Desde Pelúgano hasta Entralgo por la Collada, Doñango, Los
Cuetos, Campa Felguera y Pumará
El
macizo de Peña Mea con su espectacular Ojo de Buey y su mayor altura en el pico
Dubil (1 557 metros),
forma parte de una crestería que separa los concejos de Laviana y Aller. En su
vertiente sur se encuentra el pueblo de Pelúgano a 570 metros de altitud,
donde iniciamos esta caminata propuesta por Manolo Llaneza, ligero andarín a
quien es difícil encontrar en el camino. Pelúgano tiene dos barrios y nosotros
salimos de Barriobaxo, donde está la capilla de San Pedro al lado de un tejo, y
por la pista de hormigón subimos a Barriocima, donde está la iglesia parroquial
de Santa María, edificio rectangular con espadaña para dos campanas sobre un
pórtico cerrado; allí sendos carteles anuncian el PR AS-262 Ruta de Peña Mea y
el GR-109 Asturias Interior: ambos coinciden al principio, pero pronto
abandonaremos el primero para seguir por el GR hasta el final de nuestra caminata.
Iglesia parroquial de Pelúgano en Barriocima
Salimos
del pueblo por pista en pronunciada pendiente, pasamos por el caserío de La Vallina, alcanzamos la
pradería del Posadoiru y llegamos a la braña de Cerréu (975 metros). Es aquí
donde abandonamos el PR pues no es nuestro objetivo alcanzar las crestas de Peña Mea; seguimos, en cambio, el GR y pronto llegamos a la Collada de Pelúgano (1 017 metros). Es el
primer hito de la jornada: La
Collá, como la nombran los ganaderos, campa grande y llana,
vaguada que se abre al paso entre los dos concejos. A partir de aquí nos
adentramos en la parroquia de Tolivia y una pista desciende por el valle de Les
Campes para convertirse a la altura de Fresneo en la LV-9.
El pueblo de Pelúgano desde la braña de Cerréu
Abandonamos
la pista antes de llegar a Les Campes donde está la ermita de la Visitación, para tomar
una senda que alcanza la altura de El Colladín y más arriba la campa Doñango
(1 022 metros).
Es el segundo hito de la jornada, lugar de buenos pastos con fuentes y
restos de boñiqueros; situada entre Peña Mea y el cordal de Los Cuetos, la campa Doñango también
es lugar de paso entre las parroquias de Tolivia y Villoria. Nuestra propuesta
incluye abandonar por el momento el GR para ascender a la cumbre más alta de
Los Cuetos (1 178
metros), roquedal de piedra caliza que separa los valles
de Les Campes y Los Tornos.
Peña Mea vista desde la subida a Los Cuetos
De
vuelta a la campa Doñango caminamos por la parroquia de Villoria. La
senda, embarrada y con abundante piedra resbaladiza hasta llegar a Campa
Felguera, fue el tramo más difícil del camino. La empinada ladera cae hasta la
foz del río Raigosu, que se une al río Mosquil para
desembocar al Nalón en Ribota. Del Raigosu parte la primitiva conducción de
agua a las zonas urbanas de Langreo y San Martín del Rey Aurelio.
La niebla en la campa Doñango
En
Campa Felguera (914
metros) hay un área recreativa que forma parte del
Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, según leemos en un cartel del
Ayuntamiento de Laviana; también hay una capilla dedicada a Santiago inaugurada
en 2001, y cada 25 de julio se celebran allí animadas fiestas donde tienen fama
las carreras de cintas a caballo. Aprovechando la techumbre que cubre parte del
área, allí disponemos el lugar para el descanso, la comida y la conversación:
además la lluvia cesa y parece que la tarde se torna apacible.
Área recreativa de Campa Felguera
Al
reiniciar el camino después del descanso, de nuevo abandonamos de forma momentánea
el GR para tomar una senda que bordea el pico Felguerina entre cabañas muy
reformadas, prados donde pasta el ganado y espectacular vista sobre el
concejo de Laviana; pronto enlazamos con la pista del GR y llegamos a la LV-7 que sube de Villoria a
Los Tornos. Dejamos a la derecha Grandiella, pasamos por Campomoyáu (650 metros) y llegamos a
Pumará, un pueblo bastante grande y estirado sobre la carretera que nosotros
abandonamos para seguir por un camino ancho y cubierto de hoja entre prados
cercados y bien cuidados. Antes de llegar a Arbín está el cerro de Monte
Castiello con un repetidor de televisión y restos catalogados de un castro: el
Castro de Pumará.
El pueblo de Pumará en la distancia
Al pie del
monte está la campa Castiello que atravesamos, y al divisar en la distancia la
aldea de Arbín el caminante evoca a don César de las Matas de Arbín, el
entrañable personaje de La aldea perdida que en el tumultuoso final de la
historia se levanta gritando: “Decís que ahora comienza la civilización (…) ¡yo
os digo que ahora comienza la barbarie!”
Ya
en la parroquia de San Juan de Entralgo, después de pasar por el caserío de Les
Llanes, llegamos al pueblo de Armando Palacio Valdés, ante la casa natal del
escritor, hoy Centro de Interpretación de su obra. Aquí en Entralgo, en la
margen izquierda del río Nalón, terminamos esta caminata que desde Pelúgano
discurrió, salvo en dos interesantes adornos -Los Cuetos y La Felguerina- por la
etapa 10 del GR-109 Asturias Interior, sobre el que bien pronto volveremos a
escribir.
Las zonas urbanas de Laviana desde el camino
Las fotos son de Juan Lobelle
(El grupo de montaña La Peñuca
de Gijón realizó esta ruta el sábado, 17 de noviembre de 2012)
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