Por el GR 101 desde el puerto de San
Lorenzo hasta Dolia... y algo más: Cuvasil, Tablado y hasta Belmonte de Miranda
El Camín Real de la Mesa es una de
las rutas más emblemáticas y reconocidas de la montaña asturiana. Su origen
parece estar en la antigua calzada romana que pretendía ser una prolongación de
la Ruta de la Plata para unir Astorga (Asturica Augusta) con la costa a través
de Lucus Asturum (Lugo de Llanera). Hay quien incluso le atribuye origen
prerromano, pero de lo que no hay duda es de su utilidad como vía de
comunicación para personas, ganado y mercancías con tierras de León y Castilla
desde la Edad Media, y una importante vía de comunicación con la Meseta hasta
mediados del siglo XIX.
En la actualidad se encuentra
señalizada como ruta de gran recorrido para aficionados a la montaña, el
senderismo o el ciclismo de altura. Es el GR 101, algo más de 56 kilómetros,
entre Torrestío y Grao por cuatro concejos asturianos: Somiedo, Teverga,
Belmonte de Miranda y Grao. Su nombre quizás se deba a la entrada en Asturias
por los puertos de la Mesa y a su tramo más rectilíneo por el también conocido
como Cordal de la Mesa entre Somiedo y Teverga.
Detalle del río Pigüeña y Belmonte de Miranda; final de la caminata.
Para acercarnos a tan histórica
calzada, los del grupo La Peñuca aceptamos la invitación del presidente Albino
González Ordiz, quien quiso coordinar esta etapa entre San Lorenzo y la aldea
de Dolia; un considerable recorrido, al que añadimos algo más para finalizar en
Belmonte de Miranda.
El
puerto de San Lorenzo, a 1 349 metros de altitud entre los términos de Teverga
y Somiedo, es lugar de vastos pastizales donde se celebra feria anual de ganado
en el mes de agosto; lo cruza la AS-265 que enlaza San Martín de Teverga con la AS-227 en La Riera de Somiedo. Allí
nos incorporamos al camino real y, por la ladera de la sierra La Verde que hace
límite entre los dos términos, pasamos por Las Mostachales, braña equinoccial
de Orderias, el pueblo somedano que vemos más abajo en la carretera del puerto.
En primer término uno de los mojones que jalonan el camino.
En moderado ascenso alcanzamos el
collado La Tartulla a 1 404 metros de altitud y entramos de nuevo en Teverga.
Por un paso estrecho y empedrado conocido como Cuendia de la Celada descendemos
a la vega del Cueiro, uno de los hitos de esta etapa del camino. Se trata de
una amplia vega con buenos pastizales, donde se celebró desde muy antiguo
importante feria de ganado para los pueblos de estos cuatro concejos. En la
actualidad la feria ya no existe, pero sí una romería con concurridos deportes
tradicionales como el tiro de cuerda y las carreras de caballos.
Orderias, aldea de Somiedo en la parroquia de Las Morteras.
El Cueiro es un punto importante en
el camino real porque desde aquí parte una variante: el GR 101-1 que por
Marabio y Cuevallagar llega hasta Villanueva de Santo Adriano. No hace mucho
coincidimos con esta variante en algún punto de otra caminata (El puerto de
Marabio en Teverga, 17 de noviembre de 2016).
A partir de aquí pasamos por La
Pousa el Sal; el Alto la Casa, donde el camino aparece en algunos tramos bien
empedrado, muestra su antiguo origen; y bordeamos el pico La Berza, vértice de
tres municipios, Belmonte, Teverga y Grao. Esta cumbre (1 434 metros) es la más
alta del concejo de Grao y en su ladera norte nace el río Cubia, afluente del Nalón.
La vega del Cueiro y, al fondo a la izquierda, el pico La Berza.
Nuestro camino se interna de forma
definitiva en el concejo de Belmonte, pero bien próximo al de Grao, pues entre
ambos se interpone la sierra del Conto, también conocida como Cordal de
Porcabezas, que recorremos de sur a norte. Así, vamos pasando por los collados
La Barrera, Acebo y Gamón; luego, por la campa Los Madeiros y la braña La
Furcada, hasta llegar al Alto de Peñas Negras. Todo esto con vistas hacia
Montovo y Llamoso, únicos núcleos habitados de sus respectivas parroquias, a
los que pertenecen los lugares que vamos recorriendo.
En el entorno del collado Gamón aparecen algunas lagunas.
El Alto de Peñas Negras a 1 162
metros de altitud se encuentra flanqueado por un fuerte murallón calizo, que
sin duda le da nombre y que a nosotros nos protege del viento norte, ofreciéndonos
así un buen lugar para el momento del descanso, la comida y la conversación. Y
tras la pausa, aunque el camino marcado desciende y pasa por la Venta
Porcabezas, nosotros lo abandonamos, dispuestos a ganar la cumbre del pico
Porcabezas y cumplir así con un "algo más" de la propuesta inicial de
la caminata.
Agradable el camino por el Cordal de Porcabezas.
El pico Porcabezas de 1 210 metros
de altitud, en el extremo norte del cordal, tiene vértice geodésico y fácil acceso por pradería y apenas algo de monte bajo. Una vez en la cumbre,
contemplamos hacia el este parte de la cuenca del Cubia y, más allá, tierras de
Yernes y Tameza; hacia el oeste, al fondo, el valle del Pigüeña adonde nosotros
nos iremos acercando. En el descenso por su ladera norte alcanzamos de nuevo el
camino real y, después de pasar junto a la fuente de la Salud, recorriendo las amplias praderías pasamos junto a las cabañas del Alto de Mouro, dejamos a la derecha la braña las Barreras y
llegamos a otro hito del camino: La Corredoria.
El camino a seguir desde la cumbre del Porcabezas:
Alto de Mouro, La Corredoria y Dolia.
A 878 metros de altitud, encontramos
un lugar de camperas, cabañas y prados de siega cercados de piedra que
pertenecen a los pueblos de Ondes y San Martín de Ondes. Hasta La Corredoria
llega una pista hormigonada que parte de la BE-1 en San Martín de Ondes y que,
después de atravesar la pradería, desciende hacia Villamarín en el concejo de
Grao.
El camino real, después de recorrer
también la pradería, pasa junto a la Venta de La Corredoria, un edificio
alargado de considerables dimensiones y en buen estado, que incluso contaba con
una ermita. Luego, sigue en muy leve descenso, entre prados y bosque, por la
margen izquierda del río Dolia, que también llega hasta el pueblo para
bordearlo y orientar su curso en el término de Grao hacia el río Cubia.
Por la pradería, en busca de las cabañas del Alto de Mouro.
Nosotros en el pueblo de Dolia,
situado a 850 metros de altitud, tenemos obligada parada para contemplar su
apretado caserío, su ermita y sus hórreos en buen estado; todo ello junto a los
vecinos, a quienes informamos del camino recorrido y nos informan de lo que aún
nos queda por recorrer. Y es que ya finalizamos nuestra etapa del GR 101 Camín
Real de la Mesa, que sigue su trazado, como hasta aquí, con mojones
informativos, postes indicadores de dirección y miliarios romanos hasta su
final en la villa de Grao. A nosotros nos resta el "algo más", el
descenso más pronunciado de la jornada hasta el fondo del valle.
La entrada en Dolia, señalizada con el correspondiente mojón.
Primero nos acercamos a Cuvasil, una
casería abandonada que se comunica con Dolia por una pequeña pista. Luego, el
descenso se acentúa por la margen derecha del arroyo Cuvasil que baja impetuoso
a desembocar en el Pigüeña; es un viejo camino bordeando los picos Castiechu y
Cervera entre bosque de castaños, robles y sorprendentes matas de acebos. Por
lo demás, su suelo a veces empedrado, otras con abundante barro y a menudo con
árboles caídos que dificultan el paso muestra el actual estado de una caleya
que, hasta la llegada de la carretera en las últimas décadas del siglo pasado,
fue la única vía de acceso al pueblo para personas y animales, y hoy sólo
frecuentada por caminantes como nosotros.
La salida de Dolia hacia Cuvasil y Belmonte.
Al fin, cuando pasamos junto a los prados
y cuadras de Las Pandiellas ya avistamos en la ladera del monte La Queimada las
aldeas de Tiblós y Tablado. Entramos en esta última a 330 metros de altitud y
atravesamos su disperso caserío rodeado de verde. Por una carretera local,
Tablado dista kilómetro y medio del fondo del valle, donde se encuentra Belmonte
de Miranda a 200 metros de altitud.
Entramos en la villa, cruzamos por
el puente sobre el río Pigüeña y ante el edificio de la casa consistorial
finalizamos esta caminata larga, pero entretenida como pocas. No en vano hemos
recorrido una tercera parte del Camino Real de la Mesa surcado de pintorescos
lugares, una naturaleza envidiable y siempre con espectaculares vistas hacia
los valles y las montañas que lo rodean.
El puerto de San Lorenzo, inicio de esta etapa del Camino Real.
Las fotos son de Juan Lobelle.
(El
grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 1 de abril de
2017).
Que prestoso volver a recorrer la ruta, pero ahora siendo sabedor de de por donde van nuestros pasos. Gracias Juanjo.
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