y por el sendero que recorre la ladera, llegamos a la collada Caldes (1 397 metros), base para alcanzar el pico Recuenco, la mayor altura de la jornada. La cumbre del Recuenco está a 1 655 metros, pero esta diferencia de altitud desde Caldes, adonde luego es obligado retornar, debe salvarse por una pendiente casi vertical con algunos tramos pedregosos. La dificultad que presenta la ladera nevada y, sobre todo, la niebla que amenaza con ocultarnos el panorama desde la cumbre parecen disuadir a los caminantes del empeño, mas el ánimo no falta para iniciar el ascenso con precaución y buen tiento.

Reunión en la collada Caldes, antes del Recuenco

            Una vez en la cumbre, sin vértice geodésico ni buzón, sólo adornada por una gran cruz de hierro, la alegría nos obliga a adivinar el hermoso panorama que la niebla nos esconde: en la escarpada vertiente occidental, los caminantes saben que bajo la niebla se encuentra el pueblo de Sobrefoz.
            Tras el descenso a la collada, por una senda entre bosques y praderas llegamos a la majada Cabañín, donde pastan varias yeguas y algún caballo. En una de las cabañas de esta majada, abierta por la amabilidad de su propietario, logramos abrigarnos para dar cuenta de los bocadillos, aunque no por mucho tiempo pues aún resta un buen trecho del camino por andar.

Iniciando el ascenso al Recuenco

            Éste discurre por el valle Cabañín que se inicia en la parte baja de la majada, por un camino en el bosque hasta encontrarnos con la riega les Foyaques, afluente del río Ponga; el camino forestal cruza el río y desciende por su margen izquierda, para convertirse después de las cabañas del Posadorio en una vieja caleya empedrada y en pésimo estado: abundancia de agua y barro, muchos árboles caídos, alguna alambrada que cierra el paso a ganado y caminantes… Como, además, la pendiente es considerable, el descenso hasta El Puente se hace largo y dificultoso.

La difícil caleya del valle Cabañín

            Al fin, en El Puente ponemos pie sobre la PO-1, la carretera que une Sobrefoz con la villa municipal. Es en Beleño, topónimo que parece remitir al dios celta Belenos, frente a la que se levanta el pico Tiatordos, donde finaliza esta caminata por los montes de Ponga de una belleza que ni la niebla ni los inconvenientes de un día desapacible lograron ocultar.

Panorámica de Peña Salón entre la niebla

Las fotos son de Juan Lobelle


                      (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 18 de abril de 2013)

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