Caminatas desde la “Casa de Mieres”: La Magrera, la Vachota, Peña los Navares,
Puérragos… entre ganaderos y caminantes.
Al
puerto de La Cubilla
se llega desde Campomanes por la
LE-8 que pasa por pueblos como Teyedo, La Cruz, Rospaso o Tuiza y trepa
hasta alcanzar a 1 683
metros de altitud su cumbre, también llamada Alto el
Palo. Allí la valla de separación con la correspondiente portilla indica el
paso de Asturias, término de Lena, a Puerto Pinos, tierras de León, si bien
territorio propiedad del Ayuntamiento de Mieres desde 1926 como ya hemos
comentado en artículos anteriores.
Después
de cruzar la portilla, la carretera desciende unos dos kilómetros hasta
finalizar junto al edificio conocido como la “Casa de Mieres”, con el refugio
donde nos alojamos unos días para desde allí realizar algunas caminatas
disfrutando de la amable compañía de los ganaderos del puerto.
El
extenso territorio de Puerto Pinos se encuentra demarcado por una valla para
separarlo de los pastos de Lena en Asturias y de los de San Emiliano de Babia;
a ambos lados de la valla es posible realizar interesantes caminatas que permiten
recorrer majadas, vegas, puertos y collados e incluso acercarse a algunas de
las cumbres importantes de la
Cordillera.
Cuno Rotella, Pipi y Juanjo F L con Peña los Navares al fondo.
Por gentileza de Allerano
Una
interesante caminata nos sube de nuevo al Alto el Palo para desde allí
internarnos en los puertos de Lena. En el alto nos detenemos a contemplar, de
espaldas al valle del río Tuiza, el panel informativo del Parque Natural de Las
Ubiñas y La Mesa,
y de espaldas a las praderías de Puerto Pinos, el monolito en agradecimiento a
Don José Sela y Sela, alcalde de Mieres que gestionó la compra de este puerto.
Después,
al lado mismo de la portilla tomamos una pista que nos sube hasta Peña
Tolóbriga (1 765 metros),
desde donde tenemos a nuestra derecha la amplia vega de Rodriguero en Puerto
Pinos y, a nuestra izquierda, en Lena el valle del Tuiza o alto Güerna por
donde trata de subir la niebla; al frente siguiendo el cordal, el camino
discurre junto al cercado de separación de las praderías de Acebos que caen
hacia Tuiza. Esta agradable crestería nos va acercando al principal objetivo de
la caminata, la cumbre de La
Magrera; en un momento determinado cruzamos la cerca y ya
estamos en lo que los ganaderos llaman “Puerto de Lena” para diferenciarlo del
“Puerto de Mieres”, como en ocasiones se nombra a Puerto Pinos.
Hacia la cumbre de La Magrera
La Magrera o Almagrera como
también consta en algunos mapas, a 1 946 metros de altitud, nos ofrece unas
espléndidas vistas más allá de las praderías que la rodean; hacia el noreste
impresionan la mole de Peña Ubiña y también el Farinientu, ya en Quirós, donde
apreciamos algunos neveros; al otro lado, más allá del Muñón del Agua, está la
cuenca del río Luna por donde ya tuvimos ocasión de relatar aquí otra caminata
(Hacia Luna de Arriba, 14 de junio de 2013)
En
la cumbre de La Magrera
coincidimos con una joven pareja de Soria, él aficionado a las carreras de
montaña, y el encuentro nos permite cederles la cámara para salir los tres en
una foto de cumbre. Tras breves momentos de charla, ellos, buenos montañeros,
siguen con la intención de completar las cumbres de La Mesa y La Tesa; nosotros, más humildes
caminantes, dejando Mesa y Tesa para otra ocasión propicia, iniciamos el
descenso hacia la Vachota:
un pequeño pedregal y un agradable recorrido por las empinadas praderas que
cubren la ladera.
En la cumbre de La Magrera
La Vachota es un amplio
conjunto de vegas y brañas que ofrecen excelentes pastos a los ganaderos de
Lena. Nos encontramos en Mayá Vieya a 1 658 metros de
altitud, donde hay un cercado para el ganado y varias cabañas; momento y lugar adecuados
para el descanso, con agradable conversación en torno a una botella de buen
vino que nos ofrecen los ganaderos de la majada, siempre atentos al paso de los
caminantes.
Después
del descanso, reanudamos el camino por la buena pista de acceso a la majada,
cruzamos la portilla de La Raya
y por el alto de Rodriguero entramos en Puerto Pinos; la pista sigue hasta el
puerto de La Cubilla,
donde ya sólo resta descender por carretera los dos kilómetros que nos separan
del albergue.
Últimos pasos hacia la cumbre de La Magrera
La Peña los Navares se encuentra
justo frente a la “Casa de Mieres”, y a su cumbre nos dirigimos en una caminata
no muy exigente pero bien agradable. Pasando junto a la ermita y cruzando el
río Pinos a 1 585
metros de altitud por el bonito puente de madera, nos
detenemos en las cabañas de Piedra Xobera para intercambiar opinión con los
ganaderos sobre el mejor camino a la cumbre: elegimos el más largo por ser el
que nos permitirá recorrer lugares desconocidos para nosotros.
Se
trata de ascender primero por pista hasta el collado de los Navares, para
internarnos después en la amplia vega de Gorgoberos, en la que se encuentra la
llamada Laguna Mala: una considerable charca rodeada de terreno pantanoso donde
en los días de calor se reúne todo el ganado de la vega. Dejando a la espalda
la laguna, comenzamos a ascender por las praderías en la falda de la peña, para
tras unos últimos metros algo abruptos llegar a la cumbre.
Por la vega de Gorgoberos hacia la Peña los Navares
La Peña los Navares de 1 732 metros de
altitud es una buena atalaya; por su situación, se nos antoja uno de los
mejores puntos para abarcar toda la extensión de Puerto Pinos y hacia el sur,
más allá del cercado, los montes que cierran el valle del río Pinos hasta San
Emiliano.
Descendemos
luego hasta la majada los Navares, donde hay dos cabañas y una buena fuente con
abrevadero, y enfilamos el valle de La Cubilla; por este valle corre el llamado Reguero
del Puerto que nosotros seguimos por su margen derecha hasta llegar a la majada
de La Cubilla:
cercado para el ganado, cabañas en buen estado -como casi todas las que encontramos
a nuestro paso- y conversación con ganaderos. Más allá está la vega de Rodriguero donde nace el río que, tras perderse subterráneo
durante algún centenar de metros, lo hemos vista aparecer más abajo para seguir
su rumbo hasta desembocar en el Luna cerca de Villafeliz.
El fotógrafo retratado en la Peña los Navares.
Al fondo, panorámica de las Ubiñas entre la niebla
Bordeando
un altozano entramos en la vega la
Cueva donde nace el otro río, el Pinos, que después de
dibujar espectaculares meandros en las praderías, desciende hasta cerca de San
Emiliano, para desembocar en el Torrestío, afluente también del Luna. Después
de recorrer la vega la Cueva,
salimos a la carretera y llegamos a la “Casa de Mieres”.
Majada y valle de La Cubilla
También
fue interesante acercarnos a Puerto Párragos en el término de San Emiliano, más
allá del límite de la propiedad de Mieres. Allí pastan un buen rebaño de
ovejas, algunas yeguas y caballos y un grupo de vacas de raza tudanca, traídas
expresamente desde este municipio cántabro del valle del Nansa. Su pelambre
pardo oscuro, casi negro en los machos, y su espectacular cornamenta, les
convierte en las más admiradas entre la ganadería esta temporada; nosotros no
las quisimos perder, sabiendo además que son propiedad de Diego, el más joven
ganadero.
Vacas tudancas al lado del río Pinos
A
Diego siempre se le encuentra, afanoso trabajador, por allí; como a los demás:
Morín y Pepe Luis en Piedra Xobera; Mundial, el más veterano, que no deja de
acompañarnos en el albergue, y todos los que encontramos en sus majadas y
brañas. Sin olvidar, claro está, a Santos, el guarda de pastos, capaz de
recorrer a diario las praderías del puerto y controlar las cabezas de ganado
que allí pastan. Sólo el bar cerrado de la “Casa de Mieres” se echó en falta
esta temporada, sobre todo al caer la tarde; esperemos que los problemas que
obligaron a cerrarlo se solventen y pueda estar abierto en la próxima temporada
de pastos.
Las fotos son de Cuno Rotella
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