Desde Torrebarrio hasta la Muezca Colines para
asomarnos a Quirós, y por Robezo, El Arca y Cuspasante para volver a
Torrebarrio
Torrebarrio
es el mayor pueblo del municipio que tiene su Ayuntamiento en San Emiliano de
Babia. Su caserío se distribuye en tres barrios: el llamado Barrio, que se
asienta en la parte más baja al lado de la LE-481; el de la Vega, sobre el que se sitúa la iglesia parroquial
de San Claudio; y el también llamado barrio de Arriba.
Siempre
es un placer caminar por Babia y recorrer sus montañas que lindan con Asturias,
por eso acogimos gustosos la propuesta que para el grupo La Peñuca preparó con atención
José Manuel Álvarez. Y la caminata se inicia en este pueblo de Babia, a 1 260 metros de
altitud, en la plaza donde está junto a una fuente con abrevadero un panel de
los Cuatro Valles explicando la
Ruta en el entorno de Ubiña, que desde aquí sube hasta el
Ronzón para, después de recorrer praderías de Puerto Pinos, descender hasta su
final en Pinos pueblo.
El caserío de Torrebarrio desde las primeras rampas del camino
Nosotros
seguiremos esta ruta sólo en su primera parte, para lo cual comenzamos por
ascender hasta el promontorio donde se asienta la iglesia, un lugar desde el
que se domina todo el pueblo. Desde allí tomamos una pista de tierra que deja a
nuestra izquierda, al otro lado del valle por donde corre el arroyo Abesedo, el
barrio de Arriba, también llamado la
Cubilla; la pista se eleva con fuerza y nos va aproximando a
la falda de Peña Ubiña.
Detalle del pueblo bajo el Macizo de Ubiña
Pronto, en un
pequeño collado, abandonamos la ruta marcada por los Cuatro Valles, que se va
hacia nuestra derecha, y seguimos la pista con fuerte pendiente aunque fácil
caminar. Sobre nosotros tenemos casi al alcance de la mano la ladera de Peña
Ubiña; a quienes siempre la hemos visto e incluso, como contamos en el artículo
anterior, alcanzado su cumbre desde Puerto Pinos, impresionan desde aquí sus
abismos, y aún impresiona más pensar que intrépidos montañeros suben y bajan
por ellos… incluso dicen que cuando en invierno se cubren de nieve. Más allá, siempre
a nuestra derecha, los Curieles, el Portillín, el Siete; todos ellos y otros
más conforman el llamado Macizo de la
Ubiña.
El Macizo de Ubiña desde los llanos de Babia
La pista sigue
ascendiendo, cruzamos el arroyo de los Muriales, que va a unirse cerca del
pueblo al ya citado Abesedo, y tras un corto llaneo llegamos al collado del
Refugio de la Guardería
de Montaña a 1 732
metros de altitud: un buen lugar para el primer descanso
y el comentario sobre lo mucho que hemos recorrido y lo que aún resta para
llegar a la cima.
El collado del Refugio
La Muezca Colines se
encuentra sobre nosotros pero hasta allí no hay camino, lo debe hacer el
caminante al andar; primero por una exigua pradera y luego por amplio pedrero
que en pendiente casi vertical convierte este tramo en el más duro y complicado
de la jornada.
La Muezca o Muesca Colines,
como su nombre indica, es un corte en la montaña que permite el paso entre
ambas vertientes de la misma; aquí se trata de un paso ganadero entre los
términos de Babia y Quirós, parroquia de Lindes. Así pues, desde esta muesca a 1 925 metros de
altitud podemos contemplar los puertos quirosanos de Agüeria, sus hermosas
majadas y el desfiladero que marca el río de la Foz Grande, que más
abajo del pueblo pasará a llamarse río Lindes para conformar, más abajo aún, el
río Quirós.
Fuerte pendiente a partir del collado de Refugio
La muesca, en
pleno macizo, se encuentra entre el pico el Prau y el pico Colines; y a este
último de 2 215 metros
de altitud tenemos obligado el ascenso, pues es nuestra cumbre de la jornada.
No resulta complicado: una fácil y entretenida trepada nos deja en la cima.
Desde allí la vista abarca, además de los puertos quirosanos, todo el macizo donde
destacan a nuestra derecha los picos del Fontán; hacia el Norte, la mole de
Peña Rueda atrae la mirada de los amantes de las más altas cumbres. Es sin duda
el pico Colines, asomados a las tierras asturianas de Quirós, el mejor lugar
para la comida, el descanso y la conversación; y a partir de aquí ya todo será
descenso hacia las llanuras de Babia.
Pico y Muesca Colines, ya desde el descenso
Al reanudar el
camino, abandonamos pronto la crestería y, dejando a la izquierda la Peña el Robezo, por una
vallina descendemos hasta la vega de Robezo (1 929 metros). Después
atravesamos otra muesca, la de la
Cigacha, para continuar el descenso hasta la majada El Arca (1 715 metros), amplia
pradería con una buena cabaña recientemente restaurada, y desde donde, si
miramos hacia atrás, podemos ver la cumbre por donde anduvimos.
Largo descenso por la vallina hacia el llano
Seguimos el
camino por un cortafuego y luego senda entre piornales, paralelos al escaso
arroyo de la Vallina
del Arca hasta que lo atravesamos cuando se une al arroyo de Campo Fermoso para
formar el ya importante río la
Venta del Pacinero. Poco después llegamos a los invernales de
Cuspasante a 1 335
metros de altitud.
Estos
invernales son amplias y llanas praderías con varias cabañas y una nave
ganadera. Sobre ellos, en el Pedregal hubo explotaciones mineras de carbón:
escombreras y restos de instalaciones denotan su funcionamiento no muy atrás en
el tiempo. A partir de aquí, el camino ya es todo llano por la buena pista que
dio servicio a las minas y hoy es de exclusivo uso ganadero; por ella avanzamos
con comodidad entre prados de siega cercados de alambre, hasta encontrarnos con
la LE-481 que
desde la N-623
sube al puerto Ventana.
La majada del Arca y su cabaña
Seguimos
por la pista, ahora en un trazado paralelo a la carretera, y después de cruzar
por un puente de piedra sobre el río la Venta que se va hacia el pueblo de Genestosa para
más adelante desembocar en el Torrestío, nos encontramos con las ruinas de la
ermita de San Bartolomé. Asentadas a la vera del camino sobre un pequeño
montículo, estas ruinas en gran parte cubiertas de matorral muestran orgullosas
lo que fue su portada y parte de sus gruesos muros de piedra; y a su espalda, a
los lejos, en el Macizo de la
Ubiña, el pico Colines se asoma en la foto de Albino González
que cierra este artículo. Fue una sorpresa, una joya que vino a colmar los
últimos metros de esta interesante jornada por las siempre atractivas montañas
de Babia.
Las ruinas de la ermita de San Bartolomé
(El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 27 de septiembre de 2014)
Las fotos, excepto la citada,
son de José María Arnillas
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