PR AS 170. Ruta del río
Ñora: desde La Llorea hasta la playa de
La Ñora, entre Gijón y Villaviciosa
El río Ñora,
en el límite entre los concejos de Gijón y Villaviciosa, tiene dos cabeceras:
una, en la parroquia de San Miguel de Arroes, en Villaviciosa, y la otra, en la
gijonesa de Deva, cerca del lugar de la Olla.
A partir de su paso por Fielato, marca ya la divisoria entre
los dos concejos y aumenta su caudal, primero con las aguas del arroyo La Bonagua y más abajo, con
las del río Llorea que nace en la vertiente septentrional del monte Deva.
Lo que ha
hecho el Ayuntamiento de Gijón entre La Llorea y la playa de La Ñora, fue un PR de algo
menos de cinco kilómetros y 150
metros de desnive bautizado como Ruta del río Ñora; para ello se recuperaron algunos tramos de camino forestal y de senda a la orilla del
río, se construyeron hermosos puentes de madera y se colocaron paneles informativos sobre la fauna del lugar: jabalí, trucha arco íris,
pájaro ratonero común, etc. La ruta comienza en La Llorea al lado de la N-632, junto a las
instalaciones del Campo Municipal de Golf. Los primeros pasos son por un
frondoso bosque de robles, avellanos y laureles, por una pista que desciende en
busca del río, cuyas aguas ya suenan en el fondo del valle a la izquierda del
caminante.
Comienzo de la ruta internándose en el bosque
Tras el
descenso, encontrarnos el primer puente sobre el río Llorea y seguimos
caminando por su margen izquierda; en la derecha hay una antigua casería,
hoy convertida en moderno chalé rodeado de buen
cierre vegetal. A partir de aquí el camino es llano y pronto pasamos a
la otra margen del río, ahora ya el Ñora, para caminar rodeados de castaños y
robles.
Uno de los paneles informativos: el jabalí frecuenta estos parajes
Comenzamos a
ver en ambas laderas del valle plantaciones de eucaliptos, y así nos
encontramos al lado de un nuevo puente de madera otro de hormigón por el que pasa
una pista de acceso a los eucaliptales. La primera intención del caminante,
tras cruzar el río por cualquiera de los dos puentes, puede ser continuar de
frente por la pista, mas los indicadores y flechas en el suelo le dirán que
debe girar a la izquierda para seguir la senda sin apartarse del río y su
margen derecha. Poco más allá sale por la izquierda del río una acequia que
servía para abastecer las instalaciones del llamado Molino del Pilu.
Puentes de madera y hormigón, y plantación de eucaliptos
Aún queda un
buen trecho para llegar a este Molino del Pilu junto a una carretera que se
interna en la parroquia de Quintueles. Aquí estuvo instalado, y en
funcionamiento hasta poco antes de 1936, un artilugio de dos ruedas para
producir electricidad; hoy no queda de ello más que el recuerdo y algunas
ruinas ocultas en la vegetación. Después de cruzar la carretera antes citada,
seguimos a la vera del río y acercándonos ya al final de la ruta.
Lugar donde estuvo instalado el Molino del Pilu
Este final es
bastante espectacular: tras cruzar un último puente, el paisaje se abre a la
playa de La Ñora entre los acantilados que la protegen y el estuario que forma
la desembocadura del río. Finalmente, después del merecido descanso para
contemplar el panorama, hay dos opciones. Una, rehacer el camino y volver hasta
La Llorea
remontando el curso del río y el valle, y aunque sea repetir el mismo
itinerario, el caminante le encuentra su encanto al realizarlo ahora en sentido
ascendente. Pero también puede enlazar con la senda El Rinconín-La Ñora que
comienza por una interesante escalinata, va bordeando la costa por encima de
las playas de Estaño, La Cagonera
y Serín, y atraviesa el parque de la Providencia.
Final de la ruta en la playa de La Ñora
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