Desde Oseja de Sajambre, por Vegabaño,
Carombo, la Jocica
y Angón, hasta Ceneya en Amieva
El
municipio leonés de Sajambre se extiende por la vertiente septentrional de la
cordillera Cantábrica; en su territorio nace el río Sella y comparte con Amieva
y Ponga el curso alto del río que labra el largo y profundo desfiladero de los
Beyos. Por los dos primeros concejos -Sajambre y Amieva- discurre esta caminata
que para el grupo La Peñuca
propuso Carlos González (Carlinos), guía joven y entusiasta para quien los
Picos de Europa no parecen tener secretos.
Partimos
de Oseja, la villa municipal de Sajambre, a 742 metros de altitud y
comenzamos a caminar hacia Soto por la ruta señalada como Pueblos de Sajambre.
El camino empinado pasa junto a la hermosa ermita de San Roque, para más
adelante dejar la dirección de Soto y tomar la indicada hacia la majada de
Vegabaño. Es un frondoso hayedo el que vamos atravesando por esta pista de
tierra que gana altura sin cesar; así llegamos al mirador de Los Porros (1.152 metros). Merece la pena apartarse unos 200 metros del camino principal, pues desde este mirador, acondicionado con mesas y bancos de madera,
se obtiene una magnífica panorámica de los pueblos de Sajambre: Oseja, Vierdes,
Pío, más arriba la central eléctrica de Pío y sobre ella se adivina la Canal de los Chinos para
subir al puerto de Zalambral; otra caminata que tuvimos oportunidad de
realizar hace unos meses (En Oseja de Sajambre, 8 de mayo de 2012).
La ermita de San Roque, en el camino de Oseja a Soto
De
vuelta al camino principal seguimos por el hayedo, donde varias personas se
afanan en la tala de madera y su carga en tractores para el transporte; pasamos
la portilla que cierra el paso a los vehículos e impide al ganado
abandonar los pastos de la majada, y llegamos a Vegabaño (1.320 metros).
La
majada de Vegabaño es amplia, cuenta con varias cabañas en muy buen estado y un
refugio de montaña abierto en esta época del año; lo que no vimos fue el ganado
que desde los primeros días de octubre ya ha abandonado estos pastos de altura.
Los Moledizos y el pico Jario flanquean esta bonita majada, donde es obligada
una parada para recuperar fuerzas y las consabidas fotos.
Caminantes descansando en la majada de Vegabaño
La
salida de la majada la hacemos por el PR-PNPE-7 que ya no abandonamos hasta
casi el final del camino. Primero, por el bosque de Vegabaño la senda discurre
entre peña Beza y el pico La
Cotorra, que en su cumbre ya marca el límite con el concejo
de Amieva; luego, desde el puerto de la Barcinera (1.349 metros)
comenzamos el descenso por el monte el Milagro de Pericón entre hayas, abedules
y robles buscando el río Dobra. Antes atravesamos la riega La Rebellada para cruzar el
Dobra, que viene del puerto de Dobres en Valdeón, por un puente de hormigón:
puente Carombo (1.050
metros). En la margen derecha del río estamos en el
monte Carombo y, según nos anuncia un letrero, en terrenos del Parque Nacional,
lo que sorprende al caminante, pues deja desprotegida la hermosa zona que hemos
venido recorriendo.
Por
este monte Carombo, cuyo aprovechamiento forestal y pastoril comparten los
parroquianos de Amieva, Sajambre y Valdeón, subimos a una de sus majadas: la de
Chamozo donde hay una cabaña y una fuente con abrevadero. Es el lugar elegido
para la comida, pero como la caminata es larga y el tiempo apremia, el descanso
y la conversación serán breves.
El puente Carombo sobre el río Dobra
La
segunda parte de la caminata sigue el río encajado en una profunda garganta que
cierran, a su izquierda el Canto Cabronero y la peña Beza y en su margen
derecha, las estribaciones del Cornión, por donde hay una senda a bastante
altura sobre el cauce del río. Es la antigua senda de acceso desde Amieva a
estas majadas y montes que nosotros recorremos en una hora de camino para
llegar a la presa de la Jocica.
La senda, por entre pastos y también matas de hayas y acebos,
pasa por Dobraseca, un curioso lugar donde se ve al fondo el lecho del río que
sólo es una playa de grandes piedras redondas, pues el agua se sume en un curso
subterráneo. Más allá, debajo de la canal de Pedro Montés hay una lápida que
recuerda a José Alonso Fernández fallecido aquí en 1948 al despeñarse a la edad
de 18 años; llama la atención la limpia y bien conservada lápida en el recuerdo
de un luctuoso acontecimiento ocurrido hace tantos años.
Por la senda de la Jocica
La
majada de Bellanzo, con una fuente y un refugio para los caminantes, está justo
encima de la presa de la Jocica;
hasta el fondo, donde se ven las ruinas de los barracones de esta obra
realizada al final de los años cincuenta del pasado siglo, se puede bajar por
larguísima escalinata no apta para personas con vértigo. A partir de Bellanzo,
el camino es por buena pista de tierra que recorre algunas majadas como la de
Ceremal hasta la central eléctrica del Restaño. Esta central se encuentra a 700 metros de altitud,
por lo que el descenso realizado ha sido considerable, y en su perpendicular se
yerguen los impresionantes murallones del mirador de Ordiales.
La presa de la Jocica, desde el camino
Después
de la central, el camino por la pista de servicio que recorre el valle de Angón
asciende hasta el Collado en una fuerte pendiente sobre el duro hormigón. El
Dobra ahora se aleja a nuestra derecha para encontrarse en el lugar conocido
como la Mecedura
con los ríos Pelabarda y Junjumia, que bajan del corazón del macizo occidental
de los Picos para aumentar de forma considerable su caudal. A partir de aquí,
marca el límite entre los municipios de Amieva y Cangas de Onís en un
vertiginoso recorrido entre estrechas paredes que lo hacen impracticable, salvo
para barranquistas de mucha experiencia; sólo abre su cauce al llegar a la Hoya de San Vicente, a cinco
kilómetros de su desembocadura al Sella en Puente Dobra.
En
el Collado de Angón nos encontramos con la Senda del Arcediano que viene desde Soto de
Sajambre por la Portilla
de Tarabico y las majadas de Tomeyo y Sabugo; fue este camino, la principal vía
de comunicación entre León y el oriente de Asturias antes de la carretera del
Pontón por el desfiladero de los Beyos.
El valle y el Collado de Angón
A
partir de aquí, el camino discurre por lugar de mucho tránsito. La carretera
nos acerca hasta el pueblo de Amieva, que bordeamos dejándolo a nuestra derecha,
para tomar la carretera que, entre curvas y socavones sin arreglar, por la
margen izquierda del río Vallejón sin apenas agua, nos deja en Ceneya, en la N-625.
En
el lugar de Ceneya de la parroquia de Argolibio, a orillas del Sella, termina
esta caminata larga y variada por el concejo de Amieva, iniciada ocho horas
antes en Oseja de Sajambre, cerca de donde se encuentran las fuentes
de este mismo río que ahora nos recibe después de haber recorrido las
profundidades del Dobra, uno de sus afluentes importantes.
Panorámica de Oseja de Sajambre al inicio del camino
Las fotos son de Juan Lobelle
(El grupo de montaña La Peñuca
de Gijón realizó esta ruta el sábado, 6 de octubre de 2012)
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