Desde La Peral hasta Villar de Vildas:
Las Machadas, Sierra del Páramo, Monte Formigueiro, La Pornacal...
El concejo de Somiedo, situado en el
centro de la Cordillera Cantábrica -su límite con la provincia de León-, es uno
de los más reconocidos y visitados por quienes disfrutan caminando por la
montaña. Su accidentada orografía y la acción del glaciarismo le ha dotado de
alturas bien valoradas, así como varias zonas con lagos que atraen muchos
visitantes; como también, sus afamadas brañas y ricos pastizales de altura.
En definitiva estamos ante una de
las áreas naturales y etnográficas más ricas de España, por lo que todo el
territorio de Somiedo fue declarado en 1988 Parque Natural y a partir del año
2000, Reserva de la Biosfera por la Unesco. Pues bien, varios artículos en este
blog ya comentan algunas caminatas por este Parque Natural, que cuenta también
con ciertas zonas restringidas al paso de caminantes en grupo. Algunas de estas
zonas bordeamos hoy en la caminata propuesta y coordinada en el grupo La Peñuca
por Carlos de Paz (Serbal), sin duda un buen conocedor de estas tierras.
El río Pigüeña, afluente del Narcea, importante curso fluvial de Somiedo.
La Peral es una aldea de la
parroquia de Gúa que fue en su tiempo asentamiento vaqueiro, a la que se llega
por una estrecha y corta carretera que parte de la AS-227 poco antes de coronar
el puerto de Somiedo. Allí, a 1 100 metros de altitud, se inicia el PR AS-14 La
Peral-Villar de Vildas y nosotros lo seguimos en un primer tramo de nuestro
recorrido. Salimos de la aldea por la parte baja del caserío y pasamos ante un
teito con una placa que recuerda la visita del entonces Príncipe Felipe, junto
a un mirador que también se le conoce como del Príncipe.
Paisaje del valle de La Peral, al inicio del camino.
El camino, una cómoda pista de
tierra, asciende entre prados cercados de piedra remontando el reguero Trabanco, afluente del río Somiedo. Cuando la cuesta se empina de forma
considerable, la pista ya es de hormigón, sin duda para facilitar el acceso de
los vehículos ganaderos a los pastos de altura. Así llegamos, a 1 650 metros de
altitud, a Las Machadas, amplia braña estival con buena fuente abrevadero y el
correspondiente cercado para el ganado.
En Las Machadas, desde donde
contemplamos hacia el oeste el estrecho valle de Trabanco, una de las zonas de
paso restringido en el parque, dejamos el PR que se va hacia el collado de
Enfistiecha y La Pornacal, y nos dirigimos hacia el norte, donde nos espera la
sierra del Páramo ya cubierta de niebla. El ascenso es fácil por buena
pradería hasta llegar al primer collado en el cordal de la sierra.
La braña de Las Machadas y a la derecha el valle de Trabanco.
Desde allí, bajo una fuerte cortada
tendríamos a la vista, si no estuviera totalmente oculto por la niebla, el
valle alto del río Somiedo, la AS-227 que sube al puerto y los pueblos de Gúa y
Caunedo. Sobre el mismo collado se levanta, con su ladera cubierta de monte
bajo, el pico Mocoso; debemos ganar su cumbre plana a 1 988 metros de altitud,
con vértice geodésico y adornada con una pirámide de piedra, una cruz de hierro
y el buzón montañero. Se trata como el resto de la sierra, de terreno de brezal
y retama que no ofrece buenos pastos; y como la niebla lo oculta todo, nos
quedamos sin contemplar las brañas que se extienden por su ladera este -Fuexu
de Caunedo- y noroeste -La Parada y Fontiquín-, que esas sí, dicen, brindan
mucho mejores pastos.
Por buena pradería, el ascenso hacia la cumbre del Mocoso.
Tras la cumbre de la jornada,
nuestro camino sigue recorriendo el cordal de la sierra del Páramo, primero en
la linde entre las parroquias de Aguino y Villar de Vildas, y adentrándonos luego
forma definitiva en ésta última por una de las zonas más loberas del parque en
busca de las llamadas Lagunas del Páramo. Primero encontramos a 1 786 metros de
altitud la Chamazo; bordeándola, llegamos a la Redonda (1 700 metros); y algo
más allá, está la Cabera.
Bordeando la laguna Chamazo entre la niebla.
Después de las buscadas lagunas,
viene el tramo más difícil y complicado de la jornada; el fuerte descenso por
el Monte Formigueiro entre escobales y piornales, espesa vegetación también
adornada con las hermosas xanzainas de flores color anaranjado, típicas de esta
zona de Somiedo. En verdad fue tan pesado el descenso, que al columbrar entre
la niebla la braña Formigones con sus cercados de piedra y sus cabañas
derruidas, algunos quisimos encontrarnos ya en La Pornacal; y todo con el
bocadillo en la mochila ante la dificultad de encontrar el lugar adecuado para
el descanso.
Complicado paso por el Monte Formigueiro.
Y al fin, superados en menos de tres
kilómetros algo más de 500 metros de desnivel desde la laguna Redonda, llegamos
a la braña La Pornacal a 1 170 metros de altitud. Entonces sí, cobijados bajo
los porches de algunas cabañas encontramos tiempo y lugar para la comida, el
descanso y los comentarios sobre las peculiaridades de esta braña equinoccial,
la más conocida y visitada del parque de Somiedo: sus cabañas y cuadras de
teito de escoba, el cabañín con techumbre de teja para alojamiento del
pastor... todo restaurado en 1995 con fondos de la Unión Europea.
Detalle bajo la niebla de la braña La Pornacal.
En La Pornacal nos encontramos de
nuevo con el PR, que viene de Brañaviecha, también conocida como braña Los
Cuartos. Estamos en el valle alto del río Pigüeña, ahora en Zona de Uso
Agropecuario recorrida por la buena pista ganadera que soportará la última
parte de nuestra caminata. Descendemos por la margen derecha del río mientras
la niebla va quedando atrás y el camino discurre entre buenos prados de siega,
hasta que por un puente de piedra cruzamos el río y entramos en Villar de Vildas
a 870 metros de altitud.
El caserío de Villar de Vildas asoma al final del camino.
Ya se sabe, Villar de Vildas, único
pueblo de su parroquia, sin comunicación por carretera hasta finales del siglo
XX recibió el Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar en 2004. En la
plaza de donde parte la carretera finalizamos esta caminata, en la que si bien
la inoportuna niebla apenas nos permitió ver los lugares por donde pasamos, sí
pudimos, en cambio, adivinar el atractivo de estas tierras de Somiedo. Y eso
que a menudo suele ocurrir, también satisface a quienes siempre y en cualquier
circunstancia encontramos alicientes al caminar por el monte.
(El
grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 25 de junio de
2016).
El teito del Príncipe, a la salida de la aldea de La Peral.
Las fotos son de Ana Fabián.
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