Desde Villamayor hasta Espìnaredo por la
parroquia de Valle, con ascenso al pico Coroña
Por el GR-109
Asturias Interior se puede recorrer a través de una única senda la región de
este a oeste, desde Panes hasta Santa Eulalia de Oscos; un trayecto de unos 505 kilómetros en veintisiete etapas, que fue señalizado hace unos años bajo el
patrocinio de la Consejería
de Agricultura.
Fernando
Espina es asiduo caminante del grupo La Peñuca y excelente
conocedor del municipio de Piloña, no en vano sus raíces familiares engarzan en
las parroquias de Beloncio y Ques. Así fue que tuvo el acierto de proponernos realizar de este gran recorrido la sexta etapa que une, sin salir de
Piloña, los lugares y parroquias de Villamayor y Espinaredo, atravesando
también la de Valle: unos 14
kilómetros que hicimos en algo más de cinco horas con el
añadido de un adorno hacia la mitad de la etapa.
El camino
comienza, como queda dicho, en Villamayor junto a la iglesia parroquial de San
Pedro, no sin antes detenernos a ver la casa Pastrana y el ábside románico,
Monumento Nacional desde 1931, de la iglesia del monasterio de Santa María;
aquel que, fundado en el siglo XII,
acogió una comunidad de monjas benedictinas, hasta que en el XIV fue clausurado
por el obispo Don Gutierre para pasar a ser, a partir del XVI, priorato del
monasterio de San Pelayo de Oviedo.
Al inicio del camino
Luego de
atravesar la AS-634
y cruzar sobre el río La Cueva,
ascendemos por la ladera norte de la sierra de Pesquerín hacia el pueblo de Melardi,
contemplado al fondo el curso del río Piloña y en su margen izquierda la población y caserías de la parroquia de
San Román, otra de las veintitrés que componen el concejo. En Melardi se
encuentra en muy buen estado la capilla de Santo Tomás del siglo XVIII.
Seguimos ascendiendo por pista y entramos ya en la parroquia de Valle, cuyo
núcleo rural limpio y bien asfaltado hemos de atravesar en descenso.
Valle
perteneció a los citados monasterios de Santa María y San Pelayo, y allí está
el templo dedicado a Santa María Magdalena, a la vera del antiguo Camino de
Santiago que atravesaba la parroquia y del que se conservan distintas alusiones
toponímicas. En la parte baja del pueblo encontramos el río Valle y a su lado
un molino harinero que por su aspecto debió de funcionar hasta no hace muchos
años. Pasamos sobre el río por un puente de piedra y nos acercamos al otro
núcleo de población de la parroquia. Es Cardes, un conjunto de casas diseminadas
que nosotros dejamos atrás por el barrio de Taradiello y que en el altozano
conocido como de la ermita tiene la capilla de La Visitación.
A partir de
aquí, el camino por pista de zahorra atraviesa la riega de Saliencia y recorre
la ladera oeste de la sierra Abedular entre prados de diente y bosque de
castaños, abedules y robles; es el mayor ascenso de la jornada, en el que se
disfruta con la espléndida vista de Infiesto al fondo, y más a lo lejos, las
sierras del Sueve y del Sellón. Al acercarnos al cordal es cuando a los
caminantes se les antoja adornar esta etapa con el ascenso al pico Coroña en el
alto de la sierra, a nuestra izquierda. Para ganar esta cumbre de 753 metros de altitud,
es preciso abandonar la pista y trepar en línea recta por entre monte bajo de
brezos y tojos.
Desde la cima,
donde el viento azota, llama nuestra atención el espectacular Peñón del Diablo
junto a la muy nevada Peña Niañu, adonde nuestra Camparina pisapraos ascendió
para contárnoslo en una de sus Crónicas vagabundas que podemos leer al lado de
este artículo. También al fondo de la sierra se adivinan las hoces del río
Valle que nace en el alto de Tebrandi y recorre toda la parroquia de sur a
norte para desembocar en el Piloña cerca de Infiesto.
Tras el
descenso del Coroña, recuperamos la pista en el cordal de la sierra y, en el
refugio que ofrecen las cabañas de la braña, buscamos el descanso: el sol se
anima y torna más agradable el momento de la conversación y los bocadillos. A
partir de ahora, en la segunda parte de la jornada, se caminará por la
vertiente hacia el río Espinaredo, al principio casi en llano bordeando el pico
Colinas.
Cuando
llegamos a la collada de La Tayada
nos cruzamos con el GR-105 Ruta de las peregrinaciones, de Oviedo a Covadonga.
Este GR que atraviesa Peñamayor por Les Praeres de Nava, llega aquí desde
Espinaredo para salir a nuestra izquierda hacia el río Color y La Matosa, antes de entrar en
el municipio de Parres. Para nosotros, lo que resta es un pronunciado descenso
por pista de tierra con retazos de hormigón, donde nos llama la atención el
abundante tráfico motorizado de los ganaderos de la zona.
En este
fortísimo descenso entre prados y bosques, pasamos por el pueblo de Porciles y,
más abajo, por el caserío de Barro, sin población estable; y siguiendo la riega
de este nombre llegamos a Espinaredo con sus muchos y afamados hórreos; allí,
en la plaza de la iglesia parroquial se muestra orgulloso el tejo al lado de un
lánguido roble al que sin duda le pesan los siglos, y termina esta entretenida
caminata que fue una etapa del gran sendero que recorre Asturias.
Las fotos son de Juan Lobelle
(El grupo de montaña La Peñuca
de Gijón realizó esta etapa del GR-109 el sábado, 9 de febrero de 2013 y tiene
prevista la realización de otras etapas esta misma temporada)
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