Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

jueves, 6 de abril de 2017

EL CAMÍN REAL DE LA MESA



Por el GR 101 desde el puerto de San Lorenzo hasta Dolia... y algo más: Cuvasil, Tablado y hasta Belmonte de Miranda

            El Camín Real de la Mesa es una de las rutas más emblemáticas y reconocidas de la montaña asturiana. Su origen parece estar en la antigua calzada romana que pretendía ser una prolongación de la Ruta de la Plata para unir Astorga (Asturica Augusta) con la costa a través de Lucus Asturum (Lugo de Llanera). Hay quien incluso le atribuye origen prerromano, pero de lo que no hay duda es de su utilidad como vía de comunicación para personas, ganado y mercancías con tierras de León y Castilla desde la Edad Media, y una importante vía de comunicación con la Meseta hasta mediados del siglo XIX.
            En la actualidad se encuentra señalizada como ruta de gran recorrido para aficionados a la montaña, el senderismo o el ciclismo de altura. Es el GR 101, algo más de 56 kilómetros, entre Torrestío y Grao por cuatro concejos asturianos: Somiedo, Teverga, Belmonte de Miranda y Grao. Su nombre quizás se deba a la entrada en Asturias por los puertos de la Mesa y a su tramo más rectilíneo por el también conocido como Cordal de la Mesa entre Somiedo y Teverga.

Detalle del río Pigüeña y Belmonte de Miranda; final de la caminata.
 
            Para acercarnos a tan histórica calzada, los del grupo La Peñuca aceptamos la invitación del presidente Albino González Ordiz, quien quiso coordinar esta etapa entre San Lorenzo y la aldea de Dolia; un considerable recorrido, al que añadimos algo más para finalizar en Belmonte de Miranda.
            El puerto de San Lorenzo, a 1 349 metros de altitud entre los términos de Teverga y Somiedo, es lugar de vastos pastizales donde se celebra feria anual de ganado en el mes de agosto; lo cruza la AS-265 que enlaza San Martín de Teverga  con la AS-227 en La Riera de Somiedo. Allí nos incorporamos al camino real y, por la ladera de la sierra La Verde que hace límite entre los dos términos, pasamos por Las Mostachales, braña equinoccial de Orderias, el pueblo somedano que vemos más abajo en la carretera del puerto.

En primer término uno de los mojones que jalonan el camino.
 
            En moderado ascenso alcanzamos el collado La Tartulla a 1 404 metros de altitud y entramos de nuevo en Teverga. Por un paso estrecho y empedrado conocido como Cuendia de la Celada descendemos a la vega del Cueiro, uno de los hitos de esta etapa del camino. Se trata de una amplia vega con buenos pastizales, donde se celebró desde muy antiguo importante feria de ganado para los pueblos de estos cuatro concejos. En la actualidad la feria ya no existe, pero sí una romería con concurridos deportes tradicionales como el tiro de cuerda y las carreras de caballos.

Orderias, aldea de Somiedo en la parroquia de Las Morteras.
 
            El Cueiro es un punto importante en el camino real porque desde aquí parte una variante: el GR 101-1 que por Marabio y Cuevallagar llega hasta Villanueva de Santo Adriano. No hace mucho coincidimos con esta variante en algún punto de otra caminata (El puerto de Marabio en Teverga, 17 de noviembre de 2016).
            A partir de aquí pasamos por La Pousa el Sal; el Alto la Casa, donde el camino aparece en algunos tramos bien empedrado, muestra su antiguo origen; y bordeamos el pico La Berza, vértice de tres municipios, Belmonte, Teverga y Grao. Esta cumbre (1 434 metros) es la más alta del concejo de Grao y en su ladera norte nace el río Cubia, afluente del Nalón.

La vega del Cueiro y, al fondo a la izquierda, el pico La Berza.
 
            Nuestro camino se interna de forma definitiva en el concejo de Belmonte, pero bien próximo al de Grao, pues entre ambos se interpone la sierra del Conto, también conocida como Cordal de Porcabezas, que recorremos de sur a norte. Así, vamos pasando por los collados La Barrera, Acebo y Gamón; luego, por la campa Los Madeiros y la braña La Furcada, hasta llegar al Alto de Peñas Negras. Todo esto con vistas hacia Montovo y Llamoso, únicos núcleos habitados de sus respectivas parroquias, a los que pertenecen los lugares que vamos recorriendo.

En el entorno del collado Gamón aparecen algunas lagunas.
 
            El Alto de Peñas Negras a 1 162 metros de altitud se encuentra flanqueado por un fuerte murallón calizo, que sin duda le da nombre y que a nosotros nos protege del viento norte, ofreciéndonos así un buen lugar para el momento del descanso, la comida y la conversación. Y tras la pausa, aunque el camino marcado desciende y pasa por la Venta Porcabezas, nosotros lo abandonamos, dispuestos a ganar la cumbre del pico Porcabezas y cumplir así con un "algo más" de la propuesta inicial de la caminata.

Agradable el camino por el Cordal de Porcabezas.
 
            El pico Porcabezas de 1 210 metros de altitud, en el extremo norte del cordal, tiene vértice geodésico y fácil acceso por pradería y apenas algo de monte bajo. Una vez en la cumbre, contemplamos hacia el este parte de la cuenca del Cubia y, más allá, tierras de Yernes y Tameza; hacia el oeste, al fondo, el valle del Pigüeña adonde nosotros nos iremos acercando. En el descenso por su ladera norte alcanzamos de nuevo el camino real y, después de pasar junto a la fuente de la Salud, recorriendo las amplias praderías pasamos junto a las cabañas del Alto de Mouro, dejamos a la derecha la braña las Barreras y llegamos a otro hito del camino: La Corredoria.

El camino a seguir desde la cumbre del Porcabezas: 
Alto de Mouro, La Corredoria y Dolia.
 
            A 878 metros de altitud, encontramos un lugar de camperas, cabañas y prados de siega cercados de piedra que pertenecen a los pueblos de Ondes y San Martín de Ondes. Hasta La Corredoria llega una pista hormigonada que parte de la BE-1 en San Martín de Ondes y que, después de atravesar la pradería, desciende hacia Villamarín en el concejo de Grao.
            El camino real, después de recorrer también la pradería, pasa junto a la Venta de La Corredoria, un edificio alargado de considerables dimensiones y en buen estado, que incluso contaba con una ermita. Luego, sigue en muy leve descenso, entre prados y bosque, por la margen izquierda del río Dolia, que también llega hasta el pueblo para bordearlo y orientar su curso en el término de Grao hacia el río Cubia.

Por la pradería, en busca de las cabañas del Alto de Mouro.
 
            Nosotros en el pueblo de Dolia, situado a 850 metros de altitud, tenemos obligada parada para contemplar su apretado caserío, su ermita y sus hórreos en buen estado; todo ello junto a los vecinos, a quienes informamos del camino recorrido y nos informan de lo que aún nos queda por recorrer. Y es que ya finalizamos nuestra etapa del GR 101 Camín Real de la Mesa, que sigue su trazado, como hasta aquí, con mojones informativos, postes indicadores de dirección y miliarios romanos hasta su final en la villa de Grao. A nosotros nos resta el "algo más", el descenso más pronunciado de la jornada hasta el fondo del valle.

La entrada en Dolia, señalizada con el correspondiente mojón.
 
            Primero nos acercamos a Cuvasil, una casería abandonada que se comunica con Dolia por una pequeña pista. Luego, el descenso se acentúa por la margen derecha del arroyo Cuvasil que baja impetuoso a desembocar en el Pigüeña; es un viejo camino bordeando los picos Castiechu y Cervera entre bosque de castaños, robles y sorprendentes matas de acebos. Por lo demás, su suelo a veces empedrado, otras con abundante barro y a menudo con árboles caídos que dificultan el paso muestra el actual estado de una caleya que, hasta la llegada de la carretera en las últimas décadas del siglo pasado, fue la única vía de acceso al pueblo para personas y animales, y hoy sólo frecuentada por caminantes como nosotros.

 La salida de Dolia hacia Cuvasil y Belmonte.

            Al fin, cuando pasamos junto a los prados y cuadras de Las Pandiellas ya avistamos en la ladera del monte La Queimada las aldeas de Tiblós y Tablado. Entramos en esta última a 330 metros de altitud y atravesamos su disperso caserío rodeado de verde. Por una carretera local, Tablado dista kilómetro y medio del fondo del valle, donde se encuentra Belmonte de Miranda a 200 metros de altitud.
            Entramos en la villa, cruzamos por el puente sobre el río Pigüeña y ante el edificio de la casa consistorial finalizamos esta caminata larga, pero entretenida como pocas. No en vano hemos recorrido una tercera parte del Camino Real de la Mesa surcado de pintorescos lugares, una naturaleza envidiable y siempre con espectaculares vistas hacia los valles y las montañas que lo rodean.

 El puerto de San Lorenzo, inicio de esta etapa del Camino Real.

Las fotos son de Juan Lobelle.

                   (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 1 de abril de 2017).

1 comentario:

  1. Que prestoso volver a recorrer la ruta, pero ahora siendo sabedor de de por donde van nuestros pasos. Gracias Juanjo.

    ResponderEliminar