Por las parroquias de Tarna y Sobrecastiello:
La Fumigosa,
Cerréu, Arenas, Pociello y La
Ablanosa
Caminando
por el Parque Natural de Redes se puede disfrutar en cualquier época del año.
En el verano de 2011, por iniciativa de Paniceres, buen caminante del grupo La Peñuca
y excelente conocedor del parque pues no en vano sus raíces se hunden en la
parroquia casina de Orlé, pudimos disfrutar por el hayedo de Pandellanza a la
sombra de los picos Maciédome y Tiatordos; para esta lluviosa primavera, él
mismo nos propuso hacerlo atravesando el bosque de Fabucao bajo el paraguas del
Cantu del Oso y el Cueto Negro: sin duda mereció la pena e intentaré aquí dejar
constancia de ello.
La
caminata discurre por la parroquia de Tarna con algunos pasos por la de
Sobrecastiello, dos de las diez que componen el municipio de Caso. Partimos de
Las Torres, un lugar a 855
metros de altitud en el kilómetro 55 de la AS-117, poco antes de
llegar al pueblo de Tarna. Desde allí se desciende por el Camino Real en busca del río Nalón para cruzarlo por un viejo
puente. Comienza entonces un pronunciado ascenso por un camino ganadero entre
hayas a la vera de la riega El Campón hasta llegar al collado del mismo nombre,
y desde aquí el camino, ya senda, sigue subiendo hasta alcanzar la majada de La Fumiosa, ya a 1.010 metros de altitud,
con algunas cabañas en buen estado y una fuente que nos invita a tomar unos
minutos de descanso.
Cabañas y fuente en la majada de La Fumiosa
El
ascenso continúa ahora por la senda que traza la Cuesta de La Fumiosa. Aquí, entre
el abundante arbolado surge el retumbar de un golpeteo cual martillo de pilón:
el picoteo en el árbol macizo de un pájaro carpintero -el picatueru- que
realiza su trabajo ajeno al paso de los caminantes. Llegamos así a los 1.389 metros de la
majada de Cerréu, situada entre las dos parroquias que estamos pisando; esta
majada, amplia y bella, tiene en su parte más baja una fuente, y en la parte
alta, un cueto con buenas vistas, si la niebla no lo impidiera, donde se sitúan
las cabañas; al lado de la fuente pudimos ver el primer rebaño de ganado: una
docena de vacas del pueblo de La
Foz, las primeras que acuden, en época aún temprana, a los
pastos del puerto.
Ganado y caminantes acuden a la fuente de Cerréu
De Cerréu parte la conocida como Senda
Ranéu que, pasando por la majada que le da nombre, se utiliza para ascender
a la cumbre del Cantu del Oso por la vertiente que cae a Brañagallones. No es lo que
nosotros haremos, pues nuestros pasos, con la alegría de ver cómo la niebla
inicia su retirada y deja a la vista las altas cumbres que nos rodean, se
internan en el monte Fabucao: inmenso hayedo que cuelga en la ladera del Canto
del Oso y el Xerru de Príes. Es un placer para el caminante recorrer estos
hayedos por una senda limpia y bien marcada; pero ¡ay! el final del bosque
llega, y debemos enfrentarnos con el más fuerte ascenso. Llegamos entonces a la
majada de Busumerón que, entre cabañas derruidas ofrece una buena oportunidad a
los aficionados a la fotografía: al frente, el Cueto Negro, más a lo lejos Peña
Ten y parte del Mampodre, pero más lejos aún los Picos de Europa cubiertos de
nieve. Otra fuerte subida nos sitúa al fin en la collada Arenas, que con sus 1.686 metros marca el
punto de mayor altura de esta caminata.
La
collada Arenas, entre las dos parroquias, es el paso natural al valle de
Pociello y La Ablanosa
desde Valdebezón, y es el lugar elegido para el descanso y la comida; al fondo,
en la cordillera contemplamos las más altas cumbres: la Peña el Viento, la Rapaona y la Rapaína (2.022 metros) que a
pesar de su nombre es la más alta de las tres.
Subiendo hacia la majada de Cerréu
Tras
el descanso y la comida iniciamos el prolongado descenso, primero hasta la vega
Pociello. Esta amplia vega es uno de los lugares más hermosos del parque: en la
parte más alta, se encuentra muy encharcada por los numerosos arroyos que
conforman el río que la atraviesa y en la parte baja, cuenta con varias cabañas
muy bien conservadas. El río de la Vega
Pociello, que más abajo cambiará su nombre por el de río La Ablanosa, acompañará
nuestro caminar hasta su desembocadura en el Nalón.
La amplia y hermosa vega Pociello
Al
salir de Pociello entramos de nuevo en el bosque Fabucao, ahora en su parte más
baja y en dirección contraria a la que recorrimos por la parte alta. Al final
del bosque está la majada de La
Ablanosa con cabañas, una fuente sin agua y prados cercados
de piedra donde pastan varios ejemplares de la caballería casina. Desde aquí el
camino ya es amplio, pues hasta La
Ablanosa acceden tractores y coches.
Panorámica de las praderías de La Ablanosa
Por
esta pista de tierra descendemos a la vera del río Nalón que cruzamos por el
llamado Puente del Corral donde tomamos el Camino
Real que por debajo de la
AS-117 y remontando el río por su margen derecha nos lleva
hasta el pueblo de Tarna. Aquí, en el coqueto pueblo del puerto que cierra el
valle del Nalón, termina esta larga caminata que, una vez más por Redes, nos ha
permitido disfrutar de un paisaje variado, entretenido y con lugares de gran
belleza como Cerréu, Arenas, Fabucao o Pociello.
Entre la niebla, las crestas del Canto del Oso
Las fotos son de Juan Lobelle
(El grupo de
montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado,
12 de mayo de 2012)
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