Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 12 de octubre de 2012

POR SAJAMBRE Y AMIEVA



Desde Oseja de Sajambre, por Vegabaño, Carombo, la Jocica y Angón, hasta Ceneya en Amieva

            El municipio leonés de Sajambre se extiende por la vertiente septentrional de la cordillera Cantábrica; en su territorio nace el río Sella y comparte con Amieva y Ponga el curso alto del río que labra el largo y profundo desfiladero de los Beyos. Por los dos primeros concejos -Sajambre y Amieva- discurre esta caminata que para el grupo La Peñuca propuso Carlos González (Carlinos), guía joven y entusiasta para quien los Picos de Europa no parecen tener secretos.
            Partimos de Oseja, la villa municipal de Sajambre, a 742 metros de altitud y comenzamos a caminar hacia Soto por la ruta señalada como Pueblos de Sajambre. El camino empinado pasa junto a la hermosa ermita de San Roque, para más adelante dejar la dirección de Soto y tomar la indicada hacia la majada de Vegabaño. Es un frondoso hayedo el que vamos atravesando por esta pista de tierra que gana altura sin cesar; así llegamos al mirador de Los Porros (1.152 metros). Merece la pena apartarse unos 200 metros del camino principal, pues desde este mirador, acondicionado con mesas y bancos de madera, se obtiene una magnífica panorámica de los pueblos de Sajambre: Oseja, Vierdes, Pío, más arriba la central eléctrica de Pío y sobre ella se adivina la Canal de los Chinos para subir al puerto de Zalambral; otra caminata que tuvimos oportunidad de realizar hace unos meses (En Oseja de Sajambre, 8 de mayo de 2012).

 La ermita de San Roque, en el camino de Oseja a Soto

            De vuelta al camino principal seguimos por el hayedo, donde varias personas se afanan en la tala de madera y su carga en tractores para el transporte; pasamos la portilla que cierra el paso a los vehículos e impide al ganado abandonar los pastos de la majada, y llegamos a Vegabaño (1.320 metros).
            La majada de Vegabaño es amplia, cuenta con varias cabañas en muy buen estado y un refugio de montaña abierto en esta época del año; lo que no vimos fue el ganado que desde los primeros días de octubre ya ha abandonado estos pastos de altura. Los Moledizos y el pico Jario flanquean esta bonita majada, donde es obligada una parada para recuperar fuerzas y las consabidas fotos.

 Caminantes descansando en la majada de Vegabaño

            La salida de la majada la hacemos por el PR-PNPE-7 que ya no abandonamos hasta casi el final del camino. Primero, por el bosque de Vegabaño la senda discurre entre peña Beza y el pico La Cotorra, que en su cumbre ya marca el límite con el concejo de Amieva; luego, desde el puerto de la Barcinera (1.349 metros) comenzamos el descenso por el monte el Milagro de Pericón entre hayas, abedules y robles buscando el río Dobra. Antes atravesamos la riega La Rebellada para cruzar el Dobra, que viene del puerto de Dobres en Valdeón, por un puente de hormigón: puente Carombo (1.050 metros). En la margen derecha del río estamos en el monte Carombo y, según nos anuncia un letrero, en terrenos del Parque Nacional, lo que sorprende al caminante, pues deja desprotegida la hermosa zona que hemos venido recorriendo.
            Por este monte Carombo, cuyo aprovechamiento forestal y pastoril comparten los parroquianos de Amieva, Sajambre y Valdeón, subimos a una de sus majadas: la de Chamozo donde hay una cabaña y una fuente con abrevadero. Es el lugar elegido para la comida, pero como la caminata es larga y el tiempo apremia, el descanso y la conversación serán breves.

 El puente Carombo sobre el río Dobra

            La segunda parte de la caminata sigue el río encajado en una profunda garganta que cierran, a su izquierda el Canto Cabronero y la peña Beza y en su margen derecha, las estribaciones del Cornión, por donde hay una senda a bastante altura sobre el cauce del río. Es la antigua senda de acceso desde Amieva a estas majadas y montes que nosotros recorremos en una hora de camino para llegar a la presa de la Jocica. La senda, por entre pastos y también matas de hayas y acebos, pasa por Dobraseca, un curioso lugar donde se ve al fondo el lecho del río que sólo es una playa de grandes piedras redondas, pues el agua se sume en un curso subterráneo. Más allá, debajo de la canal de Pedro Montés hay una lápida que recuerda a José Alonso Fernández fallecido aquí en 1948 al despeñarse a la edad de 18 años; llama la atención la limpia y bien conservada lápida en el recuerdo de un luctuoso acontecimiento ocurrido hace tantos años.

 Por la senda de la Jocica

            La majada de Bellanzo, con una fuente y un refugio para los caminantes, está justo encima de la presa de la Jocica; hasta el fondo, donde se ven las ruinas de los barracones de esta obra realizada al final de los años cincuenta del pasado siglo, se puede bajar por larguísima escalinata no apta para personas con vértigo. A partir de Bellanzo, el camino es por buena pista de tierra que recorre algunas majadas como la de Ceremal hasta la central eléctrica del Restaño. Esta central se encuentra a 700 metros de altitud, por lo que el descenso realizado ha sido considerable, y en su perpendicular se yerguen los impresionantes murallones del mirador de Ordiales.

 La presa de la Jocica, desde el camino

            Después de la central, el camino por la pista de servicio que recorre el valle de Angón asciende hasta el Collado en una fuerte pendiente sobre el duro hormigón. El Dobra ahora se aleja a nuestra derecha para encontrarse en el lugar conocido como la Mecedura con los ríos Pelabarda y Junjumia, que bajan del corazón del macizo occidental de los Picos para aumentar de forma considerable su caudal. A partir de aquí, marca el límite entre los municipios de Amieva y Cangas de Onís en un vertiginoso recorrido entre estrechas paredes que lo hacen impracticable, salvo para barranquistas de mucha experiencia; sólo abre su cauce al llegar a la Hoya de San Vicente, a cinco kilómetros de su desembocadura al Sella en Puente Dobra.
            En el Collado de Angón nos encontramos con la Senda del Arcediano que viene desde Soto de Sajambre por la Portilla de Tarabico y las majadas de Tomeyo y Sabugo; fue este camino, la principal vía de comunicación entre León y el oriente de Asturias antes de la carretera del Pontón por el desfiladero de los Beyos.

 El valle y el Collado de Angón

            A partir de aquí, el camino discurre por lugar de mucho tránsito. La carretera nos acerca hasta el pueblo de Amieva, que bordeamos dejándolo a nuestra derecha, para tomar la carretera que, entre curvas y socavones sin arreglar, por la margen izquierda del río Vallejón sin apenas agua, nos deja en Ceneya, en la N-625.
            En el lugar de Ceneya de la parroquia de Argolibio, a orillas del Sella, termina esta caminata larga y variada por el concejo de Amieva, iniciada ocho horas antes en Oseja de Sajambre, cerca de donde se encuentran las fuentes de este mismo río que ahora nos recibe después de haber recorrido las profundidades del Dobra, uno de sus afluentes importantes.

 Panorámica de Oseja de Sajambre al inicio del camino


Las fotos son de Juan Lobelle



                                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 6 de octubre de 2012)


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