Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

jueves, 18 de febrero de 2016

POR REDES UNA VEZ MÁS



Desde Coballes hasta Ladines por Campa Estaques, Valdetanes y la Cuerda los Rubios

            La parroquia de Coballes, en Caso y la de Ladines, en Sobrescobio tienen una considerable relación con el primer embalse del río Nalón. La primera de ellas, Coballes, se sitúa en la cola misma del embalse, entre el propio Nalón y su afluente el río Caliao; Ladines, que vierte ya sus aguas hacia el segundo embalse, el de Rioseco, tiene sin embargo en el límite de su territorio la presa que cierra el primero. Entre ambas parroquias se encuentra la de Tanes, que da su nombre al embalse, que la cruza y divide dejando en su margen derecha las principales entidades de población, Prieres, Abantro y el propio Tanes, y en la izquierda, distintas caserías que ocupan sobre todo Valdetanes, por donde corre otro afluente del Nalón.
            Por la margen izquierda del pantano y también remontando el valle citado, discurre nuestra caminata por estas tres parroquias del Parque Natural de Redes; ese territorio que tantas posibilidades ofrece al caminante. Son ya viarios los artículos del blog en los que tuve oportunidad de mostrar mis impresiones sobre otros recorridos con el grupo La Peñuca por este parque que es también Reserva de la Biosfera. Ahora toca una caminata más; en esta ocasión propuesta y coordinada por Manuel San Juan, buen conocedor del terreno por donde camina.

Al final de la caminata, el embalse de Rioseco y pueblos de Sobrescobio:
Soto y San Andrés de Agues, Villamorey, Rioseco y Campiellos.
 
            La aldea de Coballes tiene su caserío escalonado en la ladera que cae hacia la cola del embalse; en la parte más baja está la iglesia parroquial en obras y hay una plaza junto a la desembocadura del río Caliao. Allí a 525 metros de altitud, iniciamos el camino por una estrecha carretera que bordea el pantano. Recorremos Las Vegas de San Pedro, amplia mata en pleno proceso de tala; pasamos por Linares, aledaños del pueblo que quedó bajo las aguas, y ya estamos en la parroquia de Tanes. En la otra margen divisamos la aldea de Abantro y algo más allá, al lado del pueblo de Tanes en la AS-117, la colegiata de Santa María la Real, Monumento Histórico-Artístico.

Abantro, aldea de la parroquia casina de Tanes.
 
            Bordeamos el cerro El Pandu y llegamos a Campa Estaques, donde el río Valdetanes entra en el embalse, y la carretera, ya pista de hormigón, comienza a remontar el valle. En un primer cruce dejamos la que sube hacia la aldea de Ablanedo y poco más arriba, la que va hasta la casería de La Llosona. Cruzamos el río por un puente de madera y nuestro camino, por pista de tierra, se empina cada vez más hasta Llanu Masaltu, donde hay una buena cabaña junto a un hórreo.

Campa Estaques y, al otro lado del embalse, el pueblo de Tanes.
 
            Seguimos el ascenso dejando el río cada vez más al fondo y, al otro lado del valle, divisamos las casas de Ablanedo y numerosas cabañas que se esparcen por la ladera; así llegamos a un cruce donde enlazamos con el PR AS-244 Senda de la Valderosa (Coballes-La Trapa). Se trata de una ruta circular que llega aquí desde Coballes pasando por la majada de Sevares y por Ablanedo. Nosotros la seguimos en ascenso, mientras la vista atrás nos permite divisar el pico Busllar y la sierra Facéu a ambos lados de la collada de Arnicio, por donde cruza la AS-254 entre Caso y Piloña. Siguiendo las señales del PR llegamos a Valderosa, una casería con algunas cuadras y dos viviendas, una arreglada recientemente y la otra con su típico corredor de madera.

Valdetanes -valle de Tanes- y sus caserías, Ablanedo y Valderosa.
Al fondo, las cumbres: Busllar y Cuetos Negros.
 
            Dejando atrás varias cabañas más, pasamos por la majada de Rituerios y encontramos una pequeña área de descanso al lado del camino. A 849 metros de altitud, una mesa y bancos de piedra ofrecen un buen lugar para la primera parada, mientras los amantes de las más altas cumbres repasan todas las que desde allí se divisan; para mí, sólo las más conocidas: el Tiatordos y el Maciédome en el cordal entre Caso y Ponga.
            Sigue el ascenso pasando junto a varias cabañas más, algún banco de piedra junto al camino y cruzando los regueros que son la cabecera del río Valdetanes: estamos en la parte más alta del valle. A 1 083 metros de altitud, en un cruce abandonamos el PR, que va hacia La Trapa, y seguimos hasta la braña La Gallera, con cabañas y prados cercados de madera. Allí se acaba la pista y empezamos el camino por senda entre monte bajo. Ya en el término de Sobrescobio y parroquia de Ladines, vemos a nuestra izquierda la cabecera del río Nozalín, que más abajo labra su renombrada foz antes de desembocar en el Alba cerca de Soto de Agues.

El camino hacia la collada, el cordal y la cumbre de la jornada.
 
            Bordeamos el pico La Mezquita y llegamos a la majada de su mismo nombre. Es un lugar habitual para alcanzar la cumbre del Cullargayos, que sin duda tienta a quienes gustan de caminar por los riscos; sin embargo, nuestro objetivo no es éste, sino otro que, quizá más modesto, nos espera algo más allá. Entonces, abandonamos la majada por una pequeña canal, dejamos a nuestra izquierda la prestigiosa cumbre, y recorremos la ladera por una senda que nos permite ver al fondo gran parte de Valdetanes con el camino seguido hasta aquí.
 
Valdetanes al fondo, desde el camino por la ladera.
 
            Así, llegamos a la collada Imblenes a 1 196 metros de altitud, antigua majada en desuso que sigue conservando buenos pastos de altura, a los que accede el ganado desde el pueblo casín de Buspriz; sobre ella se levanta el Cantu los Rubios, también llamado pico Terralina. Este sí es nuestro objetivo; y no es difícil, haciendo vertical camino entre monte bajo, alcanzar su cima (1 302 metros), la cumbre de la jornada, donde podemos disfrutar de una buena vista hacia tierras y pueblos de Caso y Sobrescobio.

Hacia la collada Imblenes bordeando el Cullargayos.
 
            El descenso nos devuelve a Imblenes. Luego, el camino sigue por la Cuerda los Rubios, atravesando el hayedo El Tornu -no hay caminata en Redes que no atraviese un hayedo- y pasando junto a la cicatriz en la peña de antiguas minas de cobre. Al salir de la mata llegamos a Les Collaínes, donde hacia la derecha el valle del reguero Caón nos llevaría de nuevo al pantano de Tanes. Más allá, internándonos de forma definitiva en terreno coyano está la collada Faisalbes (951 metros), también amplia zona con buenos pastos de altura.
            Luego está la braña Faidiellu con varias cabañas, una de ellas con un corredor ocupado por un colmenar y el adecuado porche donde encontramos el lugar para la comida, la conversación y el descanso que, por el miedo a la amenaza de lluvia y viento, ya se hacía esperar.
 
 Después de Imblenes, viene la subida al Cantu los Rubios.
 
            A partir de aquí, el camino todo será descenso por buena pista de acceso rodado restringido a los ganaderos de la zona, hasta el pueblo de Ladines a 600 metros de altitud. Termina la caminata en la coqueta plaza de este pueblo que cuenta con una licorería, un dispensario de miel y una acreditada panadería; también varios hórreos, e incluso una típica construcción que aún conserva el viejo sistema "cebatu" de separación entre el albergue del ganado y la vivienda familiar. Pero lo que más llama la atención son las hermosas vistas que desde allí se disfrutan hacia el fondo del valle y otros pueblos del concejo; así como la espectacular sierra del Crespón y la Xamoca, en el límite entre Sobrescobio y Laviana. Una excelente forma de terminar un recorrido más por este Parque de Redes que nunca defrauda al caminante.

 Bonita postal desde algún luigar del camino; el pueblo, Tanes.

 
            Las fotos son de José María Arnillas.
 
                   (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 13 de febrero de 2016).

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