Desde Covadonga por la vega de Orandi,
la majada Severín, la vega Las Traviesas, la majada de Fana...; para regresar a
Covadonga por la sierra de la Estaca y el monte Priena
Con la denominación Montaña de
Covadonga nos referimos al territorio del macizo occidental de Picos de Europa
o Cornión; la demarcación sobre la que fue creado en 1918 el primer Parque
Nacional, posteriormente ampliado a los tres macizos (PNPE). La mayor parte de
este territorio se encuentra en la parroquia de La Riera, la más extensa de Cangas
de Onís (80,88 kilómetros cuadrados), que ocupa toda la mitad sur del término
municipal y rodea el pequeño enclave, también parroquial, (sólo 2,54 kilómetros
cuadrados) de Covadonga, el Real Sitio: la histórica cueva, la colegiata, la
basílica...
A esta montaña en los alrededores de
Covadonga acudimos los del grupo La Peñuca para realizar una caminata propuesta
y coordinada por Olvido de Següenco, con quien siempre es posible divertirse y
pasarlo bien caminado por estas vegas, majadas y collados que ella tan bien
conoce. Se trata de un recorrido coincidente en su primera parte con el marcado
como GR 202 Ruta de la Reconquista, que desde Covadonga atraviesa el Cornión,
pasa por Poncebos y Sotres, para llegar hasta Cosgaya en la comarca cántabra de
Liébana.
Vista de Covadonga desde la sierra de la Estaca. A la derecha, Priena
y la senda que será el descenso final de la caminata.
También al inicio del recorrido
seguimos el PR PNPE 6 Ruta de la Vega de Orandi, y a esta vega llegamos después
de atravesar el bosque de La Matona. Es un bonito bosque en la ladera del monte
Auseba; por él asciende en fuerte pendiente una senda entre ablanos, carbayos y
abedules hasta alcanzar el Colladín de Orandi a 535 metros de altitud. Desde
aquí por una pequeña estrechura salimos a la llana y amplia vega, en la que
llama nuestra atención el río Las Mestas, sinuoso y bien repleto, perdiéndose
en la Cueva de Orandi, para surgir de nuevo en espectacular cascada en El Pozón
de la Cueva de Covadonga; luego seguirá su curso como río Deva, frecuente
hidrónimo y orónimo en nuestra región.
El río Las Mestas en la Cueva de Orandi.
Continuamos el camino por la margen
derecha del río Las Mestas que nace en la ladera del Porru Trellué; salimos de
Orandi por el Campo del Escobio y seguimos por el más estrecho valle de
Las Mestas, donde en la otra margen del
río vemos la majada de este mismo nombre con prados cercados, cuadras y
cabañas. Podríamos llegar a esta majada cruzando el río por un pequeño puente
de madera, pero debemos remontar el valle, superando la Llomba del Pandal hasta
La Quintana, también invernales del puerto bajo a 685 metros de altitud. Este
es el lugar donde abandonamos el PR, que se va a nuestra izquierda hacia la
majada Les Llaceries y Moferos, en el kilómetro tres de la carretera de
Covadonga a Los Lagos.
Nosotros seguimos las señales del
citado GR 202 en busca de la majada Severín, con varias cabañas en ruinas, para
ascender por la esperada canal de Severín y, tras cruzar la vega Las Traviesas,
alcanzar el collado Sellón ya a 995 metros de altitud. Si hemos partido de
Covadonga a 257 metros de altitud, este collado marca un considerable desnivel
y es uno de los puntos altos del recorrido.
Subiendo la cuesta del Pandal; atrás, al otro lado
del valle, la majada de Las Mestas.
El camino ahora llanea e incluso con
leve descenso nos lleva a la majada de Fana, amplios pastizales de los más feraces,
dicen, de este puerto de Covadonga, con buenas cabañas, un cercado para recoger
el ganado y un bonito bosquete de diversas especies forestales; al frente se
levanta la Porra de Enol, que oculta la vega y el lago del mismo nombre. En
Fana quedan las ruinas de la antigua casa forestal y hasta aquí llega una
pista; por ella, dejando a la izquierda la vecina vega de Teón, nos encontramos
con la carretera a 994 metros de altitud. Allí abandonamos el GR, que por un
pequeño sendero se va hacia la vega Comeya para subir a La Buferrera y hasta el
lago La Ercina.
Hermosa vista de la majada de Fana y el camino que sale a la carretera.
Nuestro camino sigue unos metros por
la orilla de la carretera, en este sábado de finales de abril con abundante
tráfico, hasta encontrarnos debajo de la Peña del Elefante; abandonamos la
carretera y por el tupido argomal ascendemos hasta tocar la misma peña.
Cruzamos bajo el Arco de Teón que forma la trompa del elefante y en la otra
ladera, bordeando los 1 000 metros de altitud, la vista alcanza hasta el valle
del río Güeña y en su margen derecha pueblos de Onís como El Pedroso o La
Rebollá: un buen lugar para el descanso, la comida y la conversación, mientras
los más amantes de los riscos intentan adivinar el nombre de las cumbres que cierran el panorama.
La Peña del Elefante se ve muy bien desde la carretera a Los Lagos.
Después del descanso descendemos
hacia la majada de Uberdón (925 metros), con varias cabañas en buen estado, y
el collado Uberdón, por donde pasa la pista trazada hasta la vega Comeya para
bajar el mineral de La Buferrera, y donde nosotros enlazamos con el PR PNPE 1
Ruta de Frassinelli. Se trata de una muy recomendable ruta; el camino que este
alemán, asentado durante 33 años en Corao, frecuentaba para bañarse más allá de
la vega de Enol en el hoy conocido como el Pozo del Alemán.
Las praderías de Uberdón y la pista hacia la vega Comeya.
Por esta pista, también habitual
acceso del ganado desde el valle del Güeña hasta los pastizales del entorno de
Los Lagos, llegamos de nuevo a la carretera en la Güesera. Pronto la
abandonamos para cruzar por un estrecho paso hacia los invernales de La Frecha,
donde también dejamos el PR, que desciende hasta Corao pasando por varias
caserías y junto a la antigua iglesia de Abamia, donde descansan los restos del
"alemán de Corao". Por buena senda entre espinos y helechos, llegamos
a las praderías de Tarañadios o Tarañosdiós, que de ambas formas se documenta
este lugar cuyo topónimo parece remitir a "Tarannios", supuesto dios
céltico amigo de los truenos.
El camino del alemán a Corao y, al fondo, las praderías de Tarañadios.
Recorremos ahora la sierra de la
Estaca por el cordal que nos ofrece hacia la derecha una buena panorámica del
pueblo de Gamoneo de Cangas; al fondo y hacia la izquierda, comenzamos a
divisar el sitio de Covadonga e incluso podemos oír el tañido de las campanas.
Ascendemos por la Cuesta de Cavia hasta su cumbre (700 metros) y en fuerte
descenso llegamos al collado Pasadero (605 metros), habitual paso ganadero
entre las parroquias de Abamia y La Riera.
A partir de aquí iniciamos el ascenso
por el monte Priena, invernales y pastos a los que acude el ganado de los
pueblos del valle del Umandi, parroquia de Abamia. El ascenso culmina en la
Cruz de Priena (725 metros), nombre que recibe esta cumbre por la gran cruz que
la corona y que se deja ver desde cualquier punto de Covadonga; es una
magnífica atalaya sobre el santuario, pero también, al otro lado, sobre casi
todos los pueblos del valle del Güeña; más a los lejos, se aprecian incluso
otros cordales como El Cuera o El Sueve.
Subida al monte Priena después de recorrer la sierra de la Estaca.
Como nuestra caminata debe finalizar
donde se inició, sólo nos resta descender hasta Covadonga por la buena senda
que zigzaguea en la ladera entre monte bajo y zonas de repoblación forestal;
hasta la orilla misma del río Deva, que ya corre impetuoso camino de su
desembocadura en el Güeña. Así termina este interesante recorrido, una larga
caminata, la tengo para mí como la más larga de las nueve reseñadas en la
presente temporada; pero que nos ofreció la oportunidad de conocer un buen
número de lugares de este siempre sorprendente monte de Covadonga.
Hacia la majada Severín; al fondo a la derecha, el Porru Trellué:
en su ladera nace el río Las Mestas.
Las fotos son de Juan Lobelle.
(El
grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 23 de abril de
2016).
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