Desde el Sucu de Paredes hasta Ese y
Calleras, para regresar por Adrado a San Pedro de Paredes
El
Esva se constituye por la unión de cuatro ríos que forman la red fluvial del
concejo de Tineo: Naraval, Navelgas, Bárcena y Grande. El Naraval viene de la
sierra de la Bobia
de Bullacente y se extiende por la parroquia que le da el nombre en la
parte noroccidental del concejo. El
Navelgas y el Bárcena nacen muy cerca el uno del otro, en la sierra de
Fonfaraón, en la linde con el concejo de Allande; el primero se orienta hacia
las parroquias de Navelgas y Muñalén, donde sus aguas son conocidas por la
arenas auríferas que arrastran y que recogen los expertos bateadores; el
segundo, en un rumbo más directo, se orienta hacia Bárcena del Monasterio y San
Fructuoso; por último, el río Grande, que a pesar de su nombre es el más corto
de los cuatro, nace en la parte nororiental del concejo, en la sierra de
Toural. A partir de la unión de los cuatro ríos tinetenses surge el Esva, un
hidrónimo del que se deriva el nombre de Valdés, municipio que atraviesa de sur
a norte.
Y a recorrer este río en una prometedora caminata de ida y vuelta
fuimos a propuesta de José María Arnillas, en cuyo informe para el grupo La Peñuca encontramos muchos
de los datos históricos y curiosidades que aparecen en esta crónica.
El río Esva a punto de abandonar el concejo de Tineo
El camino
comienza en el lugar del Sucu, en una vega de prados de siega y huertas de
labor, al lado de un Centro de Interpretación clausurado como viene siendo
habitual en este tipo de proyectos. Desde allí nos encaminamos por el PR AS-2
Hoces del Esva hacia Bustiello de Paredes en cuyas proximidades estuvo la Central Hidroeléctrica
del Esva; es necesario abandonar el camino para descender a la orilla del río y
contemplar esta instalación que estuvo operativa casi hasta finales del siglo
XX. Después, subimos al collado donde estuvo la vivienda del encargado de la
central y entramos en las hoces que desde allí se muestran impresionantes,
cubiertas de exuberante vegetación y con el río encajonado entre las abruptas
montañas. Por una senda de piedra remontamos el río por su margen derecha,
hasta llegar a donde estuvo el embalse de Calleras: estamos ya en el municipio
de Tineo y es un buen lugar para la primera parada observando el camino
recorrido.
La abandonada Central Hidroeléctrica del Esva
A partir de
aquí, el PR AS-1 nos devolvería hacia San Pedro de Paredes, pero por el PR AS-2
seguimos remontando el río hacia Calleras. Para ello contamos con una pasarela
de madera con tramos de escalera, que tan pronto nos aleja como nos acerca a la
vera del río; es zona de bosque que llega hasta el agua, con algunos bancos y
mesas repartidos a lo largo del recorrido, así como carteles que informan de la
fauna y flora del lugar: nutria, roble, mirlo acuático, avellano… Así el camino
es agradable y placentero, hasta que la senda se convierte en pista forestal
que se aleja del río y por un pinar en fuerte ascenso nos aproxima al lugar de
Ese de Calleras; allí, al lado de la
TI-8 hay un cartel informativo del PR AS-287 Las Vueltas del
Gato, que sería el adecuado para acercarse a donde los ríos citados se unen
para conformar el Esva.
Entrada a las Hoces del Esva
Será para otra
ocasión, porque hoy el itinerario nos pide cruzar la carretera, atravesar el
pueblo de Ese, que situado a 150
metros de altitud es el más bajo del concejo de Tineo, y
dirigirnos hacia el centro de Calleras. Pasamos junto a los restos de un calero
(caleyu), cruzamos el río Grande y a la entrada del pueblo nos topamos con el
edificio de las viejas escuelas convertido en otro proyecto que quiso ser y no
fue: el Centro de Interpretación de la Mirada del Paisaje; vaya usted a saber cómo se
puede “mirar el paisaje” con un presupuesto de 315 000 euros (diario El
Comercio, 24-01-2011).
Bien, pelillos
a la mar y sigamos haciendo camino para acercarnos al lugar destinado al
bocadillo, el descanso y la conversación: el campo de la iglesia parroquial de
San Martín de Calleras, donde hay bancos de piedra y una bolera para el juego
de los bolos de Tineo.
El pueblo de Calleras
La iglesia de
San Martín es un sólido edificio terminado en 1898, construido gracias a la
influencia del tinetense Santiago Fernández Negrete, ministro de Gracia y
Justicia, y del marqués de Lerma, junto a la diligencia del párroco Manuel
Gallo Valderrín, con la participación de canteros gallegos y del artista local
Ceferino El Porro. Fue construida la iglesia a propósito para albergar los
retablos barrocos del monasterio cisterciense de Santa María de Lapedo de
Belmonte de Miranda. Estos retablos, cuyas piezas fueron transportadas en
carros de bueyes, son tres: los dos de las capillas laterales de principios del siglo XVIII y
el central, más antiguo, de finales del XVII obra de Antonio de Borja, escultor
nacido en Valladolid y afincado en Asturias.
El pueblo de
Calleras, como toda su parroquia, presenta gran interés etnográfico con varias
paneras, una de 1835, molinos y dos casonas: la de los Giraldo, del siglo XVII y
la natal del magistrado Nicolás del Riego, construida junto a una torre del siglo
XVI.
Panera en el pueblo de Calleras
Desde los 230 metros de altitud de
Calleras, dejando a nuestra derecha la fuente del Oso, el camino comienza a
ganar altura en busca de la sierra de Adrado en la divisoria entre Tineo y
Valdés. Al principio, por una pista forestal de moderada pendiente atravesamos
un pinar hasta llegar al alto del Mirador; luego, la pendiente se hace mayor
hasta encontrarnos casi en la vertical del embalse de Calleras por donde hemos
pasado hace una horas y adonde podríamos volver por una senda que desciende
zigzagueando a nuestra izquierda: es emocionante recorrer dos veces las Hoces
del Esva, ahora en el sentido de la corriente del río y elevados a más de 400 metros por la ladera
de la sierra. Sobre nosotros, colgada de la sierra está la aldea de Adrado:
estamos ya en el municipio de Valdés. Los habitantes de Adrado, de la parroquia
de Paredes, pagaban su foro a los señores de Merás elaborando y entregando las
cucharas de palo necesarias para el servicio de la casa.
Subiendo hacia la sierra de Adrado
Nos
aproximamos al pueblo dejándolo a nuestra derecha por un camino carretero que
acentúa la pendiente hasta alcanzar en la mayor altura de la jornada (550 metros), la braña
vaqueira de Adrado con varias cabañas y amplias praderías. Desde aquí la vista
es espléndida: a nuestro pies el fértil valle de Paredes y todos sus pueblos,
más allá sigue el concejo de Valdés y a lo lejos el cabo Busto y el mar
Cantábrico.
Sólo resta el
largo descenso final por camino de carro y pista de tierra hasta San Pedro de
Paredes en el fondo del valle (155 metros). A la entrada del pueblo bordeamos
el cementerio en el lugar que lleva el sugerente nombre de El Retiro, y al paso
de un puente medieval nos despedimos del río Esva que se va a nuestra derecha
hacia Brieves y Trevías, para acercarse al mar en Canero y desembocar en la
playa de Cueva.
Puente medieval en Paredes
Ya en el
pueblo, de caserío disperso, amplio y soleado, por gentileza del vecino que
custodia las llaves, podemos visitar la iglesia parroquial de San Pedro. Es del
siglo XVIII con la tribuna y el campanario añadidos a comienzos del XX, y
llaman la atención de los caminantes su retablo bien conservado con algunas
tallas románicas, un Cristo barroco de brazos articulados y extensibles y la
capilla mandada levantar en 1782 por Joaquín de Merás para panteón familiar.
Espléndido colofón para una caminata por estas dos parroquias, Paredes y
Calleras, en los concejos de Valdés y Tineo, siempre con la vista puesta en el
río Esva y sus hoces, que por su espectacularidad y belleza bien merecen
ostentar el título de Monumento Natural.
El lugar del embalse de Calleras desde sierra
Las fotos son de Juan Lobelle
El grupo de montaña La Peñuca
de Gijón realizó esta ruta el sábado, 13 de abril de 2013)
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