Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 15 de febrero de 2013

EL GR-109 EN PILOÑA



Desde Villamayor hasta Espìnaredo por la parroquia de Valle, con ascenso al pico Coroña


Por el GR-109 Asturias Interior se puede recorrer a través de una única senda la región de este a oeste, desde Panes hasta Santa Eulalia de Oscos; un trayecto de unos 505 kilómetros en veintisiete etapas, que fue señalizado hace unos años bajo el patrocinio de la Consejería de Agricultura.
Fernando Espina es asiduo caminante  del grupo La Peñuca y excelente conocedor del municipio de Piloña, no en vano sus raíces familiares engarzan en las parroquias de Beloncio y Ques. Así fue que tuvo el acierto de proponernos realizar de este gran recorrido la sexta etapa que une, sin salir de Piloña, los lugares y parroquias de Villamayor y Espinaredo, atravesando también la de Valle: unos 14 kilómetros que hicimos en algo más de cinco horas con el añadido de un adorno hacia la mitad de la etapa.

La llamada casa Pastrana en Villamayor

El camino comienza, como queda dicho, en Villamayor junto a la iglesia parroquial de San Pedro, no sin antes detenernos a ver la casa Pastrana y el ábside románico, Monumento Nacional desde 1931, de la iglesia del monasterio de Santa María; aquel que, fundado en el siglo XII, acogió una comunidad de monjas benedictinas, hasta que en el XIV fue clausurado por el obispo Don Gutierre para pasar a ser, a partir del XVI, priorato del monasterio de San Pelayo de Oviedo.
 
Al inicio del camino

Luego de atravesar la AS-634 y cruzar sobre el río La Cueva, ascendemos por la ladera norte de la sierra de Pesquerín hacia el pueblo de Melardi, contemplado al fondo el curso del río Piloña y en su margen izquierda  la población y caserías de la parroquia de San Román, otra de las veintitrés que componen el concejo. En Melardi se encuentra en muy buen estado la capilla de Santo Tomás del siglo XVIII. Seguimos ascendiendo por pista y entramos ya en la parroquia de Valle, cuyo núcleo rural limpio y bien asfaltado hemos de atravesar en descenso.

La capilla de Santo Tomás en Melardi

Valle perteneció a los citados monasterios de Santa María y San Pelayo, y allí está el templo dedicado a Santa María Magdalena, a la vera del antiguo Camino de Santiago que atravesaba la parroquia y del que se conservan distintas alusiones toponímicas. En la parte baja del pueblo encontramos el río Valle y a su lado un molino harinero que por su aspecto debió de funcionar hasta no hace muchos años. Pasamos sobre el río por un puente de piedra y nos acercamos al otro núcleo de población de la parroquia. Es Cardes, un conjunto de casas diseminadas que nosotros dejamos atrás por el barrio de Taradiello y que en el altozano conocido como de la ermita tiene la capilla de La Visitación.

Molino junto al río Valle

A partir de aquí, el camino por pista de zahorra atraviesa la riega de Saliencia y recorre la ladera oeste de la sierra Abedular entre prados de diente y bosque de castaños, abedules y robles; es el mayor ascenso de la jornada, en el que se disfruta con la espléndida vista de Infiesto al fondo, y más a lo lejos, las sierras del Sueve y del Sellón. Al acercarnos al cordal es cuando a los caminantes se les antoja adornar esta etapa con el ascenso al pico Coroña en el alto de la sierra, a nuestra izquierda. Para ganar esta cumbre de 753 metros de altitud, es preciso abandonar la pista y trepar en línea recta por entre monte bajo de brezos y tojos.

En busca de la cumbre del Coroña

Desde la cima, donde el viento azota, llama nuestra atención el espectacular Peñón del Diablo junto a la muy nevada Peña Niañu, adonde nuestra Camparina pisapraos ascendió para contárnoslo en una de sus Crónicas vagabundas que podemos leer al lado de este artículo. También al fondo de la sierra se adivinan las hoces del río Valle que nace en el alto de Tebrandi y recorre toda la parroquia de sur a norte para desembocar en el Piloña cerca de Infiesto.

Peña Niañu y a su lado el Peñón del Diablo

Tras el descenso del Coroña, recuperamos la pista en el cordal de la sierra y, en el refugio que ofrecen las cabañas de la braña, buscamos el descanso: el sol se anima y torna más agradable el momento de la conversación y los bocadillos. A partir de ahora, en la segunda parte de la jornada, se caminará por la vertiente hacia el río Espinaredo, al principio casi en llano bordeando el pico Colinas.

La cumbre del Coroña y, por la ladera, la pista del camino

Cuando llegamos a la collada de La Tayada nos cruzamos con el GR-105 Ruta de las peregrinaciones, de Oviedo a Covadonga. Este GR que atraviesa Peñamayor por Les Praeres de Nava, llega aquí desde Espinaredo para salir a nuestra izquierda hacia el río Color y La Matosa, antes de entrar en el municipio de Parres. Para nosotros, lo que resta es un pronunciado descenso por pista de tierra con retazos de hormigón, donde nos llama la atención el abundante tráfico motorizado de los ganaderos de la zona.
En este fortísimo descenso entre prados y bosques, pasamos por el pueblo de Porciles y, más abajo, por el caserío de Barro, sin población estable; y siguiendo la riega de este nombre llegamos a Espinaredo con sus muchos y afamados hórreos; allí, en la plaza de la iglesia parroquial se muestra orgulloso el tejo al lado de un lánguido roble al que sin duda le pesan los siglos, y termina esta entretenida caminata que fue una etapa del gran sendero que recorre Asturias.

                            Panorámica de Infiesto desde la sierra Abedular


Las fotos son de Juan Lobelle


                                   (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta etapa del GR-109 el sábado, 9 de febrero de 2013 y tiene prevista la realización de otras etapas esta misma temporada)

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