Para "ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos..."

sábado, 22 de noviembre de 2014

POR EL ALTO PIGÜEÑA




Ruta del valle del Pigüeña: desde Villar de Vildas a las brañas de la Pornacal y los Cuartos

          Lo que no pudo ser: Nuestro plan era una caminata circular por las parroquias somedanas de Pigüeces y Pigüeña, comenzando en las cercanías del primero y recorriendo el viejo camino entre los dos pueblos, para luego por las cabañas de Chaneces, el pico Falgueras y la braña de Motiz regresar a Pigüeces. Era una propuesta para el grupo La Peñuca de Eduardo Fernández. Pero cuando llegamos al punto de partida, un día nublado y con lluvia, nos encontramos con el vehículo del Principado y miembros de la guardería de montaña para informarnos de que toda aquella zona estaba ocupada por un equipo de cazadores, más de cuarenta personas entre cazadores y monteros dispuestos a persiguir al jabalí; nuestra presencia allí era, según el guarda, obviamente peligrosa para nosotros, y no hace falta decir por qué. El guía y el presidente del grupo tomaron, sabiamente, la decisión de anular el plan previsto, y de inmediato buscaron una alternativa: la que aquí relataremos.

                                                                El río Pigüeña cerca de Villar de Vildas

            Lo que sí fue: La alternativa fue trasladar el punto de inicio a Villar de Vildas, para desde allí recorrer el PR.AS-14 Ruta del Valle del Pigüeña, unos 14 kilómetros entre ida y vuelta por el valle más alto de este río hasta las proximidades de su nacimiento.
            Villar de Vildas, de abedules (betule - bilda) desechando la manida leyenda de moros, cristianos y viudas, es el único lugar de su parroquia, perteneciente a la comarca vaqueira; sin comunicación por carretera hasta el último tercio del siglo XX, recibió el Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar en 2004.

Villar de Vildas al fondo del valle del alto Pigüeña
 
            Allí, a 870 metros de altitud, iniciamos nuestra caminata siempre por buena pista de exclusivo uso ganadero. A la salida del pueblo hay un buen cartel con la descripción de la ruta; pronto se pasa por un puente, y la pista va ascendiendo de forma moderada remontando el río por su margen derecha. Entre buenos prados de siega y frondosos hayedos que cubren la ladera umbría del valle, alcanzamos el primer objetivo de la jornada: La Pornacal, braña equinoccial situada a 1 170 metros de altitud en la base de la sierra del Páramo.
            Poco se puede decir que no esté escrito de esta renombrada braña: sus cabañas y cuadras de teito de escoba, el cabañín con techumbre de teja para alojamiento del pastor...; fue restaurada en 1995 con "fondos económicos de la Unión Europea dentro del Proyecto LIFE", leemos en el cartel explicativo situado a la entrada. Algunas de estas construcciones tienen un sombreado, especie de porche, donde nos podemos resguardar mientras contemplamos la extensión de la braña y también, al otro lado del río, el monte de las Sendas, que forma parte ya del área de Uso Restringido Especial que rodea la franja de Uso Agropecuario por donde va nuestro camino
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Detalle de la braña La Pornacal

            A la salida de la braña tenemos la fuente La Prida y el camino entra ahora en su parte más interesante; a nuestra derecha contemplamos las amplias y hermosas praderas de la Requexada. La pista prosigue en pausado ascenso, hasta que el valle se encaja y la ascensión se hace más pronunciada cuando damos vista a la hermosa y espectacular cascada del Corralón.

Praderías de la Requexada y las cumbres nevadas de la Cordillera
 
            Hacia la izquierda de nuestro camino está señalizada una variante, el PR.AS-14.1 Ruta de La Peral, que vemos ascender hacia el collado Enfistiecha, para cruzarlo y acabar en La Peral, pueblo vaqueiro próximo al puerto de Somiedo. Sólo resta un último repecho para alcanzar el segundo objetivo de la jornada: la braña los Cuartos, también conocida como Brañaviecha.

La espectacular cascada del Corralón

            Los Cuartos es una braña estival con chozas redondas y cuadradas techadas con escoba o losa; se encuentra a 1 358 metros de altitud bajo la peña Llanseco a la entrada del valle Los Zreizales donde nace el río Pigüeña. Desde ella tenemos una imponente vista de cumbres cubiertas de nieve como el Cornión o el Cornín que cierran el valle por el Sur. Toda esta cuenca alta del río Pigüeña fue, a través del puerto de Los Zreizales, camino tradicional de paso hacia Laciana en León, muy frecuentado sobre todo por los arrieros vaqueiros.
            La primera parte del recorrido termina junto a la fuente de los Cuartos, y tras la obligada labor de los fotógrafos se impone rehacer el camino de vuelta. Puede parecer aburrido volver sobre los mismos pasos, pero no lo es si sabemos contemplar los hermosos parajes en la perspectiva del descenso: praderías, bosque en pleno esplendor otoñal y el valle abriéndose hacia el llano.

La braña los Cuartos y el valle los Zreizales

            Que estamos caminando por terreno catalogado de Uso Agropecuario lo comprobamos al ver cómo los ganaderos se afanan conduciendo las reses; se trata de recoger el ganado que estuvo pastando en las praderías y regresarlo hasta La Pornacal, donde permanecerá estabulado hasta diciembre cuando se le baje al pueblo o al mercado.
            En La Pornacal, cobijados bajo los porches de sus cabañas, encontramos el lugar para el descanso, la comida y la conversación, mientras contemplamos a ganaderos y ganaderas en su trabajo.

El ganado de La Requexada camino de La Pornacal

            Y ya recorremos el último tramo hasta Villar de Vildas por el camino rodeado de prados de siega donde se deposita la hierba empacada que servirá de alimento durante los crudos días de invierno. Atravesamos, después, el pueblo por sus calles limpias y hormigonadas, y en la plaza de donde parte la carretera, junto a una fuente con abrevadero, finalizamos esta caminata que, tras la tiranía de los cazadores, nos permitió recorrer un paraje de gran belleza en este parque natural y conocer las dos brañas más emblemáticas de Somiedo.

Rebecos en la ladera de la peña Llanseco o del Nuncio


                (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 15 de noviembre de 2014)

Las fotos son de Juan Lobelle

viernes, 14 de noviembre de 2014

POR TIERRAS DE CASOMERA



Desde La Paraya por el camino del puerto de Piedrafita hasta el collado y la majada de Bustempruno, para finalizar en Casomera

            Casomera es de las 18 parroquias del municipio de Aller la más meridional, y sus tierras se elevan en la cordillera hasta los límites con León en el término municipal de Cármenes. La collada de Bustempruno y el puerto de Piedrafita están en el límite mismo entre las dos regiones; y hasta el puerto llega un camino tradicional de paso que tiene origen romano y que asciende por el llamado valle de Llananzanes: nosotros lo recorrimos en la primera parte de esta caminata propuesta por José Manuel Álvarez para el grupo La Peñuca.
            Iniciamos el camino en La Paraya, en la AE-6 a 650 metros de altitud, unos metros antes de donde se encuentra la pequeña central hidroeléctrica inaugurada en 1922. Atravesamos el pueblo y ascendemos por una estrecha carretera rodeada de castaños hasta la aldea de Llananzanes a 790 metros de altitud en la ladera de la sierra que le da nombre.

El bosque, casi constante en toda la caminata
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A partir de aquí el camino es a veces de tierra y barro, a veces empedrado, pero siempre a la sombra del frondoso hayedo y en continuo ascenso. A nuestra derecha, al fondo del valle discurre el río Llananzanes y a la izquierda vemos el canal del agua que mueve las turbinas de la citada central eléctrica. Así hasta que, después de caminar unos metros por el muro del mismo canal, en el Cantu Posaorio debemos cruzar el arroyo la Carbazosa por un endeble puente artesanal que pone a prueba el equilibrio de los caminantes; es el lugar donde el canal recoge las aguas de la sierra.
            El ascenso se acentúa hasta llegar a la vega Campanal, formada por Campanal de Abajo, prados cercados y algunas cabañas, y Campanal de Arriba (1 318 metros), donde se impone una primera parada. En esta majada de Campanal de Arriba hay una fuente con abrevadero y varias cabañas, una de ellas emparedada entre dos grandes monolitos de piedra, y se disfruta de buena vista hacia la mole de Peña Rueda del Pino.

Desde Campanal de Arriba, las cumbres nevadas
 
            Seguimos el ascenso por buen camino y empinados repechos; pasamos por el collado Rocín, con ruinas de corros de piedra y la pradera cubierta con una ligera capa de nieve, y dejamos a la izquierda el camino que por el bosque va hasta la braña de Llananzanes; cruzamos el arroyo de San Pedro que baja a desembocar en el Llananzanes y llegamos a la majada de San Pedro (1 530 metros). Esta majada es un hito importante, porque aquí estuvieron la ermita y la venta que servía de descanso a los arrieros que recorrían este camino: de ambas construcciones quedan visibles restos en la pradera.

Curiosa cabaña empotrada, en Campanal de Arriba

            Por la Cuesta de la Loma los Caseros culminamos nuestro ascenso a 1 640 metros de altitud: estamos bajo el puerto de Piedrafita y del Cueto Vea, ambos cubiertos de niebla. Abandonamos el camino y seguimos por una estrecha senda que, entre incómodo monte bajo de abundantes escobas, recorre la ladera del Cueto Vea hasta salir a la collada de Bustemprubo (1 648 metros).
            Esta collada, que en algunos documentos aparece también como Bustembruno, está en el límite entre ambas comunidades. El viento azota con fuerza, pero es necesario cruzar la valla de separación de pastos para asomarnos a la ladera sur donde nace el río Torío, importante afluente del Bernesga y muy apreciado por los pescadores, que desciende por el valle de Aguazones, atraviesa el término de Cármenes y después el de Vegacervera recorriendo sus renombradas Hoces.

El camino, a veces empedrado

            A partir de aquí todo será descenso; primero por senda entre monte bajo hasta la majada de Bustempruno (1 400 metros), dejando a nuestra izquierda la Senda de los Segadores que va hacia la loma de Valverde. La majada de Bustempruno tuvo antaño mucha vida ganadera. La atraviesa el arroyo del mismo nombre, que nace en la ladera norte de la collada, y en él se instalaban las ocheras, pequeños estanques para conservar la leche tan fresca como en una nevera. Hoy la majada está abandonada como casi todas las de los puertos altos, pero conserva en pie algunas cabañas: dos de ellas nos sirven de refugio para el momento del bocadillo, el descanso y la conversación, mientras fuera arrecia la lluvia como no hizo en ningún momento de la caminata.

La majada de Bustempruno
 
            Tras el descanso, breve porque el frío aprieta, descendemos por senda en acentuado zigzag por la margen izquierda del arroyo hasta la majada de la Matancia (1 300 metros) con una cabaña en ruinas, y poco más allá encontramos el arroyo de Caben que baja por el valle de Valverde de la ladera del pico Estorbín. Cruzamos por un curioso y frágil puente construido con el quitamiedos de alguna carretera este arroyo a punto de unirse al de Bustempruno, y de esta unión nace el río Llananzanes, afluente en La Paraya del río Aller que desciende del puerto de Vegarada.

Fragil puente para cruzar el arroyo

            Recorremos ahora la ladera en la margen izquierda del río por buen camino carretero, que a partir de la braña Cuevas, donde hay una cuadra alargada, se convierte en pista de uso ganadero; y esto se nota en la presencia de cabañas en buen estado, prados cercados de alambrada, ganado pastando en ellos y la presencia de algún ganadero con el vehículo a la vera del camino. Pasada la fuente la Cabranta, contemplamos el camino recorrido en el ascenso por la otra ladera del valle; también, el disperso caserío de Llananzanes, donde destacan en la distancia el edificio que fue escuela, la ermita de Santa Ana y una nave ganadera en la parte superior de la aldea.

El caserío de Llananzanes en la otra ladera y al fondo, Peña Rueda
 
            Más allá del Cantu Bigón (1 009 metros) parte un camino hacia la aldea abandonada de El Bao, que también vemos a nuestra derecha; y desde la majada de Rebucho se nos ofrece una buena panorámica de Peña Redonda y parte de la Cuerda del Ajo, por la que ya anduvimos en otra hermosa caminata (En el puerto de San Isidro, 30 de septiembre de 2013). Luego, desde la collada Llaneo lo que se nos ofrece es la visión de Peñamea y Peñas Negras en la linde entre Aller y Laviana.

Más allá, la vista alcanza hasta Peñamea

            Sólo resta, cuando al caer la tarde el tiempo clarea y aun el sol parece brillar en las cumbres, el pronunciado descenso hasta el pueblo de Casomera a 620 metros de altitud, en la AE-6 a orillas del río Aller, para finalizar esta interesante caminata en la que ni la lluvia, el viento y la nieve nos pudieron ocultar la belleza del monte en esta parroquia allerana.

El río Llananzanes, muy presente en toda la caminata


                  (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 8 de noviembre de 2014)

Las fotos son de José  María Arnillas

sábado, 1 de noviembre de 2014

POR TIERRAS DE VALDEÓN



Desde el puerto de Pandetrave, por la sierra de Gabanceda, los puertos de Montó y el valle de Prada, hasta Posada de Valdeón

            El puerto de Pandetrave es uno de los más elevados de la cordillera Cantábrica; separa los términos leoneses de Tierra de la Reina (Boca de Huérgano) y Valdeón, que se comunican por la LE-243. Parte de las tierras de Valdeón se incluyen dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa y constituyen una buena puerta de acceso hacia los Urrieles y el Cornión.
            En el alto del puerto hay un mirador hacia los Picos con un buen panel informativo, y desde allí parten varias pistas y caminos forestales; por uno de ellos iniciamos a 1 566 metros de altitud esta caminata propuesta al grupo La Peñuca por Manuel Obaya.

Panorámica de los Picos desde el alto del puerto

            El primer objetivo es un amplio recorrido por la sierra de Gabanceda, para lo que ascendemos por buen camino marcado en el piornal hasta alcanzar un primer collado a 1 750 metros de altitud. Allí el camino desaparece y el caminante se abre paso entre el monte bajo hasta llegar al pedrero; se cruza éste con facilidad y entre tierra y roca se llega a la horcada, desde donde pronto se alcanza la cumbre más alta de la jornada: la Peña Gabanceda de 2 042 metros de altitud.
            En la cumbre de esta peña se impone una parada para el aperitivo y la contemplación del panorama. En el Macizo Central de los Picos, las impresionantes torres de Friero, Llordes y Salinas forman la sierra de Cifuentes; más a la derecha también asoman algunas cumbres del Macizo Oriental. Mucho más cerca, hacia el Norte donde se desploma en vertical la ladera de la peña, están los puertos de Montó, por donde seguirá nuestro camino, y  podemos ver casi todo Valdeón; a este caminante le llaman la atención los Picos de la Silla frente a los que nos encontramos a muy poca distancia: dos peñas unidas por una pequeña campera que asemeja a una silla de montar a caballo.

Último esfuerzo para llegar a la cumbre

            Tras el disfrute con el panorama y las obligatorias fotos de grupo, el camino prosigue, como queda dicho, hacia los puertos de Montó. Por el cordal, en ligero descenso, llegamos a un primer collado (1 903 metros), y desde allí por la ladera sur de la sierra con vistas a distintos valles de Tierra de la Reina, hasta el collado Hoyos (1 856 metros), límite entre los dos términos municipales.

En el centro de la imagen, la Peña Gabanceda y los Picos de la Silla

            Dejamos a la izquierda la sierra de Cebolleda y a la espalda la Tierra de la Reina para adentrarnos de forma definitiva en Valdeón, y caminamos por las Hoyas de Montó; profundos surcos labrados por el agua que en época de deshielo se convierten en torrenteras, pero secas en este otoño nos permiten el paso para llegar al collado y a la majada de Montó.
            En esta majada a 1 676 metros de altitud hay varias cabañas, algunas en buen estado, y abundantes restos de chozos y corrales; es un entorno tranquilo y apacible, apropiado para el descanso, la comida y la conversación. Ésta discurre a la vista de la siempre presente sierra de Cifuentes, y los más amantes de los riscos rememoran sus ascensos por la inverosímil canal de Chavida hacia la torre del Friero.

Cabaña y cercado en la majada de Montó

            En estos puertos de Montó nace el arroyo Llalambres que nos acompañará en buena parte del recorrido, que hasta el final seguirá el bien señalizado PR-PNPE 14 Montó (Valle de Prada). Salimos de Montó bordeando la peña Gulugas y por buen camino ganadero nos adentramos en el valle Paladín entre bosque de rebollos y hayas. Así, llegamos a los invernales de Brez con su buena cabaña al borde del camino y continuamos por Pradolargo, pradería cercada de piedra que hace honor a su nombre; estamos ya en el valle de Prada, entre prados de siega rodeados de árboles y arbustos.

Salida de Montó por el valle Paladín

            El camino discurre junto a algunas cabañas por la margen izquierda de la riega Llalambres, que pronto se va hacia la derecha para desembocar en el río Arenal. Desde un claro del camino podemos divisar a nuestra derecha el pueblo de Santa Marina de Valdeón al lado de la LE-243 que desciende del puerto donde iniciamos la marcha, y al fondo del valle, el río Arenal, impetuoso, dicen, cuando el deshielo primaveral.
 
La riega Llalambres por el valle de Prada

            En dos ocasiones la señalización del PR ofrece la posibilidad de desviarse hacia Santa Marina, la última en el collado Colgadorio (1 241 metros); pero nosotros seguimos hacia Prada y Posada atravesando antes las riegas Ricodes y Tranvijón, esta última ya a la entrada en el primer pueblo.
            Estas riegas también van al río Arenal que en las proximidades de Posada se une a otros regueros que bajan del puerto de Panderruedas; así se forma el río Cares que a partir de aquí, como es sabido, corre hacia Caín y Poncebos, ya en Asturias, haciendo divisoria entre los macizos occidental y central de los Picos.

Se divisan Prada y Posada de Valdeón desde el camino

          Nosotros atravesamos Prada contemplando sus vistosos hórreos para finalizar en Posada de Valdeón, la villa municipal, a 930 metros de altitud. Fue una caminata por este municipio leonés cuyas aguas, todas, salen hacia Asturias; con una visión de los Picos de Europa durante todo el recorrido, aunque sin desmerecer la belleza de praderías y bosques que atravesamos en su mayor esplendor otoñal.

 
Otoño florido en el valle de Prada


                    (El grupo de montaña La Peñuca de Gijón realizó esta ruta el sábado, 25 de octubre de 2014)

Las fotos son de Juan Lobelle