Desde Recorba remontando el río Bárcena
hasta Curriellos y Besapié, para regresar a Recorba por el Monte Mulleiroso
Tineo es el segundo concejo más
extenso de Asturias, después de Cangas del Narcea. En tan amplia superficie,
con un complicado relieve interior de media montaña y abundantes sierras y
valles, son muchas las caminatas que se pueden plantear. Bien es cierto que la
mayoría de ellas, las más frecuentadas, acuden a lo que se conoce como la zona
de los valles, Naraval, Navelgas, Caeras, y sobre todo el curso alto del Esva
antes de su paso hacia el vecino término de Valdés; como también lo es la zona
de las brañas vaqueiras de alzada, Candanedo, Escardén, Muñalén...
En el grupo La Peñuca en más de una
ocasión pudimos disfrutar con caminatas de este tipo, (Tineo por la zona
vaqueira, 27 de marzo de 2015), pero hoy acudimos a una zona bien distinta y
bastante menos frecuentada; el cuarto suroccidental, entre la sierra de
Fanfaraón y el Monte Mulleiroso; allí donde nacen los ríos Bárcena y Navelgas,
que a la altura de Ese de Caeras, junto al Caeras y el Naraval conforman el
reconocido Esva.
Fue José Manuel Tejera, incansable caminante y vocal de
montaña del grupo, quien para la ocasión propuso y coordinó esta caminata
circular por dos parroquias, Collada y Cerredo, que por su situación en la
extensa geografía tinetense no suelen ser de las más concurridas.
El río Bárcena en su curso más alto,
donde también se le conoce como río Besapié.
Recorba es una aldea situada al sur
de la parroquia de Collada y a ella se accede por la carretera local que parte
de la AS-219 cerca de Riocastiello. Está emplazada a 520 metros de altitud en
la margen izquierda del río Bárcena, donde hubo un mazo y herrrería, hoy
convertido en uno más de los caseríos que forman la aldea y que se escalonan en
la ladera de la vertiente.
La aldea de Recorba y su bonito paisaje.
Nosotros iniciamos el camino por la
pista que desciende a La Faldalosa, el caserío que junto con El Mazo más se
aproxima al río; pronto dejamos esta pista para cruzar el arroyo Recorba, el
primero de los muchos que iremos atravesando en su camino hacia el río Bárcena.
Entramos entonces en una buena senda entre bosque y llegamos a un cruce con la
señal de "Aviso de Abejas"; en esta zona proliferan las colmenas que,
como iremos viendo, suelen estar protegidas en cortinos, construcciones de
piedra que las resguardan de peligros exteriores: osos, tejones, zorros...
Cruzando uno de los muchos arroyos que alimentan el río Bárcena.
Estamos en al Ruta de los Pueblos
Abandonados, según hemos podido leer en un grabado en tabla a la salida de la
aldea, y el camino es bueno, rodeado de arboleda y con abundante brezo que en
ocasiones parece cerrarnos el paso; claro está que la flor del brezo será el
ingrediente principal para la producción de la miel. Caminamos ya por tierras
de la parroquia de Cerredo; al fondo suenan las aguas cantarinas del río
Bárcena y al frente, a lo lejos, se levantan las cumbres redondeadas y cubiertas
de nieve de la sierra de Fanfaraón. Esta sierra, entre los términos de Tineo y
Allande, es paso del Camino Primitivo de Santiago donde aún se pueden ver
restos de un hospital de peregrinos. Más cerca, por la otra ladera de este
valle del Bárcena, vemos el trazado de la carretera local que desde la AS-219
une las aldeas de La Mortera y Coucellín.
Uno de los muchos cortinos que encontramos al pie del camino.
Con un breve ascenso nos situamos en
el llano de La Chamba (630 metros) y desde allí oteamos, al lado del río, la
casería de Curriellos; en el descenso hasta allá, el camino es ancho y limpio.
La aldea de Curriellos, a 560 metros de altitud, se encuentra en la intersección
de dos ríos que conforman el cauce alto del Bárcena, y su caserío se alinea a
lo largo del camino que sube a Coucellín; cruzamos el río por un puente de
madera para recorrer la aldea, uno de los pueblos abandonados, aunque en este
caso tiene al menos un habitante, parece que dedicado a la ganadería menor, a
juzgar por los muchos ejemplares que merodean en los alrededores.
Volvemos sobre el puente y seguimos
remontando el río, que a partir de aquí se conoce como río Besapié. El camino,
en su margen izquierda, discurre entre bosque de castaños y abedules; en la
otra margen, cercados de piedra, los que antes fueron prados de hierba están
hoy ocupados por arbustos y matorrales.
Vista de Curriellos desde La Chamba;
al fondo, nevada, la sierra de Fanfaraón.
Cuando cruzamos el río que dejamos
a nuestra izquierda, sobre nosotros se abren ya amplias y limpias praderías, y
escalonadas en la ladera, las casas y cuadras de Besapié, el otro pueblo
abandonado. Por las mismas praderas ascendemos hasta alcanzar la última casa de
esta aldea (800 metros) que parece dedicada en exclusiva a la explotación de
las abejas; aquí las colmenas se protegen ubicándolas en los corredores y
ventanales de las casas. Un buen lugar para detenernos, contemplando hacia el
fondo todo el caserío del pueblo. Estamos en la ladera meridional del Monte
Mulleiroso, y desde aquí Besapié tiene comunicación rodada por buena pista con
la aldea de La Cerezal, en la parroquia de Rellanos y la cuenca alta del río
Navelgas.
Un alto en el camino entre el caserío de Besapié.
Como nuestro objetivo es alcanzar la
crestería, empezamos a caminar por esta pista pasando junto al mejor cortín
encontrado hasta ahora, bien cercado y con portilla metálica. Pronto dejamos la
pista y por senda entre monte bajo vamos ascendiendo por la ladera. Es el tramo
más agradable de la caminata; a nuestra derecha va quedando al fondo Besapié y
más abajo aún el río; más allá, la nieve sobre la sierra de Fanfaraón. Así, llegamos
a la primera collada del Monte Mulleiroso a 1 037 metros de altitud.
Recorre el cordal la alambrada de
separación de pastos entre las parroquias de Cerredo y Rellanos, aunque el
ganado debe de acudir con mucha mayor facilidad desde La Cerezal de Rellanos.
Sobre esta misma collada se levanta el pico Mulleiroso (1 253 metros), la
cumbre más alta de este monte; la vemos cubierta de niebla y nos recuerda el
dicho popular en la zona: "Cuando el Mulleiroso se pone la montera / llueve,
quiera Dios o no quiera".
Por la ladera del Monte Mulleiroso hacia la cumbre de la jornada.
Es fácil y agradable, por senda de
pastoreo, el ascenso a la cumbre, y cuando la alcanzamos nos llevamos dos sorpresas;
se encuentra coronada de piedra menuda, llera, chera, que sin duda da lugar al
orónimo Mulleiroso o Mucheiroso. La otra grata sorpresa es que la niebla ha
desaparecido y el ambiente se torna agradable. Entonces, en este vértice
geodésico con buzón montañero encontramos el momento para el descanso, la
comida y la conversación, con buenos asientos de piedra y rodeados de
artísticas pirámides también de piedra; sólo echamos en falta la Cruz de la
Victoria que hasta no hace mucho tiempo adornaba la cumbre.
La foto de Ana Fabián descubre nuestrra alegría en la cumbre.
Cuando
por occidente el cielo se empieza a cubrir y el viento empuja un potente
nubarrón que se instala sobre nosotros, el coordinador, con buen criterio y
quizás recordando el dicho popular, apremia el cese de conversación y descanso
para reanudar la marcha. Como la cumbre es vértice entre las tres parroquias
citadas, el descenso, cómodo y por buena pradería, va por la linde entre
Collada y Cerredo. Antes de llegar al primer collado la nube nos obsequia con
fuerte granizada, y así, apurando aún más el descenso, llegamos a La Chana
Mulleiroso (1 110 metros), y pronto también, cuando la granizada ya amaina, al
collado Las Llagunas (1 063 metros), que apenas apreciamos cubiertas de nieve.
Precipitado descenso cuando ya amenazan negras nubes.
Ya con más calma porque el cielo vuelve
a clarear, podemos ver hacia el sur rodeadas de limpias praderías La Mortera y
Santiago, aldeas de la parroquia de Cerredo, donde hasta luce el sol. Nos
encontramos sobre el valle por donde el arroyo Recorba corre hacia el pueblo, y
por senda algo pedregosa y húmeda ya pronto nos acercamos a la parte más alta
de su caserío.
Pasados los Prados de la Sapera (987
metros), pronto encontramos una nave ganadera en la que apreciamos bastante
actividad. Luego, ya por camino de asfalto, pasamos junto al siguiente caserío, un
taller artesanal de cerámica; la Casa Agostón, que dejamos a nuestra derecha, y
la ermita de San Lorenzo.
Y llegamos al aparcamiento en el centro de Recorba, donde
iniciamos esta caminata saliendo por su parte baja y la finalizamos ahora
regresando por la parte alta. Fue un buen recorrido junto al cauce más alto del
río Bárcena, pasando por pueblos abandonados pero con cierta actividad ganadera
y apicultora, por lo demás muy abundante en todo el valle: una bonita
experiencia para conocer este bello rincón del concejo
de Tineo.
En este caserío de Recorba se trabaja la cerámica.
Desde el Monte Mulleiroso, bonita vista hacia tierras y pueblos de Tineo.
Las fotos, excepto la de la cumbre, son de José María Arnillas.
(El
grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 19 de marzo de
2016).
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