Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

viernes, 28 de abril de 2017

EN CANGAS DE ONÍS



Desde Covadonga hasta Tornín recorriendo majadas y collados del puerto bajo

            En Cangas de Onís se distingue entre el puerto alto y el puerto bajo. El primero, el puerto alto, ocupa lo que fue el primer parque nacional de España, El Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, origen del actual Parque Nacional de los Picos de Europa (PNPE). Todo este territorio de gran tradición ganadera, como el de su vecino concejo de Onís, forma parte de la parroquia de La Riera, la mayor de municipio (80,88 kilómetros cuadrados), que se extiende por su zona meridional llegando hasta las cumbres más altas del Macizo Occidental de Picos de Europa.
            Por su parte, el puerto bajo se localiza en las primeras estribaciones de la Montaña de Covadonga, lo que podríamos considerar la antesala, los aledaños del puerto alto. Son, no obstante una buena serie de majadas, brañas y collados que se extienden por la ya citada parroquia de La Riera y también por la de Cangas. Para recorrer y conocer buena parte de este puerto bajo dispusimos en el grupo La Peñuca de una propuesta coordinada por Olvido de Següencu, sin duda la persona más indicada para ello, no en vano sus raíces se hunden aquí, en uno de los pueblos del puerto.

Vizcalluena, una de las majadas del puerto bajo.
 
            Covadonga es un buen lugar para iniciar esta caminata por el puerto bajo. Allí, de la parte alta del Real Sitio a 257 metros de altitud, parte un camino conocido como el de Peñalba que va recorriendo en gran pendiente La Matona, frondoso bosque de abedules, robles, ablanos y acebos que forma parte del monte Auseva. Se trata de una pista de tierra de exclusivo uso ganadero por donde llega a Covadonga el GR-105 Ruta de las Peregrinaciones después de pasar por lugares tan conocidos cono el Alto del Espinadal, Les Praeres de Peñamayor, Puente Miera, Espinaredo y, por supuesto Cangas de Onís, donde se inicia la última etapa de las siete que la FEMPA tiene catalogadas en este gran recorrido de Oviedo a Covadonga.

En este recorrido pudimos disfrutar de varias
panorámicas hacia las cumbres del Cornión.
 
            Superado el fuerte desnivel inicial, llegamos a los invernales de Peñalba, una amplia campera rodeada de arbolado, praderas y cabañas con sus cercados de piedra. A 425 metros de altitud, es la primera majada de cuantas recorreremos hoy; pertenece a la parroquia de Covadonga, que ya se sabe, es un pequeño enclave (2,54 kilómetros cuadrados) dentro de la más extensa. Así es que por la parroquia de La Riera ya estamos caminando en cuanto abandonamos Peñalba y entramos en el monte El Estillero.
            El camino es ahora mucho más estrecho, con firme de piedra, rodeado de arboleda y prados de pasto. Tras un corto descenso, llegamos a Vega el Agua (650 metros), lugar que en un año de lluvias debe de ser un auténtico lodazal; hoy sin embargo se nos presenta bien seco y agostado. A nuestra izquierda está la sierra de La Raíz que nos separa de Las Mestas y Orandi, donde el río se sume para aparecer de nuevo en la conocida fuente de Covadonga. Es obligada en esta vega una pequeña pausa antes de iniciar el ascenso hacia las majadas de Soperi.

El camino después de Peñalba ofrece vistas hacia
la sierra de la Estaca y el pico Cruz de Priena.
 
            En Soperi de Arriba a 736 metros de altitud -a la derecha dejamos Soperi de Abajo- hay varias cabañas en estado de abandono. Son majadas que pertenecen al pueblo de Següencu y hasta ellas llega un buen camino por el que sigue nuestro recorrido. Primero pasamos por la vega de Narves, amplísima y ya con abundante ganado; se trata de un valle ciego, donde se sume el agua de varios manantiales del entorno. Luego, dejamos a la izquierda Cuesta Breceña que señala el camino hacia el puerto alto; y siempre con la vista hacia el renombrado Cantu les Pulgues, después de cruzar Cuncasada, donde está el conocido potreru, llegamos al collado Gusñuebu, sobre la braña de su mismo nombre. Este collado, a 836 metros de altitud, es la base para alcanzar nuestra cumbre de la jornada: el Porru Tinteru (870 metros).

El potreru de Cuncasada, un cercado donde se recoge el ganado.
 
            Desde esta cumbre, que se alcanza con una ligera trepada, la vista nos entretiene un buen momento. A nuestros pies, el estrecho cauce del Dobra encajado bajo la sierra de Amieva; al otro lado de esta sierra que se levanta frente a nosotros, sabemos que están Carbes, San Román y Amieva, pueblos de este concejo; y por supuesto, el cauce del río Sella al que alcanzaremos al final del camino. Por lo demás, a lo lejos asoman las nevadas cumbres más altas del Macizo Occidental de Picos de Europa: Torre de Santa María, Peña Santa, Picos de los Cabrones, La Verdilluenga...

Detalle del ganado en un rincón de la vega de Narves.
 
            Tras los comentarios y la labor de los fotógrafos, es obligado el descenso hacia el collado Gusñuebu para retomar el camino hacia el norte. Al paso por Les Arreves nos sorprende una profunda sima por la que discurre el cauce de un reguero en busca de su surgencia en algún lugar de estos puertos. Luego, recorremos Los Porros, una pequeña sierra cuyas estribaciones caen al Dobra, por una senda en la ladera contemplando parte del camino recorrido hasta ahora. Así llegamos a los invernales de Ñajuentes a 700 metros de altitud, extensa pradería con varias cabañas y cuadras que nos ofrece un buen lugar para el esperado momento del descanso, la comida y la conversación.

Desde el Porru Tinteru, la sierra de Amieva,
más allá de las profundidades del Dobra.
 
            Por Ñajuentes pasa el camino que comunica el pueblo de Següencu con el potreru de Cuncasada; se trata de una buena pista de tierra con el paso reservado, leeremos más adelante en un cartel, sólo a caminantes y vehículos con la debida autorización. Por esta pista, pronto cruzamos la riega el Carrizal y abandonamos la parroquia de La Riera para entrar en la de Cangas. Pasamos por Pozabal, el Mosquín y llegamos a Los Payares (650 metros), donde, entre prados de siega y diente, hay varias cabañas convertidas en casas de verano.

 
La majada de Ñajuentes, bajo el pico La Maeda;
más atrás asoma el mirador de Següencu.
 
            En uno de tantos cruces que encontramos en los caminos de esta zona abandonamos la pista que se va hacia el norte, al pueblo de Següencu pasando por sus invernales de La Vara, y seguimos en dirección oeste hacia La Pandiella. Pero antes, junto a la fuente Jaidiellu cruzamos un arroyo y vemos al fondo, a nuestra izquierda, la Hoya de San Vicente en el río Dobra. La Pandiella es una zona de prados, robles y nogales con varias cabañas y cuadras. Allí finaliza la pista y nosotros iniciamos el descenso por la senda en el bosque de Valdimiera hasta asomarnos a las vegas que recorre el Sella.

Agradable el camino al paso por La Pandiella.
 
            La vista entonces nos ofrece ya pueblos de Amieva: Vis, en un altozano de su sierra, y más al fondo, en la margen izquierda del río, Pervís. Luego, el camino, ya en su último tramo, se muestra bien espectacular. Un sendero de piedra al borde de la ladera nos permite contemplar al fondo, más allá de los prados que pertenecen al pueblo de Tornín, la desembocadura del Dobra en el Sella. Es en Puente Dobra, y allí se inicia la concurrida pista que remonta el río hacia la Hoya de San Vicente.

Se conoce como el Senderín este último tramo del camino.

            También asoma Collado de Andrín, casería del concejo de Parres en la ladera izquierda del Sella. Y al fondo del valle, Tornín, en la vega misma del río a sólo 100 metros de altitud. Un fuerte descenso y entramos por el barrio de Acullá en el pueblo, que goza de fuente termal ya desde la época romana y que fue coto hasta 1827 del conde de la Vega del Sella. Así finalizamos este entretenido recorrido disfrutando de un buen día primaveral: unos 18 kilómetros por majadas, brañas, collados... y hasta una cumbre del puerto bajo de Cangas de Onís.

 En la foto de Ana Fabián, el entretenido descenso
de la cumbre de la jornada, el Porru Tinteru.

 Las fotos, excepto la última, son de Juan Lobelle.

                 (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 22 de abril de 2017).

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