Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 25 de marzo de 2016

PUEBLOS Y MONTES DE TINEO



Desde Recorba remontando el río Bárcena hasta Curriellos y Besapié, para regresar a Recorba por el Monte Mulleiroso

            Tineo es el segundo concejo más extenso de Asturias, después de Cangas del Narcea. En tan amplia superficie, con un complicado relieve interior de media montaña y abundantes sierras y valles, son muchas las caminatas que se pueden plantear. Bien es cierto que la mayoría de ellas, las más frecuentadas, acuden a lo que se conoce como la zona de los valles, Naraval, Navelgas, Caeras, y sobre todo el curso alto del Esva antes de su paso hacia el vecino término de Valdés; como también lo es la zona de las brañas vaqueiras de alzada, Candanedo, Escardén, Muñalén...
            En el grupo La Peñuca en más de una ocasión pudimos disfrutar con caminatas de este tipo, (Tineo por la zona vaqueira, 27 de marzo de 2015), pero hoy acudimos a una zona bien distinta y bastante menos frecuentada; el cuarto suroccidental, entre la sierra de Fanfaraón y el Monte Mulleiroso; allí donde nacen los ríos Bárcena y Navelgas, que a la altura de Ese de Caeras, junto al Caeras y el Naraval conforman el reconocido Esva.

El río Bárcena en su curso más alto,
donde también se le conoce como río Besapié.
 
          Fue José Manuel Tejera, incansable caminante y vocal de montaña del grupo, quien para la ocasión propuso y coordinó esta caminata circular por dos parroquias, Collada y Cerredo, que por su situación en la extensa geografía tinetense no suelen ser de las más concurridas.
            Recorba es una aldea situada al sur de la parroquia de Collada y a ella se accede por la carretera local que parte de la AS-219 cerca de Riocastiello. Está emplazada a 520 metros de altitud en la margen izquierda del río Bárcena, donde hubo un mazo y herrrería, hoy convertido en uno más de los caseríos que forman la aldea y que se escalonan en la ladera de la vertiente.

La aldea de Recorba y su bonito paisaje.
 
            Nosotros iniciamos el camino por la pista que desciende a La Faldalosa, el caserío que junto con El Mazo más se aproxima al río; pronto dejamos esta pista para cruzar el arroyo Recorba, el primero de los muchos que iremos atravesando en su camino hacia el río Bárcena. Entramos entonces en una buena senda entre bosque y llegamos a un cruce con la señal de "Aviso de Abejas"; en esta zona proliferan las colmenas que, como iremos viendo, suelen estar protegidas en cortinos, construcciones de piedra que las resguardan de peligros exteriores: osos, tejones, zorros...

Cruzando uno de los muchos arroyos que alimentan el río Bárcena.
 
            Estamos en al Ruta de los Pueblos Abandonados, según hemos podido leer en un grabado en tabla a la salida de la aldea, y el camino es bueno, rodeado de arboleda y con abundante brezo que en ocasiones parece cerrarnos el paso; claro está que la flor del brezo será el ingrediente principal para la producción de la miel. Caminamos ya por tierras de la parroquia de Cerredo; al fondo suenan las aguas cantarinas del río Bárcena y al frente, a lo lejos, se levantan las cumbres redondeadas y cubiertas de nieve de la sierra de Fanfaraón. Esta sierra, entre los términos de Tineo y Allande, es paso del Camino Primitivo de Santiago donde aún se pueden ver restos de un hospital de peregrinos. Más cerca, por la otra ladera de este valle del Bárcena, vemos el trazado de la carretera local que desde la AS-219 une las aldeas de La Mortera y Coucellín.

Uno de los muchos cortinos que encontramos al pie del camino.
 
            Con un breve ascenso nos situamos en el llano de La Chamba (630 metros) y desde allí oteamos, al lado del río, la casería de Curriellos; en el descenso hasta allá, el camino es ancho y limpio. La aldea de Curriellos, a 560 metros de altitud, se encuentra en la intersección de dos ríos que conforman el cauce alto del Bárcena, y su caserío se alinea a lo largo del camino que sube a Coucellín; cruzamos el río por un puente de madera para recorrer la aldea, uno de los pueblos abandonados, aunque en este caso tiene al menos un habitante, parece que dedicado a la ganadería menor, a juzgar por los muchos ejemplares que merodean en los alrededores.
            Volvemos sobre el puente y seguimos remontando el río, que a partir de aquí se conoce como río Besapié. El camino, en su margen izquierda, discurre entre bosque de castaños y abedules; en la otra margen, cercados de piedra, los que antes fueron prados de hierba están hoy ocupados por arbustos y matorrales.

Vista de Curriellos desde La Chamba;
al fondo, nevada, la sierra de Fanfaraón.
 
            Cuando cruzamos el río que dejamos a nuestra izquierda, sobre nosotros se abren ya amplias y limpias praderías, y escalonadas en la ladera, las casas y cuadras de Besapié, el otro pueblo abandonado. Por las mismas praderas ascendemos hasta alcanzar la última casa de esta aldea (800 metros) que parece dedicada en exclusiva a la explotación de las abejas; aquí las colmenas se protegen ubicándolas en los corredores y ventanales de las casas. Un buen lugar para detenernos, contemplando hacia el fondo todo el caserío del pueblo. Estamos en la ladera meridional del Monte Mulleiroso, y desde aquí Besapié tiene comunicación rodada por buena pista con la aldea de La Cerezal, en la parroquia de Rellanos y la cuenca alta del río Navelgas.

Un alto en el camino entre el caserío de Besapié.
 
            Como nuestro objetivo es alcanzar la crestería, empezamos a caminar por esta pista pasando junto al mejor cortín encontrado hasta ahora, bien cercado y con portilla metálica. Pronto dejamos la pista y por senda entre monte bajo vamos ascendiendo por la ladera. Es el tramo más agradable de la caminata; a nuestra derecha va quedando al fondo Besapié y más abajo aún el río; más allá, la nieve sobre la sierra de Fanfaraón. Así, llegamos a la primera collada del Monte Mulleiroso a 1 037 metros de altitud.
            Recorre el cordal la alambrada de separación de pastos entre las parroquias de Cerredo y Rellanos, aunque el ganado debe de acudir con mucha mayor facilidad desde La Cerezal de Rellanos. Sobre esta misma collada se levanta el pico Mulleiroso (1 253 metros), la cumbre más alta de este monte; la vemos cubierta de niebla y nos recuerda el dicho popular en la zona: "Cuando el Mulleiroso se pone la montera / llueve, quiera Dios o no quiera".

Por la ladera del Monte Mulleiroso hacia la cumbre de la jornada.
 
            Es fácil y agradable, por senda de pastoreo, el ascenso a la cumbre, y cuando la alcanzamos nos llevamos dos sorpresas; se encuentra coronada de piedra menuda, llera, chera, que sin duda da lugar al orónimo Mulleiroso o Mucheiroso. La otra grata sorpresa es que la niebla ha desaparecido y el ambiente se torna agradable. Entonces, en este vértice geodésico con buzón montañero encontramos el momento para el descanso, la comida y la conversación, con buenos asientos de piedra y rodeados de artísticas pirámides también de piedra; sólo echamos en falta la Cruz de la Victoria que hasta no hace mucho tiempo adornaba la cumbre.

La foto de Ana Fabián descubre nuestrra alegría en la cumbre.
 
            Cuando por occidente el cielo se empieza a cubrir y el viento empuja un potente nubarrón que se instala sobre nosotros, el coordinador, con buen criterio y quizás recordando el dicho popular, apremia el cese de conversación y descanso para reanudar la marcha. Como la cumbre es vértice entre las tres parroquias citadas, el descenso, cómodo y por buena pradería, va por la linde entre Collada y Cerredo. Antes de llegar al primer collado la nube nos obsequia con fuerte granizada, y así, apurando aún más el descenso, llegamos a La Chana Mulleiroso (1 110 metros), y pronto también, cuando la granizada ya amaina, al collado Las Llagunas (1 063 metros), que apenas apreciamos cubiertas de nieve.

Precipitado descenso cuando ya amenazan negras nubes.
 
            Ya con más calma porque el cielo vuelve a clarear, podemos ver hacia el sur rodeadas de limpias praderías La Mortera y Santiago, aldeas de la parroquia de Cerredo, donde hasta luce el sol. Nos encontramos sobre el valle por donde el arroyo Recorba corre hacia el pueblo, y por senda algo pedregosa y húmeda ya pronto nos acercamos a la parte más alta de su caserío.
         Pasados los Prados de la Sapera (987 metros), pronto encontramos una nave ganadera en la que apreciamos bastante actividad. Luego, ya por camino de asfalto, pasamos junto al siguiente caserío, un taller artesanal de cerámica; la Casa Agostón, que dejamos a nuestra derecha, y la ermita de San Lorenzo.

En este caserío de Recorba se trabaja la cerámica.

           Y llegamos al aparcamiento en el centro de Recorba, donde iniciamos esta caminata saliendo por su parte baja y la finalizamos ahora regresando por la parte alta. Fue un buen recorrido junto al cauce más alto del río Bárcena, pasando por pueblos abandonados pero con cierta actividad ganadera y apicultora, por lo demás muy abundante en todo el valle: una bonita experiencia para conocer este bello rincón del concejo de Tineo.

 Desde el Monte Mulleiroso, bonita vista hacia tierras y pueblos de Tineo.


 Las fotos, excepto la de la cumbre, son de José María Arnillas.

                     (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 19 de marzo de 2016).

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