Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

jueves, 15 de enero de 2015

EL CAMINO DE SAN SALVADOR



Por la cuenca del Lena y del Caudal, desde Pola hasta Ablaña

            Cuando los peregrinos medievales que se decidían a abandonar en León el Camino de Santiago Francés para visitar la basílica de San Salvador en Oviedo llegaban al fondo del valle por donde corre el río Lena, sin duda gozarían de un gran alivio. Habían subido por las ásperas tierras leonesas hasta el alto de la cordillera Cantábrica para atravesarla por el puerto de Pajares, entonces nombrado como puerto de Arbás, lo que en aquellos tiempos debía de exigir un esfuerzo considerable. Una vez alcanzado el fondo del valle, su Camino discurriría, hemos de suponer, por terreno más o menos llano buscando siempre los mejores pasos.
            Quiso el grupo La Peñuca iniciar su campaña 2015 con esta etapa por iniciativa de su vicepresidente José Montero, para quien no hay secretos en los asuntos del Camino. La orografía es hoy sin duda totalmente distinta a la que contemplaron aquellos peregrinos, pues nuestro recorrido entre Pola de Lena y Ablaña, como no podría ser de otra manera, tiene la continua presencia de la A-66, el ferrocarril y los polígonos industriales, no en vano caminamos por uno de los más importantes núcleos del desarrollo industrial de España.
 
Presencia de la autovía a lo largo de la etapa

            Al iniciar la caminata en Pola es necesario recorrer algunas de sus calles centrales pasando por la plaza donde está la iglesia parroquial y donde se celebra el mercadillo semanal de los sábados. A la salida de la villa, el camino discurre por la estrecha carreterita de poco tráfico en la margen izquierda del río; vamos paralelos a la A-66 hasta que, ya en la parroquia de Villayana, poco antes de llegar a la estación de servicio de La Vega, por un paso subterráneo cruzamos la autovía y dejándola a nuestra espalda ascendemos por una caleya con escalinata hasta Castiello. Es un caserío con varias cuadras y buenas praderas a su alrededor; hay también un edificio escuela de los construidos en los años sesenta del pasado siglo en el Plan Quinquenal del ministro Lora Tamayo.

El ascenso hacia Castiello con la autovía a la espalda

            Tras cruzar el caserío, salimos a la LE-1 que sube hasta Carabanzo, abandonamos la carretera y por buena senda entre bosque de castaños y robles, descendemos hasta encontrar de nuevo la A-66. Otra vez en el llano, sigue la estrecha senda entre la autovía y la ladera de la montaña cubierta de bosque; pasamos ante la bocamina La Catalana y pronto llegamos al pueblo de Los Tableros, un grupo de viviendas alineadas a la orilla de la carretera por la que se accede desde Sovilla. Estamos ya en el municipio de Mieres del Camino y hemos dejado atrás el de Lena, en su día nombrado como el conceyón por su vasta extensión desde Pajares hasta el Padrún; esto fue hasta 1836, cuando se partió en dos concejos: el de Mieres, en las tierras de Lena de Yuso (de abajo, del Caudal) y el de Lena de Suso (de arriba, Pajares, Güerna...).

En la tapia de La Catalana está grabado el año 1997
 
            En el polígono industrial de Sovilla en la parroquia mierense de Santa Cruz, nos detenemos ante una joya de la arqueología industrial construida por iniciativa de Claudio López Bru (1853-1925), segundo Marqués de Comillas y propietario de Hullera Española, una de las primeras empresas que explotó la riqueza minera en los valles del Caudal, Lena y Aller; se trata de una nave destinada a la reparación de locomotoras de su empresa minera, un edificio de aire modernista con alusiones al mudéjar que en la actualidad sirve de almacén de locomotoras de Hunosa.
 
Cerámica multicolor en la nave de Hullera Española

            Poco más allá, nos detenemos en una plataforma sobre la confluencia de los ríos Lena y Aller: aquí nace el río Caudal, y nuestro camino seguirá hasta el final por la senda fluvial que lleva el nombre del río y que lo recorre por su margen izquierda.
            Eso sí, pronto entraremos en Ujo y recorreremos algunas de sus calles para detenernos en la soleada plaza donde se levanta la iglesia parroquial de Santa Olaya (Monumento Histórico Artístico), románica del siglo XII que fue derribada en 1920 para facilitar el trazado del ferrocarril y levantada de nuevo en estilo historicista, conservando algunos elementos originales entre los que destaca su ábside semicircular. Al otro lado de la plaza está el barrio de La Estación a la que se accede salvando la vía férrea por una espectacular pasarela con ascensor; nosotros abandonamos Ujo pasando junto a un bloque de viviendas para obreros construido a principios del siglo XX y conocido como Los Cuarteles.

El río Caudal se forma por la unión del Lena y el Aller

            El camino sigue, como ya hemos dicho, por la senda fluvial en la margen izquierda del río y a nuestra derecha dejamos Figaredo, donde desemboca el río Turón cuyo valle recorre la AS-337 que por el alto de La Colladiella comunica con San Martín del Rey Aurelio. Más allá, Santullano, hasta donde Jovellanos en su "Carta del viaje de León a Oviedo" dirigida a don Antonio Ponz deja constancia de encontrar "la nueva carretera que continúa hasta Oviedo, y de la cual diré algo después" (1). De lo que habla Jovellanos después en su carta es de la cuesta del Padrún, pero antes quiere comunicar a su amigo las ventajas de que la carretera se abra pronto hasta León y lamenta la demora de las obras con palabras que, aunque escritas entre 1772 y 1794, parecen referirse a la realidad actual: "Van a cumplir diez años que nada se adelanta en ella (...) las dudas, los recursos, los enredos y los chismes de los mismos naturales interesados en la conclusión de esta empresa, han opuesto los mayores obstáculos a su continuación. Cada territorio, cada pueblo, cada particular la ha querido convertir en su propia utilidad" (2).

Paisaje desde el pueblo de Los Tableros

            Donde desemboca el arroyo Valdecuna hay una oportuna área recreativa a la orilla de la carretera que por este valle comunica los pueblos de las parroquias de Gallegos y Cuna que quedan a nuestra izquierda: es el lugar adecuado para el momento de la comida, la conversación y el descanso, aunque la caminata en sí, tal como habíamos previsto al comienzo, no se muestre muy exigente.
            Al llegar a Mieres, el Camino de San Salvador penetra en la villa, la recorre y llega hasta el albergue instalado en las antiguas escuelas de La Peña. Nosotros, por el buen criterio del patrón, seguimos la senda fluvial hasta su final en Ablaña, ya en la parroquia de Loredo.

En las proximidades de Mieres abundan las garzas en el río Caudal

            Ablaña, donde desemboca el reguero Nicolasa que dio nombre a un importante pozo minero, es un pueblo dividido en tres barrios: Ablaña a Abajo, El Pachón y Ablaña de Arriba. Aquí, junto al campo de fútbol y frente a las estaciones de Renfe y Feve finalizamos nosotros una etapa que dejaba a los peregrinos medievales casi a la vista del final de su aventura, aunque para ello aún tuviesen que salvar las difíciles rampas del alto El Padrún y algo más.

Estrecha senda por el lugar más umbrío


(1) Gaspar Melchor de Jovellanos: Cartas del viaje de Asturias (Cartas a Ponz), Oviedo, 2003
(2) Gaspar Melchor de Jovellanos: Cartas del ...

Las fotos son de José  María Arnillas

                               (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 10 de enero de 2015)

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