Desde La Uña hasta Beleño por el cordal del Collao Zorro
Dos
cordales se extienden por el término municipal de Ponga perpendiculares a la cordillera Cantábrica. Uno de ellos, el más occidental recibe precisamente el
nombre de Cordal de Ponga y sirve de límite con el Parque Natural de Redes,
concejo de Caso; sus cumbres señeras son el Maciédome, a quien los ponguetos
nombran como el Alto Ponga, y el Tiatordos, que se levanta frente a la villa
capital. El otro es un cordal interior que separa las parroquias de Sobrefoz y
Casielles: el del Collao Zorro. A este cordal acudimos en el grupo La Peñuca invitados por Manuel
Quintana, buen conocedor de la zona, para realizar una larga caminata partiendo
del pueblo leonés de La Uña.
El
comienzo, a 1.200
metros de altitud, en la C-635 al lado de la fuente La Turriente permite a los
caminantes abastecerse de agua para el camino. Tras pasar por un puente sobre
el río Esla atravesamos la vega de Martindiez y pronto encontramos la unión de
los arroyos Riosol y de la
Castellana: ambos se disputan el nacimiento del Esla;
nosotros seguimos al de la
Castellana por el valle de Valdosín. Estamos caminando por
una buena pista de tierra sobre la que se marca el PR. LE-20 Puerto de
Ventaniella, y sobre nosotros se asoman orgullosas las peñas Ten y Pileñes, las
del refrán:
Ten y Pileñes,
buen par de peñes;
Ten pa les cabres,
pa le oveyes,
Pileñes.
La vega y el bosque de Valdosín
La
vega de Valdosín es amplia, cuenta con un buen redil y en ella encuentra buen
alimento el ganado vacuno. A partir de aquí la pista se convierte en un buen
sendero que nos sube al puerto de Ventaniella a 1.430 metros de
altitud; es el límite regional y fue importante paso para los intercambios
comerciales asturleoneses. Un poco más allá, ya en Asturias, está la pradería
de Ventaniella con la ermita y el albergue de caminantes; pero nosotros
no bajaremos hacia allá, sino que descendemos a la majada El Xerru (1.390 metros) para
encontrar un sendero que inicia una fuerte subida.
Hacia el puerto de Ventaniella
Es
la primera gran ascensión de la jornada: el sendero se pierde en amplias
praderías colgadas del cordal y debemos forzar la máquina para alcanzar los 1.642 metros de
altitud del collado Miédome. Viene luego un considerable descenso hasta la
hermosa majada de Viañu, donde unos ganaderos se afanan en la reconstrucción de
dos cabañas, para luego iniciar el segundo duro ascenso hasta el collado Viañu
y, más arriba, la collada Obrango (1.434 metros).
Majada y collado Viañu
Un
nuevo y obligado descenso para atravesar los puertos de Sus nos lleva a iniciar
la última, mayor y más larga ascensión hasta el pico Collao Zorro (1.844 metros); es la
mayor altura de la jornada y también la cumbre del cordal. Es también el lugar
indicado por Manuel para el descanso y el bocadillo. El sol que no calentó en
demasía, lo cual, junto a una pequeña brisa, fue de agradecer por los
caminantes, aparece ahora con fuerza; y allí, frente al otro cordal (el de
Ponga), a la vista de las praderías de Ventaniella, y al fondo, muy al fondo
del valle el pueblo de Sobrefoz, disfrutamos del encanto especial de estas
montañas mientras reponemos fuerzas para la última parte de la caminata.
Fuerte subida al collado Miédome
Es
un largo descenso desde la más alta cumbre del cordal hasta los 619 metros de San Juan
de Beleño. Por la ladera bajamos al propio Collao Zorro y por un sendero que
bordea el pico Luengo llegamos al collado Pumerín, más abajo a la collada
Caldes y hasta la majada Cabanín, como en todas las majadas que atravesamos
repleta de ganado, pero en ésta con más ejemplares de caballar que de vacuno. Desde aquí entramos
en el valle que marca la riega Les Foyaques, afluente del río Ponga. Por su
margen izquierda desciende un camino carretero, una vieja caleya empedrada pero
en bastante mal estado: abundancia de agua y barro, árboles caídos, alguna
alambrada que cierra el paso a ganado y caminantes; como, además, la pendiente
es considerable, el final de la caminata se hace penoso. Mas al fin llegamos a
la vera del río y a la PO-1,
la carretera que une Sobrefoz con la capital municipal.
Descenso del pico Collao Zorro
Aquí
en Beleño, topónimo que parece remitir al dios celta Belenos, termina esta
caminata que aunque dura, tal vez la más dura de cuantas he relatado en el blog
durante el presente año, es de una belleza que, tengo para mí, acaso sólo los
montes de Ponga y Redes puedan ofrecer.
Hacia la majada Cabanín
Las fotos son de Elena Castro
(El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 21 de julio de 2012)
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