Por la cuenca del Lena y del Caudal,
desde Pola hasta Ablaña
Cuando los peregrinos medievales que
se decidían a abandonar en León el Camino de Santiago Francés para visitar la
basílica de San Salvador en Oviedo llegaban al fondo del valle por donde corre
el río Lena, sin duda gozarían de un gran alivio. Habían subido por las ásperas
tierras leonesas hasta el alto de la cordillera Cantábrica para atravesarla
por el puerto de Pajares, entonces nombrado como puerto de Arbás, lo que en
aquellos tiempos debía de exigir un esfuerzo considerable. Una vez alcanzado el fondo
del valle, su Camino discurriría, hemos de suponer, por terreno más o menos
llano buscando siempre los mejores pasos.
Quiso el grupo La Peñuca iniciar su
campaña 2015 con esta etapa por iniciativa de su vicepresidente José Montero,
para quien no hay secretos en los asuntos del Camino. La orografía es hoy sin
duda totalmente distinta a la que contemplaron aquellos peregrinos, pues
nuestro recorrido entre Pola de Lena y Ablaña, como no podría ser de otra
manera, tiene la continua presencia de la A-66, el ferrocarril y los polígonos
industriales, no en vano caminamos por uno de los más importantes núcleos del
desarrollo industrial de España.
Presencia de la autovía a lo largo de la etapa
Al
iniciar la caminata en Pola es necesario recorrer algunas de sus calles
centrales pasando por la plaza donde está la iglesia parroquial y donde se
celebra el mercadillo semanal de los sábados. A la salida de la villa, el
camino discurre por la estrecha carreterita de poco tráfico en la margen
izquierda del río; vamos paralelos a la A-66 hasta que, ya en la parroquia de
Villayana, poco antes de llegar a la estación de servicio de La Vega, por un
paso subterráneo cruzamos la autovía y dejándola a nuestra espalda ascendemos
por una caleya con escalinata hasta Castiello. Es un caserío con varias cuadras
y buenas praderas a su alrededor; hay también un edificio escuela de los
construidos en los años sesenta del pasado siglo en el Plan Quinquenal del ministro
Lora Tamayo.
El ascenso hacia Castiello con la autovía a la espalda
Tras cruzar el caserío, salimos a la
LE-1 que sube hasta Carabanzo, abandonamos la carretera y por buena senda entre
bosque de castaños y robles, descendemos hasta encontrar de nuevo la A-66. Otra
vez en el llano, sigue la estrecha senda entre la autovía y la ladera de la
montaña cubierta de bosque; pasamos ante la bocamina La Catalana y pronto llegamos
al pueblo de Los Tableros, un grupo de viviendas alineadas a la orilla de la
carretera por la que se accede desde Sovilla. Estamos ya en el municipio de
Mieres del Camino y hemos dejado atrás el de Lena, en su día nombrado como el conceyón
por su vasta extensión desde Pajares hasta el Padrún; esto fue hasta 1836,
cuando se partió en dos concejos: el de Mieres, en las tierras de Lena de Yuso
(de abajo, del Caudal) y el de Lena de Suso (de arriba, Pajares, Güerna...).
En la tapia de La Catalana está grabado el año 1997
En el polígono industrial de Sovilla
en la parroquia mierense de Santa Cruz, nos detenemos ante una joya de la
arqueología industrial construida por iniciativa de Claudio López Bru
(1853-1925), segundo Marqués de Comillas y propietario de Hullera Española, una
de las primeras empresas que explotó la riqueza minera en los valles del
Caudal, Lena y Aller; se trata de una nave destinada a la reparación de
locomotoras de su empresa minera, un edificio de aire modernista con alusiones
al mudéjar que en la actualidad sirve de almacén de locomotoras de Hunosa.
Cerámica multicolor en la nave de Hullera Española
Poco más allá, nos detenemos en una
plataforma sobre la confluencia de los ríos Lena y Aller: aquí nace el río Caudal,
y nuestro camino seguirá hasta el final por la senda fluvial que lleva el nombre
del río y que lo recorre por su margen izquierda.
Eso sí, pronto entraremos en Ujo y
recorreremos algunas de sus calles para detenernos en la soleada plaza donde se
levanta la iglesia parroquial de Santa Olaya (Monumento Histórico Artístico), románica del siglo
XII que fue derribada en 1920 para facilitar el trazado del ferrocarril y
levantada de nuevo en estilo historicista, conservando algunos elementos
originales entre los que destaca su ábside semicircular. Al otro lado de la
plaza está el barrio de La Estación a la que se accede salvando la vía férrea
por una espectacular pasarela con ascensor; nosotros abandonamos Ujo pasando
junto a un bloque de viviendas para obreros construido a principios del siglo
XX y conocido como Los Cuarteles.
El río Caudal se forma por la unión del Lena y el Aller
El camino sigue, como ya hemos
dicho, por la senda fluvial en la margen izquierda del río y a nuestra derecha
dejamos Figaredo, donde desemboca el río Turón cuyo valle recorre la AS-337 que
por el alto de La Colladiella comunica con San Martín del Rey Aurelio. Más
allá, Santullano, hasta donde Jovellanos en su "Carta del viaje de León a
Oviedo" dirigida a don Antonio Ponz deja constancia de encontrar "la
nueva carretera que continúa hasta Oviedo, y de la cual diré algo después"
(1). De lo que habla Jovellanos después en su carta es de la cuesta del Padrún,
pero antes quiere comunicar a su amigo las ventajas de que la carretera se abra pronto hasta León y lamenta la demora de las obras con palabras que, aunque
escritas entre 1772 y 1794, parecen referirse a la realidad actual: "Van a
cumplir diez años que nada se adelanta en ella (...) las dudas, los recursos,
los enredos y los chismes de los mismos naturales interesados en la conclusión
de esta empresa, han opuesto los mayores obstáculos a su continuación. Cada
territorio, cada pueblo, cada particular la ha querido convertir en su propia
utilidad" (2).
Paisaje desde el pueblo de Los Tableros
Donde desemboca el arroyo Valdecuna
hay una oportuna área recreativa a la orilla de la carretera que por este valle
comunica los pueblos de las parroquias de Gallegos y Cuna que quedan a
nuestra izquierda: es el lugar adecuado para el momento de la comida, la
conversación y el descanso, aunque la caminata en sí, tal como habíamos
previsto al comienzo, no se muestre muy exigente.
Al llegar a Mieres, el Camino de San
Salvador penetra en la villa, la recorre y llega hasta el albergue instalado en
las antiguas escuelas de La Peña. Nosotros, por el buen criterio del patrón,
seguimos la senda fluvial hasta su final en Ablaña, ya en la parroquia de
Loredo.
En las proximidades de Mieres abundan las garzas en el río Caudal
Ablaña, donde desemboca el reguero
Nicolasa que dio nombre a un importante pozo minero, es un pueblo dividido en
tres barrios: Ablaña a Abajo, El Pachón y Ablaña de Arriba. Aquí, junto al
campo de fútbol y frente a las estaciones de Renfe y Feve finalizamos nosotros
una etapa que dejaba a los peregrinos medievales casi a la vista del final de su
aventura, aunque para ello aún tuviesen que salvar las difíciles rampas del
alto El Padrún y algo más.
(1) Gaspar Melchor de
Jovellanos: Cartas del viaje de Asturias (Cartas a Ponz), Oviedo, 2003
(2) Gaspar Melchor de
Jovellanos: Cartas del ...
Las fotos son de José María Arnillas
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