Desde Besullo, recorrido por Pomar de
Las Montañas, la sierra de Cazarnosa, El Chumbón y Los Pontones
En Cangas del Narcea, el más extenso
concejo de Asturias y uno de los mayores de España, son muchas las caminatas
que se pueden realizar. Desde su límite más septentrional con Tineo, hasta el
más meridional en la sierra de Degaña; desde el más oriental en la de Serrantina con Somiedo, hasta la de
Valledor, al oeste, con Allande son muchos kilómetros en un relieve accidentado
y montañoso, con profundos y estrechos valles que recogen una amplia red
fluvial hacia el curso alto del río Narcea, auténtico eje vertebrador del
concejo. Si a esto unimos su patrimonio ecológico, sus espacios naturales
protegidos y su importante sector ganadero, estamos ante uno de los territorios
con más posibilidades para quienes gustamos de caminar por el monte.
Precisamente la caminata que vamos a
comentar, propuesta y coordinada en el grupo La Peñuca por José Manuel Tejera,
un buen especialista en este tipo de recorridos, nos lleva a un recóndito
rincón del sector noroccidental del municipio, aproximándonos a la linde con el
término de Allande, otro de los concejos de su cabecera administrativa -Partido
Judicial- junto con Degaña e Ibias. Un recorrido por dos de las 54 parroquias
del concejo; primero, la de Besullo, más frecuentada por las mejores
facilidades de acceso, y luego, la de Las Montañas, más desconocida sobre todo
por la tardanza en ser dotada de alguna vía de comunicación.
Otriello y Besuyo, dos pueblos de esta parroquia
vistos desde algún lugar del camino.
vistos desde algún lugar del camino.
La localidad de Besullo es punto
estratégico en el GR-109 Asturias Interior; final de la etapa 23 que arranca en
Corias e inicio de la 24, la más larga de las 27 que componen este gran
recorrido. Nosotros comenzamos allí, a 540 metros de altitud, la caminata
siguiendo las indicaciones del GR en su etapa 24. Sobre terreno de cemento
recorremos la parte alta del pueblo, una placa en la fachada nos anuncia el
paso ante la casa natal del dramaturgo Alejandro Casona (1903-1965), uno de los
reclamos del pueblo. Antes hemos pasado junto a las ruinas de "La Casa de
los Siete Balcones", destruida por un incendio en el año 2006.
En Besuyo, la casa natal de Alejandro Casona.
Al dejar atrás el pueblo, el camino
es por pista de tierra rodeada de prados y castaños de buen porte. Vamos en
continuo ascenso con la vista puesta en el alto donde destaca una torre
metálica de electricidad. A nuestra izquierda, en la ladera que cae hacia la
margen derecha del río Irrondo, vemos los pueblos de Cerecedo (Zreicéu) y San Romano,
también de la parroquia de Besullo. El ascenso cede, aparecen algunos tramos
más bien llanos, cruzamos una portilla con barrera canadiense y a la derecha,
al fondo del valle vemos Pomar, un pueblo adonde luego tendremos que descender.
Estamos ya en la parroquia de Las Montañas, la más occidental de nuestro recorrido y a la que dedicaremos la mayor parte de la caminata. En un cruce dejamos a la derecha el camino al que volveremos y tras un pequeño repecho alcanzamos los 840 metros de altitud. Es el Alto de los Pozos, al que merece la pena asomarse para contemplar al otro lado del valle del río Irrondo una serie de pueblos: San Félix, Defradas, Fuertes y San Pedro, todos de Las Montañas.
Estamos ya en la parroquia de Las Montañas, la más occidental de nuestro recorrido y a la que dedicaremos la mayor parte de la caminata. En un cruce dejamos a la derecha el camino al que volveremos y tras un pequeño repecho alcanzamos los 840 metros de altitud. Es el Alto de los Pozos, al que merece la pena asomarse para contemplar al otro lado del valle del río Irrondo una serie de pueblos: San Félix, Defradas, Fuertes y San Pedro, todos de Las Montañas.
El camino por la ladera; Pomar, el pueblo, en el valle y la sierra.
En el Alto de los Pozos dejamos el
GR-109 que sigue su trazado hasta el final de etapa en Berducedo y retrocedemos
unos metros hasta el cruce que dejamos atrás, para seguir la otra pista que nos
desciende hasta los 600 metros, donde encontramos el pueblo de Pomar, también
de Las Montañas, en la margen izquierda del río homónimo. Cruzamos el río por
un puente de piedra y entramos en el pueblo para detenernos en la pequeña plaza
junto a la ermita. Sólo un vecino, pero bien dispuesto a ofrecer amable información: de
las siete casas del pueblo, tres se están rehabilitando en un proyecto hotelero
para turismo rural, que de todos modos, ya iniciado en 2014, parece avanzar con
bastante lentitud.
Pomar de Las Montañas nos recibe junto a su ermita.
Es Pomar de Las Montañas un buen
lugar para un alto en el camino, un descanso antes de acometer el mayor y más
largo ascenso de la jornada; sobre la margen izquierda del río Pomar se levanta
la sierra de Cazarnosa, el núcleo central de nuestra caminata. Esta sierra de
Cazarnosa, perpendicular a la de Valledor en Allande, se extiende en dirección
oeste-este entre el valle del río Pomar, donde nos encontramos, y el del Comba,
en el límite norte del concejo.
Debemos ascender, pues, por su
vertiente suroccidental que, no por casualidad, se conoce como Monte del Pomar.
Se trata de un amplísimo pinar en proceso de "Reparación forestal",
leemos en un cartel del Principado. Así se encuentra recorrido por pistas
madereras como la que vamos ascendiendo a veces en tramos muy costosos y otros
más tendidos, pero a menudo atravesando zonas taladas y pasando junto a grandes
pilas de madera cortada; todo ello muestra de la gran actividad maderera que a
diario aquí se está realizando.
El camino por el Monte del Pomar; arriba, la cumbre de la sierra.
Ya ganando bastante altura llegamos
a Regomal, donde un cruce nos permitiría tomar un camino que acortaría de forma
considerable nuestro recorrido; pero no es ésta nuestra intención, sino seguir
por el bosque que ahora nos ofrece un buen tramo casi llano, antes de retomar
el ascenso para llegar a El Mosqueiro (950 metros). Allí coincidimos con otra
pista que viene del Peñón del Pomar y El Carcabón; poco más arriba la dejamos
que se vaya hacia la izquierda a la braña de Sumer, y atacamos nosotros la más
considerable pendiente hasta la collada El Paredón de Cazarnosa a 1 025 metros
de altitud. Es esta collada, con pradería y una pequeña charca, el vértice más
occidental de la sierra de Cazarnosa donde entronca con las de Orúa y Valledor.
Muestra de la actividad maderera en la sierra de Cazarnosa.
A partir de aquí debemos recorrer la
sierra hacia el este, y lo primero será el ascenso al pico Cazarnoso, que se
levanta justo encima de la collada. Un ascenso considerable, pues el Cazarnoso
de 1 385 metros de altitud es la cumbre más alta de la sierra. Primero subimos
por un cortafuegos vertical en la ladera y bastante cubierto de piedra suelta;
luego, tras un tramo de monte bajo buscando los pasos más limpios y las trochas
de animales, debemos atravesar un pedrero para alcanzar la cumbre con su
vértice geodésico.
Así culminamos la altura de la
jornada, un fabuloso mirador hacia todo el occidente del concejo; pero también
hacia el norte al término de Tineo, donde columbramos la misma villa municipal
y la espectacular Fana de Genestaza en el llamado Monte de la Cabra entre Tineo
y Somiedo; mucho más cerca, el cordal de Orúa y, ya en Allande, la sierra de
Lagos, el mayor parque eólico de Asturias. Es sin duda, el lugar esperado para
el momento del descanso, la comida y la conversación.
En el ascenso hacia el pico; atrás queda la collada El Paredón.
La última parte del camino consiste
en recorrer el cordal de la sierra para luego descender de nuevo en busca del
río Pomar. Lo primero es el descenso del pico Cazarnoso, para lo que debemos
atravesar un fuerte pedrero antes de entrar en el, para mí, tramo más incómodo
del recorrido: aquel bosque de escobas y retamas afectado por un incendio cuyos
restos tanto dificultan el caminar. Al fin, aparece un claro poco antes de
bordear la Peña Castro, y algo más allá, cerca del Peñón del Pomar entramos en
la pista que nos acerca a la pradería de El Chumbón (1 059 metros), un monte
con su cercado para el ganado que ya pertenece a la parroquia de Besullo.
Iniciamos entonces el descenso por una pista de mucha piedra mientras contemplamos
la aldea de Irrondo de Besullo, el segundo núcleo de población de esta
parroquia. Se encuentra en la ladera de la margen derecha del río Irrondo, que
después de atravesar toda la parroquia de Las Montañas recorre también la de
Besullo hasta desembocar en el río Comba cerca del pueblo de Noceda.
Por la sierra entre pedrero, zona quemada y buena panorámica.
El descenso se acentúa mientras al
fondo suenan las aguas del reguero Faidiel en la linde entre las dos
parroquias. En su margen izquierda está la aldea de Faidiel (620 metros), sólo
con población temporal. No entramos en la aldea, la dejamos a nuestra derecha y
seguimos el curso del reguero hasta llegar a su encuentro con el río Pomar. En
este descenso ya vemos en la otra margen del río la prolongación de la CN-1,
que después de pasar por Besullo entra en Las Montañas para comunicar sus
núcleos de población; y en un descampado, al lado de esta carretera, las
instalaciones de la empresa maderera que se ocupa de la reparación forestal.
La casería de Faidiel se ve perdida en el paisaje.
El río Pomar viene, como nosotros,
de la estribación más occidental de la sierra de Cazarnosa, desde donde se va
conformando por la unión de varios regueros y recorriendo también Las Montañas
antes de entrar en Besullo. Hasta cuatro mazos llegó a alimentar este río; uno
de ellos estaba en Los Pontones adonde nosotros llegamos cuando pasamos sobre
un puente medieval de un solo arco. Los Pontones es una casería deshabitada que
conserva sin embargo, un hórreo, algunas cuadras y ganado en los prados que la
rodean. Al iniciar desde allí un pequeño ascenso por una caleya rodeada de
bosque, percibimos el olor a miel que delata la existencia de un apiario al
borde del camino.
El puente sobre el río Pomar para entrar en Los Pontones.
De la caleya salimos a la carretera
y ya vemos el hermoso y bien cuidado caserío de Besullo y su entorno. Al fondo,
las praderías de las Veigas, que recorre el río antes de acercarse a Otriello,
otra aldea de esta parroquia, donde desemboca en el río Comba, afluente del
Arganza, que entrega sus aguas al Narcea cerca del embalse de Pilotuerto, en
tierras de Tineo. En el centro de las Veigas hay una ermita que mira hacia la
de la Magdalena, situada en un cerro, el Castiello, sobre la vertical del
pueblo. Entre ambas ermitas discurren los ritos propios de su festividad en
agosto, bastante frecuentada por romeros de toda la comarca.
En Besullo, pues, donde la
iniciamos, finalizamos esta caminata; una más por el extenso municipio de
Cangas del Narcea. Un recorrido al que, por su situación en el mapa no es muy
frecuente acudir, pero que, sin embargo, sí pudo ofrecernos múltiples
alicientes.
La espléndida vista hacia tierras y pueblos de Las Montañas
que pudimos contemplar desde el Alto de los Pozos.
Las fotos son de Juan Lobelle.
(El
grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 6 de mayo de
2017).
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